Anoche, por asuntos de la tragadera, sucede que fui invitado a la 8ava Muestra Gastronómica de Canaco Orizaba, en el muy agradable Parque España. Una Muestra que año con año convoca a la población, donde los mejores restaurantes y taquerías y pizzerías y torteras y loncherías, cafés, también, exponen sus productos y por 500 peros de entrada hay de todo para hartarse. Todo incluido, como en los hoteles. La presidenta Ihali Saldaña, Romero y representante del ayuntamiento y personalidades, la inauguraron y comenzó el desfile del buen comer. Orizaba y la región cuentan con excelentes restaurantes, Me tomé un par de chelas, una que se llama Miller High Life y estaba buena y ligera. Hoy traicioné las chelas orizabeñas. En un ambiente lleno, con familias disfrutando la cena, con bellas y atentas edecanes en los expositores y con un grupo que llegó a ambientar con buenas canciones, trascurrió las tres horas en que me salí, pero aquello debió haber sido para más tarde. Buen convivio.
AQUELLA DE DE GAULLE
El presidente Emmanuel Macrón llegó en visita oficial a México. Lo atendió la presidenta Claudia Sheinbaum. Francia siempre ha sido un amigo de México, interrumpido un poco cuando la presunta secuestradora Florence Cassez, el presidente Nicolás Sarkozy vino en su defensa como lo que era, una ciudadana francesa. Con Felipe Calderón tuvo sus tiritos y clinches, Calderón no era dejado y cuando le pedía que permitiera que en su país siguiera el encarcelamiento, Calderón se negó. Hasta que un día una ventana legal le permitió salir y se cerró ese capítulo que aparece en Netflix, por si lo quieren ver.
Pero los que somos de aquel tiempo, recordamos la gira exitosa de Charles De Gaulle con el gran Adolfo López Mateos (1964). De Gaulle solía escribir sus discursos, darle una repasada y darlo de memoria. La France et le Mexique unidos como racimo de coyol, según dijera Cástulo Delfín, un alcalde de mi pueblo.
Alguien por allí preguntó a López Mateos, a quien también se le conocía por López Paseos, porque viajaba mucho, y también tenía fama de calenturiento amoroso, dicen sus biógrafos que en las mañanas se levantaba y preguntaba a su secretario particular, Humberto Romero: “Qué toca hoy, licenciado, ¿viajes o viejas?”.
Alguna vez le preguntaron: “Señor presidente, ¿qué opina de lo declarado recientemente por un colega mexicano, acerca de que la Revolución mexicana ha muerto y ha sido usufructuada y secuestrada por un grupo en el poder?”.
El presidente derramó bilis y su alba sonrisa desapareció. Parco y visiblemente incómodo, López Mateos reviró con otra pregunta, tal como lo dicta la táctica política:
— ¿Qué periodista dijo eso?
— Se llama Leduc, señor presidente.
— ¡Ah! el mandatario se sosegó y continuó en tono socarrón—. “Renato Leduc es un poeta”.
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