Ayer se difundieron fotografías del Hospital Regional de Rio Blanco, un nosocomio que hace décadas fue de los mejores del país, y obviamente de la entidad veracruzana, convertido ahora, las graficas lo demuestran, en un edificio de apariencia descuidada y muy maltrecho por dentro porque su funcionamiento está muy lejos de lo originalmente concebido: otorgar atención médica de calidad a habitantes de la conurbación Orizaba-Rio Blanco-Ciudad Mendoza-Nogales, Ixhuatlancillo, La Perla, Mariano Escobedo, y de la sierra de Zongolica. Pero aquello queda solo para el recuerdo porque en ese hospital predomina la escasez de medicinas, de médicos especialistas, las consultas diferidas y la falta de insumos para cirugías es lugar común. Hace seis años, López Obrador ofrecía a los mexicanos llevarnos al primer mundo en materia de atención médica, entonces acentuaba su critica porque, decía, había recibido un sector salud en ruinas, seis años después es ruinosa la calidad de atención medica ofertada por el IMSS-Bienestar a población sin seguridad social, no se quedan atrás ni el ISSSTE ni el IMSS, donde el denominador común prevaleciente sigue siendo el desabasto de medicinas, la insuficiencia de especialistas y equipos en mal estado, el propio personal médico y paramédico lo confirma con manifestaciones de descontento.
Todo ocurre mientras la presidenta Sheinbaum promueve el programa de Salud Casa por Casa, que “será reconocido, dijo en Campeche, como pionero en el mundo para el cuidado de la salud de las personas adultas mayores”. Por cierto, mucho del discurso presidencial actual recuerda al de AMLO, quien gustaba en referirse a “los momentos estelares” de la CuartaT, porque ahora Claudia Sheinbaum señala: “la fuerza que tiene la presidenta no es otra que la fuerza que tiene el pueblo de México. Por eso México brilla hoy en el Concierto de las Naciones” (¡!). Se entiende que es para consumo interno, porque en parecido tono, del otro lado de la nación, en Sonora, el gobernador Alfonso Durazo anunciaba “una inversión estatal histórica” de 250 millones de pesos para la compra de medicamentos destinados al IMSS-Bienestar de esa entidad, porque el gobierno federal nueve meses después de su ascensión al poder aun no resuelve el tremendo desabasto de medicinas en el sector salud. Dice Durazo: “Hemos destinado 200 millones de pesos (sic) para una adquisición directa de medicamentos por parte del gobierno del estado, de tal manera que podamos crear un puente de abasto de medicinas, en tanto nos llegan las del gobierno federal», y subraya el gobernador: “… yo les pido que vean es que estamos dando pasos hacia adelante y que cada día estamos mejor» (resic). Ese escenario (no que estamos mejor, sino el desabasto de medicinas) se repite en Veracruz y otras muchas entidades federativas donde la población de bajos recursos, carente de seguridad social, en caso de enfermar salva la vida por obra del destino o porque Dios quiere. En los pasillos de los hospitales del IMSS-Bienestar, del IMSS y del ISSSTE ya es común escuchar el cuento sobre Dinamarca, pero es un sarcasmo adolorido, producto de la impotencia porque el panorama avisa que no estamos bien ni alcanzamos a ver lo mejor. |
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