El hecho de que el presidente Trump se haya puesto furioso arremetiendo en contra de los filtradores, según él, los demócratas, declarándoles la guerra -y quiere ser el Nóbel de la Paz- por haber publicado que los ataques a Irán no tuvieron el éxito esperado...
“El programa nuclear de Irán ha sido totalmente destruido -declaró- No tuvieron oportunidad de sacar nada”. “Han sufrido un retroceso de varios años, básicamente de décadas”...
Contrario al reporte de inteligencia filtrada publicado en el NYT, quien informó que las instalaciones habían quedado casi intactas y que en cosa de seis meses Irán podría tener bombas atómicas...
Lo cierto es que, según The Times of Israel, “Aunque Tel Aviv logró interceptar la mayoría de los proyectiles, la contundencia de los ataques dejó claro que Teherán posee un arsenal capaz de vulnerar su sofisticado sistema de defensa”...
Y no crean, mis tres amables lectores, se ha de sentir gacho que, en asuntos de tal importancia, lo desmientan públicamente. Solo los políticos mexicanos son capaces de digerir todo tipo de señalamientos, insultos y amenazas, con la sonrisa en los labios y levantando las manos en señal de triunfo...
Por cierto, ya que comentamos de políticos cínicos, como que ya le andan llegando las aguas a los parejos a López Obrador y toda su parentela, por no decir a toda su gavilla; y aunque aún convenientemente no se ha dicho nada...
Pero está incluida la señora que dejó en la Presidencia para que le cubriera las espaldas; ella misma ha dicho en repetidas ocasiones, que sigue el proyecto del tabasqueño y que nunca se enojará con él...
Pero por lo pronto, aunque el que llegue, deberá echar abajo toda la bola de estupideces que han estado haciendo; los mexicanos no la estamos pasando nada bien, con tanta inseguridad a causa de la delincuencia...
Y con un sistema de salud que sencillamente no ha funcionado, ya que tiene a la población enferma y lógicamente improductiva; rematando con una pésima educación por parte de la familia, que dará buenos consejos, pero malos ejemplos. Y una no menos pésima preparación a cargo de maestros convertidos en mafias sindicalistas...
Lo peor de todo esto es que, aunque ya falta poco, todavía no tocamos fondo.
Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.
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