Hace años, cualquier bebida, alimento o medicamento, debía de ser registrado ante la Secretaría de Salud Pública, en la Dirección General de Control de Alimentos, Bebidas y Medicamentos. Y para hacer propaganda se requería una autorización. Hoy, por la Red, gracias a una Libertad de Expresión mal entendida, la gente puede decir lo que le venga en gana...
Y como a alguno de mis tres amables lectores también le debe de suceder, un día sí y otro también, aparecen ilustres desconocidos, con grandes credenciales -que nadie corrobora- que han descubierto o inventado algún método, fórmula o sistema, para curar lo que sea. Hay pa todo, pero especialmente están enfocados en el negocio de la hipertensión, la diabetes y el dolor de las articulaciones, que antes se llamaban reumas. Lo que medio mundo padece...
Unos dicen que lo curan en unos días, otros en semanas y hay quienes la curan para siempre ¡en horas! -curiosamente no me ha llegado el vídeo de ninguna mujer inventora o científica, ora que están de moda- Y sueltan unos rollos mareadores, que los enfermos, hartos de medicinas -y ora que ni hay- les creen...
Advirtiendo que las farmacéuticas bajarán el vídeo de la Red, porque no quieren que se sepa. Y que por ello es que tienen que aprovechar la oferta limitada. Pues ya les quedan x número de tratamientos. Porque todos venden su invento y la fórmula secreta del producto que usted puede empezar desde ahora, pues los elementos los tiene en su casa. La manera, el secreto, es cómo mezclarlos y en qué proporción...
Hoy me llegó el vídeo de un doctor Lozano que cura la hipertensión y la diabetes, pues él y sus colaboradores farmacéuticos ¿? descubrieron la verdadera causa. La oferta limitada de su producto es de 3 mil y pico de pesos, a casi 600. Y presentan testimonios de su mágica curación, echándole bendiciones, que es la moda, al Doctor, quien dice que ya son 500 mil los que se han curado en México...
Pero son tan tontos, todos; quienes los promocionan, y más quienes los compran; que dicen que podrán volver a su vida de antes, y a volver a comer sus antojos sin remordimiento; engolosinando al enfermo para que compre sus inventos. Pero ignorando, a pesar de ser científicos, el principio básico de que TODOS somos el resultado de lo que hemos comido. Y que volver a comer como antes, significa volver a transitar por el mismo camino que los llevó a enfermarse...
Pues bien, lo que les voy a comentar a mis tres amables lectores, si es que alguno padece de hipertensión, que me da igual si lo creen o no lo creen, sí se curan o no se curan, yo no tengo ningún interés en ello, pues el producto, el tratamiento y la fórmula la tiene en su casa, es decir, ora sí que no tiene que comprar nada ni pagar nada por el “descubrimiento”, ni se necesita guía para tomarlo. El problema es que la gente quiere curarse. Pero quiere que la curen, sin tener más que hacer , que el comprar las medicinas...
Ahora bien: Las arterias se obstruyen por la grasa acumulada en las paredes, disminuyendo su elasticidad y lógicamente, el flujo de sangre. De moda es “destaparlas” quirúrgicamente, además que no es barato, introduciendo una guía que en la punta tiene un globito, en palabras coloquiales, que de regreso se infla, arrastrando la grasa y destapando la arteria...
Todo motor necesita de un combustible para funcionar, gasolina, vapor, electricidad, carbón, etc. el organismo necesita azúcares, que es en lo que transforma el organismo lo que se come en glucosa. Si el motor se queda sin gasolina, vapor electricidad, carbón, etc. se detiene...
En el caso de la glucosa no; pues como generalmente comemos más de lo que requerimos, dependiendo de la actividad, la que no se consume, se transforma en grasa; que se va almacenando en la papada, el cachete, la panza, las nalgas, etc. y en las arterias...
Y como el organismo no es tonto, cuando no recibe glucosa, echa mano de las reservas. Y la primera que tiene a la mano, es la de las arterias. Por eso, si se deja de comer, es decir, se ayuna y sólo se toma agua durante unos días, todo depende de la persona, las arterias se destapan ¡y no cuesta nada! En el entendido de que nadie se ha muerto por dejar de comer unos días...
Y si los inventores y descubridores pueden presentar miles de testimonios de sus exitosas ideas, La Madre Naturaleza tiene millones de años que cura a sus hijos con agua.
Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.
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