No puede esperarse que haya una repetición de eventos acaecidos hace 40 años con similitudes exactas, mucho menos en materia de ceremoniales políticos pues nada en eso es mecánico sino producto de la acción del hombre. Es decir, el escenario para un informe presidencial de ahora no podría ser edición idéntica a los de medio siglo atrás; “en los nidos hogaño no hay pájaros de antaño”, escribió Cervantes para acentuar las causas de los cambios, ya no gobierna el PRI, lo hace hoy MORENA, es otra clase política, “sin clase” dicen sus adversarios. Por supuesto, en el escenario del primer informe no apareció el confeti para la presidenta, aunque en cuanto a obsecuentes aplausos no hubo diferencia. Tampoco apareció el dulce buqué de los aromas caros y el fino roce de la tela de seda de las vestimentas “fifi” de aquellos tiempos, ahora se impone la informalidad, las barbas hirsutas y en algunos la panza al aire, aquello se guarda para los viajes caros en vergonzante actitud. Ya no la formalidad que la banda impone, ahora el brazo derecho en alto para agitar la consigna. Son formas para acentuar la “diferencia”, el fondo sirve de apariencia mientras la forma lo sustituye. Cuando se haga costumbre el ejercicio del poder y el goce de sus canonjías, entonces, una vez alcanzado el refinamiento, volverá a aparecer el boato. Así fue la evolución de quienes enrolados desde el surco, la fábrica o el tendejón participaron en la Revolución Mexicana y alcanzaron elevados grados militares, o se enriquecieron con la rapiña en pueblos y ciudades, se hicieron de grandes extensiones de tierra o consiguieron contratos del gobierno, cuando llegaron a las cámaras legisladoras lo hicieron con canana y armas, botas y sombreros, para la mitad del siglo XX ya estaban aburguesados, la revolución se bajó del caballo y aparecieron los Cadillac.
En cuanto a las “realizaciones”, los “resultados” que se destacan en el Informe presidencial si se escruta objetivamente en realidad no hay mucho para constatar avances, en este apartado la diferencia con el “pasado neoliberal” no es sustantiva, anuncios hiperbólicos que la realidad oculta o son parciales, obra pública multianual que pudiera enunciarse en el próximo informe, abasta de medicinas insuficiente, nuevos hospitales cuyo funcionamiento en regla aun no tiene fecha. En salud poco pudo haberse avanzado con el recorte presupuestal de este año a ese sector. Año difícil para la presidenta, 11 meses de duro trajín para el secretario de seguridad, poco se ha visto del sector agropecuario, de turismo, mucho de política y la deformación del Poder Judicial al ritmo del acordeón, ya un año, va por cinco. |
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