CAUSA SORPRESA que a poco más de cinco años para el relevo constitucional y poco menos para las elecciones de Gobernador, algunos políticos, politólogos, periodistas y apostadores de café se desgarren las vestiduras tratando de adivinar o, incluso, de asumir quienes serán los candidatos partidistas para la sucesión de 2030, ignorando acaso que la política es circunstancial, y que en algunos Estados la opinión de poderes fácticos podría alterar lo que pareciera estar “planchado”, como ocurrió en Uruapan, donde más de tres ya daban como aspirante independiente a la Gubernatura de aquella Entidad al malogrado Carlos Alberto Manzo Rodríguez, a quien una bala criminal disparada por un menor de edad terminó por trastocar los escenarios. En Veracruz causa risa como algunos que se dicen “cercanos al poder” vaticinan en el vació, y otros ponen nombre a las distintas fuerzas partidistas, a tal grado que asumen que, por el Partido Verde es casi seguro (casi, palabra ambigua que significa poco menos de, aproximadamente, con corta diferencia, por poco), que el abanderado sea Javier Herrera Borunda (un personaje amodorrado que nada le sacó al papá) y, hasta incluso asumen que de negarse Morena a abanderarlo, se irá por la libre, algo que resulta absurdo tomando en cuenta que ese partido sobrevive gracias a sus alianzas. Para la diputación local ya dan como un hecho al actual dirigente Estatal y sobrino de Javier, Edgar Herrera Lendechi a quien, a decir verdad, le falta mucho oficio político u ojo para ser caimán, mientras que para la Federal ya ubican a otro Herrera. Nada más absurdo, por más que les venda ese escenario un presunto gurú que lo sabe todo, más aun si descuidan a Marcelo Ruiz, el legislador local que les mece la cuna. Por el PRI ya dan por hecho a José Francisco Yunes Zorrilla o Héctor Yunes Landa, y hasta incluso, al dirigente Estatal de ese partido (prometo indagar si todavía despacha en ese cargo porque nada se sabe de su presencia), Adolfo Ramírez Arana, el afamado “bofo” Ramírez (sin considerar que Bojo, en español puede ser sinónimo de "fofo", es decir, esponjoso, blando o de poca consistencia), y no hay más. No consideran que Alejandro Moreno Cárdenas, el popular “Alito”, regenteador del Revolucionario Institucional, y acaso inducido por el supuesto “tiempo de mujeres”, lance a su protegida Lorena Piñón Rivera, que no ganaría ni yendo a bailar a Chalma, pero le reportaría buenas ganancias monetarias al campechano, aunque esta última quiere ser Senadora.
DEL PAN ya dan como inminente candidato a Julen Rementería, sobre todo si el dirigente nacional cumple su palabra de ir solos en la elección de 2030, y se olvidan de una alcaldesa electa que se crece al castigo y que jamás ha perdido una elección, la que, con un excelente trabajo en Boca del Río y como coordinadora de los munícipes panistas podría erigirse en una figura que deba ser tomada en cuenta para el 2030; nos referimos, por supuesto a María Josefina Gamboa Torales; por Movimiento Ciudadano colocan lo mismo al Senador Manuel Huerta Ladrón de Guevara que al mismísimo Secretario de Gobierno, Ricardo Ahued Bardahuil, y otros ya visualizan como “gallo” de la Gobernadora Rocío Nahle, al actual alcalde electo de Coatzacoalcos, Pedro Miguel Rosaldo García cuyo familiar cercano ahora es delegado de la Fiscalía General de la República, y otro se desempeña en similar puesto de relevancia gracias a la tía Chío (y no es peyorativo, que quede claro, sino que así le dicen los Rosaldo).
POR MOVIMIENTO Ciudadano los politólogos también hacen apuestas; los más fantasiosos ubican al robusto Sergio Gil Rullán la cabeza, y se olvidan de un personaje que, si es nombrado titular de la Auditoria Superior de la Federación, como todo parece indicar, estaría a un paso de asumir la candidatura, pues ya se desempeña en un cargo de alto nivel en esa instancia. Nos referimos a José Manuel del Río Virgen, aunque no se podría soslayar al dirigente Estatal de ese instituto, Luis Carbonell de la Hoz que en Mayo se convierte en diputado local, y acaso en 2027 en legislador Federal, lo que le daría mayor presencia para disputar ese puesto, aunque, por supuesto, la última palabra la tiene Dante Alfonso Delgado Rannauro quien no quita la mira en Pepe Yunes, a quien en la pasada elección le propusieron ser abanderado de la alianza PRI, PAN, PRD y MC, siempre y cuando saliera abanderado por el instituto del ex Gobernador cuatrienal, pero institucional como suele ser, Pepe decidió jugársela por el PRI –que lo dejó solo, lo mismo que el PAN y hasta el PRD, lo que provocó la estrepitosa derrota de la supuesta alianza-.
LO QUE olvidan los tahúres electoreros o pitonizos políticos es que, para que haya 2030 debe haber primero 2027, y que será esa elección la que definirá las circunstancias en la sucesión del 2030. Olvidan, incluso, que Rocío Nahle, pese a lo que diga públicamente, si desea ser incluida en el gabinete presidencial, probablemente al frente de Petróleos Mexicanos, lo que podría ocurrir a finales de 2026 o principios de 2027, de no ocurrir algo que cambie sus planes, y que en caso de irse antes de que la revocación de mandato la alcance, quien quedaría como sucesor sería el actual Secretario de Gobierno, Ricardo Ahued, algo muy similar a lo que ocurrió con la licencia de don Fernando Gutiérrez Barrios a la Gubernatura para convertirse en secretario de Gobernación con Carlos Salinas de Gortari en 1988, y el ascenso de Dante Alfonso Delgado Rannauro a la Gubernatura cuatrienal. Pero insistimos, se trata de suposiciones que podrían tener certeza o ser producto de mentes calenturientas, pero nada debe soslayarse en la vida pública y política de un Estado como Veracruz que ya vivió ese acontecimiento y que, porque no, podría repetirse.
LO MEJOR, sin duda, es esperar los tiempos o, como decía el afamado Tribuno del Sur –como lo bautizara el siempre bien recordado maestro de periodistas, Pompeyo Lobato Ortiz-: para que tratar de adivinar lo que finalmente sucederá. Ciertamente, para periodistas, pitonizos, politólogos de café y aspirantes a lo que sea, tratar de hacer premoniciones es un deporte que a veces sale y en ocasiones se trastoca, pero es parte de la vida cotidiana de un Veracruz que se dice político por excelencia, aunque siempre se equivoca al elegir Gobernante, aduciendo como consuelo: estábamos bien cuando estábamos peor. Así de simple…
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LA VIOLENCIA en Michoacán que ha cobrado vidas notables en los días recientes –creando un parteaguas en el espectro nacional-, no es solo privativa de aquel Estado. El grupo imagen que dirige el inimitable periodista José Pablo Robles Martínez revela que, en lo que va de 2025, al menos 17 políticos, candidatos y funcionarios han sido asesinados en ataques que revelan la tenaza del crimen organizado sobre la vida pública. Y es que según el último informe semestral de Integralia Consultores, Veracruz acumuló 81 incidentes de violencia política en el primer semestre, con 16 homicidios que posicionan al estado como epicentro de esta crisis nacional, donde el total de víctimas políticas supera las 112 a nivel nacional, y el asesinato del exalcalde de Chinameca el jueves, perpetúa un ciclo de impunidad que amenaza la democracia local. las cifras hablan de un descontrol: el 81.7% de las víctimas son excandidatos o alcaldes en funciones, según el análisis de la consultora. Los nombres de los asesinatos los puede leer en las páginas de Diario del Istmo o Periódico Imagen, bien dirigidos por el ínclito ex corresponsal de Guerra Pablo Robles, sin contar, por supuesto los múltiples asesinatos de periodistas que siguen enlutando al gremio en todo el territorio nacional sin descartar a Veracruz. OPINA carjesus30@hotmail.com
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