Ya es oficial, así lo confirma su publicación en el número extraordinario de la Gaceta Oficial publicada con fecha de 22 de julio, habrá tarifas definidas por perímetro en el transporte público de pasajeros en la modalidad de taxi para Xalapa, Coatzacoalcos, Minatitlán, Veracruz, Orizaba y Papantla. El “incremento”, se argumenta, es para evitar “cobros arbitrarios y mejorar el servicio…”. Vigilarán el cumplimiento de esta disposición oficial la Dirección General de Tránsito y Seguridad Vial, la Dirección General de Transporte del Estado, la Comandancia de la Policía Vial y la Dirección de Asuntos Internos. Hace dos semanas la gobernadora puso el tema sobre la mesa sugiriendo el monto de algunas tarifas en Xalapa, sirvió para medir la reacción del gremio de ruleteros e iniciar un periodo de platicas entre la autoridad y los representantes de los transportistas de pasajeros en la modalidad de taxis. No se supo nada más hasta ahora que se publica en la Gaceta Oficial el monto tarifario en seis ciudades medias veracruzanas. De inmediato se supuso que la fijación de esas tarifas era producto de acuerdos entre gobierno y transportistas. Sin embargo, por la reacción de algunos de sus lideres, los primeros sorprendidos fueron precisamente ellos, es decir, no estuvieron en el acuerdo. Excepto un dirigente de taxistas de la ciudad de Veracruz quien se declaró conforme con la tarifa dispuesta en el periódico oficial, no medio ningún consenso entre las partes. De ser así, lo publicado en la Gaceta relativo a las tarifas de taxis es producto de una decisión unilateral.
Por la reacción del gremio de taxistas debe suponerse que el asunto no está concluido, ni es caso cerrado, que habrá necesidad de replantear propuestas porque las tarifas, dicen los dirigentes, han tenido como parámetro el índice inflacionario y este no ha sido respetado ni se ve reflejado en las tarifas anunciadas. Pero, ¿por qué se hace oficial un tabulador que necesariamente requiere de un consenso entre las partes? Para tranquilidad social debe excluirse la sombra de un autoritarismo aldeano, pero, debido a la interconexión social de quienes contribuyen a la movilidad urbana el tema es altamente sensible, se escucha incluso la opinión sotto voce de que se trata de enfrentar a la sociedad contra el gremio de taxistas, de generar presión social para que en la negociación ese gremio se encuentre en desventaja. Al gremio lo integran miles de trabajadores del volante, de entre tantos no pocos abusan del usuario, aprovechan, por ejemplo, días de lluvia para imponer cobros exagerados; aquí en Xalapa, un taxista pretendía cobrar 60 pesos una dejada de Chedraui 20 de noviembre a Plaza Museo, un verdadero abuso, pero no por unos paguen todos. Necesario sí, exhibir en tarjetones a la vista las tarifas, también que la autoridad se haga presente cuando el abuso se lleve a cabo. Si la población no sufre bloqueos de calle o de carreteras significará que habrá negociaciones. Eso espera la sociedad de todo gobierno. |
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