La realidad recorre México; la realidad de la desolación. Así lo consideran los mexicanos no devotos a nuestros políticos. Muchos abrigamos la esperanza de llegar con suficiente aliento hasta el cambio de mandos en los poderes publicos: confiamos en que, a pesar de todo, la rutina electoral alcance para otorgar legitimidad a los gobiernos y a los legisladores que vendrán. Las próximas elecciones han tenido la triste virtud de unirnos. Lo han unido para mal. Desasosiego, rencor, desesperanza, odio, miedo, hartazgo, desconfianza, incertidumbre y otra serie de dolores son común denominador, cuyos sumandos reproducen una nación rota, destrozada, sexenio tras sexenio, partido tras partido. Difícil saber cuál de los cánceres es el más agresivo: ¿inseguridad?, ¿corrupción?, ¿impunidad?, ¿pobreza?, ¿violencia?, ¿narcotráfico?, ¿desempleo?, ¿educación mediocre?, ¿amoralidad pública?, ¿femicidio?. Las lacras previas son herencia y presente; una nación dominada por esos demonios es un Estado fallido. Una nación donde la política desconoce reglas éticas y morales mínimas en un Estado irresponsable.
Se veía venir: un proceso electoral concentrado solamente en los procedimientos de reparto de poder, sin pedagogía política y sin acompañamiento social, es mucho más vulnerable a los caprichos de las oligarquías y de las cúpulas políticas. Frente a las próximas elecciones, una suerte de orfandad abraza a una buena parte de la población.
Admirar es necesario. Ya lo dijo Descartes en el Tratado de las pasiones del alma: Una de las seis es admirar, amor, odio, deseo, alegría y tristeza completan la lista.
¿Algunos de los candidatos suscita admiración? La respuesta de muchos ciudadanos es triste y real, "votaré por el menos malo"
Funesta fotografía, radiografía del mercado electoral. Cruda realidad del México contemporáneo. Nos esperan tiempos muy difíciles. Hay que guardar energía y paciencia suficientes para salvar la cita electoral y prepararnos, todos, para volver a comenzar. El desaseo político, la amoralidad y la complicidad han sido devastadores. Nos enfrentamos a fantasmas, confrontamos realidades y enfermedades políticas.
Los ojos del mundo se encuentran sobre la elección en México, la más grande en la historia del país. Organismos de observación internacional y de acompañamiento electoral como OEA, IFES e IDEA internacional han estado en México para reunirse
con candidatos y autoridades, entre éstas últimas, con el Tribunal Electoral de Poder Judicial de la Federación. Dicen que ante el TEPJF han expresado interés en temas como los de las candidaturas independientes, fiscalización y la relación entre el INE y el Tribunal.
Comentan que desde hace algún tiempo uno de los magistrados comenzó con ésta vinculación con el fin de dar certeza a la comunidad internacional de que las instituciones electorales trabajarán de manera independiente y autónoma. Están bajo la lupa.
Una ventaja para la sociedades donde se ha concretado la apertura económica y la inserción a la globalidad, es que ya, prácticamente nada puede hacerse en lo oscurito.
¿Qué significa esto? Que gobiernos con rasgos utoritarios se ve expuestos a otros ojos, los cuales, si bien no imparciales, aun así gozan de mayor libertad que la que un sistema como el nuestro permite.
También hay beneficios inadvertidos, como el hecho de que observadores internacionales vengan a ver cómo se lleva a cabo el proceso electoral. Ellos, las más de las veces, acuden sin compromisos específicos, salvo atestiguar que la transparencia y el respeto de los derechos y la legalidad sean respetados. A la par de esos observadores los más, enviados por organismos internacionales, llegan otros más difíciles de controlar o vigilar: reporteros experimentados, de medios con gran influencia y prestigio internacional. Si bien para algunos esto carece de importancia, otros exigen vengan los primeros, porque, afirman, ayudan a inhibir prácticas violatorias de todo precepto legal. Por otra parte cada proceso electoral es único.
¿Qué dirán los observadores internacionales y los reporteros que ya están haciendo su trabajo, del ambiente que rodea el proceso electoral?
Lo desconozco; sin embargo, esperaría la obligada objetividad porque, mucho nos ayudaría que se conociere nuestra realidad.
El INE tiene demasiadas funciones, pero dos de ellas son particularmente importantes: Organizar las elecciones, garantizado que todos aquellos que quieran emitir su voto puedan hacerlo en condiciones de la mayor libertad posible y contar los votos a partir del cierre de casillas, informando con oportunidad a la ciudadanía cómo fluyen los resultados.
Desde su nacimiento, el IFE / INE ha acreditado su profesionalismo y capacidad para organizar las elecciones con una amplia participación ciudadana y representación de los partidos. Otra cosa son las impugnaciones posteriores que se refieren no a las trampas en el conteo, sino a trampas durante el proceso electoral. Trampas que no
comete el INE, sino los partidos y contendientes. Queríamos elecciones competidas y las tenemos. Pues ellas tienen una implicación. La incertidumbre en los resultados. Llevamos tres elecciones presidenciales en las que la intención del voto ha variado a lo largo de las campañas.
Al encargarse del conteo de votos, tal como lo afirmó L. Córdoba el INE tiene que dar certeza a la ciudadanía de como se va desarrollando, estar preparado para cualquier escenario que derive de los resultados y contar con capacidad de respuesta. "El INE está partiendo de la premisa de que lo que puede ocurrir la noche de la elección es que no se podrá definir con claridad un ganador, y por lo tanto, el Instituto tendrá que explicar y llamar a la prudencia".
Decir esto no sólo es hablar con la verdad, sino también es una cuestión de responsabilidad política que va aparejada al cargo.
No es hacer pronósticos. Tampoco prejuzgar resultados. Córdoba tiene razón: el INE no está en la lógica de improvisar dependiendo de por dónde sople el viento, el INE se prepara para cualquier escenario, si ese escenario es de resultados holgados, estamos listos, si ese escenario es de resultados cerrados, estamos listos. Las encuestas en todo el mundo muestran que las preferencias mutan, yerran en sus augurios y que las diferencias entre candidatos se abren y se cierran. Los resultados en todo el mundo es que los candidatos le hechen la culpa al órgano electoral por su derrota.
INE informó que el primer debate entre candidatos presidenciales costó 12.6 millones de pesos de los 20 millones de pesos que se tenían presupuestados en un principio para los tres encuentros. De ésta cantidad, 10.9 millones fueron costos de logística, atención de asistentes y medios de comunicación, 2.2 millones de pesos por servicios de grabación, distribución y transmisión del debate, 243 mil pesos de pago de honorarios para dos de los tres modedadores, y poco más de 81 mil pesos para el segmento satelital.
"El costo total del debate representa 1.11 pesos por cada una de las 11.4 millones de personas mayores de 18 años que vieron el debate en sus casas, o un peso con 70 centavos por cada uno de los 7.1 millones de personas que vieron el debate a través de Internet, " Preparese: el ramalazo por los tres debates será mucho mayor que los 20 millones programados. Gastalones. Recuerde la percepción es realidad en política y en comunicación. La comunicación moderna no es espontánea, se crea, se organiza, es una industria. Se emiten y se reciben mensajes que vinculan personas y grupos sociales. Así se forma identidad e imagen de personas e instituciones. Por eso es tan importante cómo se elaboran los mensajes, cómo se comunican y cómo se perciben. En una campaña política , para comunicar no hay que pedir, ni exigir, hay que seducir.
El que se enoja pierde, y más ante cámaras y micrófonos. Saber responder a los golpes sin descalificar a priori al periodista, es fundamental para mantener la imagen de un político tolerante, profesional y capaz de responder bajo presión. |
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