El fin de semana próximo estará de nueva cuenta en Veracruz la presidenta Sheinbaum, se adelanta que la visita versará centralmente sobre el tema del sector salud, tal como lo hizo la semana pasada en Nayarit donde puso en funcionamiento un nuevo hospital adscrito al Seguro Social y aprovechó para ofrecer, una vez más, el abasto de medicina que se ha convertido en una constante en los seis años del gobierno precedente y los primeros meses del actual. El discurso de la presidenta Sheinbaum en materia de salud comienza a parecerse al de López Obrador, quien prometió llevarnos al primer mundo del servicio médico, pero dejó un sector salud en penuria extrema. Ahora, el gobierno ofrece un servicio médico de calidad, universal, sin embargo, el contraste entre el discurso y la realidad sigue reflejando ausencia de concordancia.
Antaño, cuando se anunciaba una visita presidencial a un sitio determinado, se observaban brigadas pintando fachadas, tapando baches y mejorando banquetas por la ruta de entrada del insigne visitante, era solo un arreglo cosmético. Según se advierte, ese modelo de recepción política poco ha cambiado. Lo comprobamos en Veracruz, donde en visita anterior la presidenta inauguró un hospital en Nautla aparentemente con todos los servicios de un nosocomio moderno, pero en realidad ese hospital funciona a medias porque carece de médicos especialistas y el desabasto de medicinas es un problema permanente. Siendo aun candidata, la doctora Sheinbaum fue invitada a recorrer el Centro de Cancerología de Xalapa, donde se hacían remodelaciones para instalar aceleradores lineales, desde aquella fecha como candidata y nueve meses como presidenta no se ha puesto a funcionar ningún acelerador lineal aparte del que está en uso. De igual forma, en su anterior visita, la presidenta escuchó lamentos por el desabasto de medicinas, sin duda en esta ocasión ese clamor estará presente. Para el colmo, el titular de la Secretaría de Salud en esta entidad ya ha perdido capacidad operativa porque los hospitales que dependían de esa secretaría ahora están incorporados al IMSS-Bienestar, cuyo encargado, Ramos Alor le hace al hombre invisible porque nadie lo ve ni para recordarle su deficiente desempeño como secretario de salud en el gobierno de Cuitláhuac García, y que de seguir como va no podrá alcanzar el menor beneficio para la población veracruzana carente de seguridad social. Ese escenario es de buqué pesimista, desafortunadamente se corresponde con nuestra realidad. |
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