La Organización Mundial de la Salud (OMS) es el organismo más serio de Naciones Unidas, el que vigila la salud del mundo y la que termina por descubrir si una amenaza le llega al mundo. Como ocurrió cuando el Ebola y Covid. Por eso fue de sorprender, para propios y extraños, que el gobierno de México designara como representante ante la OMS al conocido como Doctor Muerte, Hugo López-Gatell, a quien millones de mexicanos culpan de su indolencia y que por sus anuncios chafas de prevención, permitió que 800 mil mexicanos murieran en aquel tiempo de la pandemia del Covid. Hombre cínico, paseaba por las calles como si nada cuando medio México se contaminaba, algunos sospechaban que ya andaba vacunado. Fue aquel personaje que se atrevió a pronosticar que “La fuerza del presidente es moral, no es una fuerza de contagio, en términos de personas, un individuo que pudiera contagiar a otros”. Mientras en los países desarrollados el cubre bocas era obligatorio, en México hasta el mismo presidente AMLO le echó fuego a esa hoguera argumentando que “lo del coronavirus, eso de que no se puede uno abrazar, hay que abrazarse, no pasa nada, o sea así, nada de confrontación, de pleito”.
Tan pasa y pasó que al presidente le dio dos veces Covid, lo que ocurre es que él tenía a su servicio al hospital militar, que ya contaba con tecnología y vacunas para emergencias.
Pues una Comisión de Investigación del Covid ha rechazado el nombramiento de Hugo Lòpez-Gatell como representante de México ante la OMS.
El Covid le hizo un daño terrible al país, aún hay secuelas de esa enfermedad. Cobró la vida de millones de mexicanos y aún no nos reponemos. Enlutó muchos hogares, murió gente conocida y ese Lopez-Gatell aun anda buscando chamba, cuando debiera estar como avestruz, metida la cabeza en un hoyo.
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