Médicos, enfermeras y personal administrativo del hospital materno infantil de Coatzacoalcos se manifestaron este jueves para exigir el pago de sus emolumentos devengados por su trabajo desde el 1 de julio, cuando comenzaron a laborar con la promesa de que se les otorgaría plazas federales a médicos especialistas, a camilleros, a personal de banco de sangre y administrativos. Los inconformes aseguran que el doctor Ramos Alor les ha pedido “calma” y no hacer olas porque, les aseguró, los recursos ya habían sido autorizados. Todavía más, “solidario” como suele aparentar ofreció que en caso de no cumplirse con el pago los acompañaría en su protesta. Pero a la hora del cumplimiento Ramos Alor no aparece y se mimetiza como hombre invisible, lo cual no causa sorpresa alguna porque ya antes había soltado otra nuestra de su perfil “solidario”: «Hay que recorrer todo el estado, hay que ir a checar los hospitales, que no falte nada, me voy a pelear con las autoridades federales para que haya medicamentos y vamos a salir adelante». A estas alturas ya estuviera noqueado.
El hospital Materno- Infantil de Coatzacoalcos fue inaugurado en julio pasado por la presidenta Sheinbaum durante su gira temática por el país en materia de Salud, en ese entonces, entusiasmada por el recibimiento, expresó: “Algunos que no nos quieren, que no les gusta la Cuarta Transformación, quieren que fracasemos en nuestro modelo de salud. Pues no solo no vamos a fracasar, sino al contrario les vamos a demostrar que este es el mejor camino posible para el pueblo de México. Un verdadero sistema de salud que atienda al que menos tiene, con dignidad, con afecto” … “Este hospital va a ser emblema, hacia nuestra tierra, hacia nuestra comunidad y hacia el servicio que le vamos a dar, sobre todo a mujeres y a los recién nacidos. Es muy importante… ahora si se tiene un verdadero acceso a la salud con el IMSS Bienestar ya que fracasó el Seguro Popular”. El discurso suena bien, solo falta que la institución cubra el sueldo de sus trabajadores para realmente hacer sentir la diferencia entre el discurso y la realidad, toda vez que se desvirtúa la intención presidencial de construir un sistema de salud digna cuando no se atiende al personal que lo pudiera hacer posible. |
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