“Todo acto de corrupción siempre se da con el visto bueno de los altos funcionarios; en concreto, con él del presidente (de la república), porque el presidente se entera de todo”, sentencio en ese entonces, el jefe del ejecutivo federal Andrés Manuel López Obrador en Guachochi, Chihuahua.
En efecto, así es. Y así lo publiqué en mas de dos columnas, una de éstas publicada en este mismo medio cuando me referí a la investigación que Carmen Aristegui y su equipo hicieron sobre la casa blanca, donde el entonces presidente Enrique Peña Nieto, como un cobarde, le tiro toda la culpa a su entonces esposa, la actriz Angélica Rivera, que tuvo que dar la cara a los medios de comunicación por ese acto de corrupción, uno de tantos de ese mandatario.
Otro mas, publicado en este espacio y medio, el 26 de enero de este año que titule: Trump: la kriptonita de MORENA, comentando en él que mas temprano que tarde la justicia alcanzaría a todos los altos funcionarios de la 4T, que tanto criticaron a los del PRIAN de robarse los dineros públicos, y que estaban resultando igual o peores que ellos, y que su destino lo tenia el presidente de los Estados Unidos en sus manos.
Hoy podemos afirmar que la justicia esta tocando la puerta de aquellos cuatroteros, que en los seis años del gobierno de López Obrador hicieron fortunas mal habidas, y que por las exigencias del jefe de la Casa Blanca empiezan aflorar el origen de sus turbias riquezas, y que el brazo de la justicia los alcanzara algunos en este mismo año, y muchos mas en los que vienen.
Sus alianzas con el crimen organizado eran publicas. Eran un secreto a voces, y cuando los cuestionaban sobre ellas afirmaban hipócritamente que no, que ellos eran diferentes a los prianistas. Se regodeaban del encarcelamiento y condena de Genaro García Luna en los Estados Unidos, bajo el argumento de López Obrador que Felipe Calderón debió saber: “-Claro que sabía, un presidente no puede alegar ignorancia de lo que hacen sus subalternos, ¡Claro que sabia!-“. Repetía una y otra vez.
Hoy, bajo esa lógica, bajo esos mismos argumentos de Luisa María Alcalde, la líder nacional de MORENA; bajo los mismos argumentos que precisaba el presidente de la Cámara de Senadores Gerardo Fernández Noroña, y de la misma Claudia Sheinbaum, -que no podía haber corrupción sin que el presidente se enterara, sin que los jefes lo supieran-, el excandidato presidencial Adán Augusto López (el hermano de AMLO), debió saber la fichita que era Hernán Bermúdez Requena, y que precisamente por conocerle todo su historial delictivo lo nombro, siendo gobernador del estado de Tabasco, como Secretario de Seguridad de esa entidad, convirtiéndose en el líder del grupo criminal >la barredora< y pummm, floreció el huachicoleo en donde hasta antes de ellos, era un edén.
Las cruzadas jurídicas-morales MORENA y sus gobiernos las miden con distinta vara. Si alguien los acusa a ellos exigen pruebas y se disponen acatar los llamados de las autoridades, cuando saben que nunca los tocaran; pero si son contra alguien de la oposición, entonces exigen que ni baranda toquen y los encarcelen.
Solo que ahora, un no tan extraño enemigo es quien los esta llamando a cuentas. Es su kriptonita.
Por Helí Herrera Hernández
plazacaracol@hotmail.com
Threads: @helíherrerahernández
(X) HELÍHERRERA.es |
|