En cumplimiento de su agenda de rendición de cuentas la presidenta Sheinbaum realiza recorridos por territorio nacional para informar sobre acciones de su primer año de gobierno, en ese itinerario incluyó a Boca del Rio este domingo, allí habló ante miles de personas acarreadas desde muy temprano para llenar a tope el lugar de la cita. Nada para el asombro, excepto para demostrar que con dinero desde el poder político es posible emular lo que hacían hace muchos años los gobiernos emanados del Partido Revolucionario Institucional. Cientos de autobuses imposibles de ocultar se utilizaron para esa gran concentración y debe reconocerse que los organizadores cumplieron con su tarea, porque no es igual que Noroña vaya a la ONU y pronuncie un discurso frente a 10 personas, a que la presidenta Sheinbaum venga a Veracruz y pronuncie su discurso ante miles de “transportados”. Desde la perspectiva de la propaganda política el evento del domingo debe ser calificado de exitoso para la esfera gubernamental.
Pero, solo a través de una consulta a los allí reunidos sería posible conocer si realmente captaron el mensaje presidencial o si, como suele suceder en esa clase de concentraciones masivas, pocos estuvieron atentos al discurso de la presidenta. Con la elevada temperatura del ambiente, el cansancio provocado por la espera, quienes allí se encontraban solo esperaban el fin del evento para regresar a sus lugares de origen. La presidenta habló de su gobierno, de las bondades de los programas sociales, de la elevación del salario mínimo y de la reducción de la pobreza. Refirió acciones, como el regreso del uso de trenes de pasajeros, se refirió a la venta de empresas estatales por parte de gobiernos neoliberales de antaño omitiendo el porqué de ese procedimiento, es decir, que eran una carga onerosa para el presupuesto gubernamental, solo ocasionaban gastos sin beneficio alguno, igual que por ahora lo son el Tren Maya, el AIFA, Mexicana de Aviación y el Tren Interoceánico. Al abordar el tema de salud mencionó la inauguración de tres hospitales en Veracruz, incluido el psiquiátrico de Orizaba, también sobre la remodelación del Centro de Cancerología de Xalapa. Pero, ¡oh decepción! nada se escuchó acerca de atender a las carreteras veracruzanas, cuyo pésimo estado las ubica entre las peores de la república. Sin duda se ganará nutridos y merecidos aplausos si alcanza a inaugurar el anunciado Puente de Coatzacoalcos y el Acueducto para esa ciudad; también cuando logre pacificar Veracruz donde la inseguridad pública ya es añeja; igualmente si nuestra entidad supera la penuria agropecuaria, ya solo quedan cinco años, o cuatro, porque 2030 será el año de la sucesión presidencial y la renovación del Poder Legislativo, ya no estará Trump y ni siquiera imaginamos lo que pudiera ocurrir de ahora en adelante. Es más, quienes allí estuvieron ya estarán más atentos a los detenidos del huachicol que a lo escuchado en el mitin. |
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