Si buceamos en la hemeroteca o cualquier galería periodística de antaño y buscamos el tema de los informes de alcaldes, gobernadores y presidentes de la república encontraremos un mundo feliz, pleno de realizaciones camino al ansiado bienestar de los pueblos. Cifras millonarias de sorprendente monto abundan en esos documentos, muchos de los cuales, en última instancia se convierten en testimonios fidedignos de la corrupción y la mentira que impunemente y hasta con aplausos fueron motivos de inmerecidas loas. También sirven de fundamento para señalar que a un gobernante debe dejársele trabajar y al término de su gestión aplaudirle sus logros o, en su caso, reclamarle sus fallas, cuando aun cuando esta en funciones. Hacerlo es potestad ciudadana para exigir al mandatario@ se encargue de atender los problemas de la comunidad. La rendición de cuentas y la transparencia en la aplicación del recurso público es acto obligatorio de quien gobierna, no pretexto para la propaganda ni para la apología.
Los gobernadores que Veracruz ha tenido en lo que va del siglo XXI no son merecedores de ningún nicho porque no heredaron a la entidad mejoras sustantivas, dignas del reconocimiento y del aplauso. Sin embargo, en sus respectivos informes dibujaron un Veracruz con progreso imaginario, pero si realmente el contenido de esos informes se reflejara en progreso y bienestar, Veracruz sería una entidad con menos pobreza y desigualdad social, con una agricultura tecnificada, de riego y productiva, con vías de comunicación de primer orden, y no todo lo contrario. Sobre esa farsa aquí exhibimos un caso paradigmático. En noviembre de 2015 Duarte de Ochoa rindió su quinto informe de gobierno, frente a la elite política expresó una y otra vez que “Veracruz ya cambió”, la frase más destacada de ese documento: “Hoy Veracruz es fuerte moderno, dinámico, hoy Veracruz ya cambió. Las obras y acciones hablan de un Veracruz vigoroso, sólido y con dirección en todos sus ámbitos, lo mismo en el aspecto político y económico que en el social…. “Ahora vemos con optimismo un estado rumbo y metas cumplidas, Veracruz cambió porque sigue sumando nuevas inversiones, porque es el mejor aliado de los negocios y genera confianza, Veracruz cambió porque decidimos hacer frente a la diversidad con una economía que genera ingresos y abre oportunidades a quienes desean emprender un negocio, porque la certeza a quien se emplea en él.– Hoy existe una infraestructura moderna que gozan las familias veracruzanas y quienes vienen de visita, hay centros comerciales, negocios, hoteles, empresas de clase mundial, infraestructura social, centros deportivos y de esparcimiento son una constante a lo largo de todo el estado, caminos seguros y de alta especificación que hasta hace poco se podían contar con las manos ahora se extienden a lo largo de la geografía veracruzana. El trayecto que antes tomaba horas ahora puede hacerse en la mitad de tiempo y de manera segura. Veracruz cambió porque ahora se atiende oportunamente con servicios de salud a más personas, la mortalidad que antes era vista como algo normal ahora es una excepción”. Genial, pero muy común y muy corriente. |
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