Cada semana sabemos y conocemos de un acierto y una gran detención del gran Elliot Ness mexicano, Omar García Harfuch, lo mismo en la refinería pirata que estaba en Veracruz tan campante operando, que en detenciones mayores y bandas peligrosísimas huachicoleras. Noticias del imperio anuncian que tanto Marco Rubio y JD Vance, los dos que van a suplir a Trump en la presidencia, están a gusto con su trabajo. Era cosa que la presidenta diera la orden para que se acabaran los abrazos y no balazos y se fuera a la cacería de estos criminales. Va a demorar el asunto, el daño es tan mayor que pasarán dos o tres sexenios para poder tranquilizar estas aguas, a menos que Trump se enoje y mande sus drones por las noches y acabe con todos esos laboratorios que decían aquí no existían y parecían Oxxos, había uno en cada esquina,
Cosa de los nuevos tiempos. Es el secretario más reconocido en el Gabinete de Claudia Sheinbaum. Los americanos así lo declaran, los de seguridad y la temible DEA, más ahora que Ovidio se prepara para cantar como barítono en estos meses y poner al descubierto muchas cosillas que tienen temblando a muchos políticos metidos hasta las rodillas, por no decir hasta el cuello.
Los antecedentes del abogado y mejor policía mexicano, de 43 años, provienen del general Marcelino García Barragán, aquel que fue secretario de la Defensa del presidente Gustavo Díaz Ordaz y, cuenta la leyenda, que una mañana a su despacho en el Campo Marte llegó un enviado de los americanos para ofrecerle un Golpe de Estado y derrocar al presidente. Al pobre tipo casi lo saca a patadas. Se mantuvo leal al presidente y al país toda su vida.
El otro fue su padre, otro político priìsta, de raíces jaliscienses, Javier García Paniagua, fue senador de la República y presidió el PRI, Secretario de la reforma Agraria y del Trabajo durante el gobierno de López Portillo y Director de la Dirección Federal de seguridad. De allí el espíritu de buen policía de García Harfuch.
Este hombre era tan bravo que un día algún reportero le preguntó si era cierto que los del PRI eran dinosaurios.
Dijo: “Si, porque tenemos los huevos bien grandes”.
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