Hay mañanas muy difíciles y a veces es mejor no levantarse de cama, leer o ver la tele o tirar la milonga, porque muchas veces los astros no están alineados para que te ayuden, algunas veces se alinean y ahí es dónde hay que entrarle y comprar un Melate, no te puede ir mal por nada, aunque el Melate nunca cae.
Pero un día de la semana pasada la presidenta Claudia Sheinbaum escogió, para malas, la tierra de los Chapos y Chapitos, el famoso estado de Culiacán a inaugurar una obra en ese estado. Esa misma mañana estaba programada en la ópera gringa que Ovidio cantaría, no sabemos en cuantos actos y tenores o partituras, pero de que se declararía culpable para hablar y evitar la pena de muerte, eso está sobre el tintero.
Entonces apareció un guerrero no invitado, sin pintarse la cara como los Comanches, el abogado de Ovidio se fue contra la presidenta de México con todo: “Cuando México pudo juzgar a un narco, lo exoneró y le dio una medalla. Otra más cruel: “El abogado del líder de Los Chapitos dijo que Claudia Sheinbaum “actúa como brazo de relaciones públicas del narcotráfico” y no como líder del pueblo mexicano”.
Los tomó por sorpresa, sobre todo porque le dieron difusión en la mayoría de los canales americanos: CNN/CBS/NBC/FOX y en los mexicanos por igual.
Era una bomba que un abogado de narcos lanzara tal acusación.
Sheinbaum se defendió. Lo llamó irrespetuoso y quedó de demandarlo,
ESOS DESENCUENTROS
Desde la época de los abrazos y balazos los desencuentros entre México y EEUU han sido una constante. Es David vs Goliat. Un pleito que no puede tener vencedor, porque son países hermanos geográficamente.
Los periodistas bien informados le encontraron el hilo a las fallas.
UNO: la presidenta Sheinbaum no debió haber respondido al abogado, no son pares, en el Gabinete sobran gente como Juan Ramón De la Fuente o Marcelo Ebrard. A ellos se lo hubiera lanzado.
DOS: la presidenta es muy frágil, porque tiene muchos inútiles que no saben apagar fuegos pero son buenos para denostar y atacar a los opositores, como ese Jesús Ramírez Cuevas.
TRES: En el recuento de los daños, dice otro, la demanda de la presidenta no servirá de nada, porque el abogado Lichtman vive en Estados Unidos; las demandas por difamación no son penales y, por último, aquel es un abogado chucha cuerera.
Mejor ahí déjenla. |
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