Recuerdo perfectamente, a mi paso en la LV Legislatura Federal, cuando Diego Fernández Ceballos desde la tribuna denunciaba la corrupción que permeaba en la paraestatal Petróleos Mexicanos y exigía, a nombre de su grupo legislativo del PAN su privatización, y el mejor parlamentario de esa Cámara de Diputados, Martín Tavira Uriostegui le contesto: “que se debería empezar por encarcelar, después de la denuncia y el proceso correspondiente, a todos los funcionarios y líderes sindicales que robaban a PEMEX”.
Mas tarde, no preciso bien el mes por no buscar en mis notas diarias, pero fue al inicio de 2013, al termino de una comida con Andrés Manuel López Obrador, Dante Delgado, Octavio Romero (agrónomo exdirector con AMLO de la paraestatal), el maestro Atanasio García Duran y el que esto escribe, en el rancho Zoatzingo, ubicado en la carretera federal Teziutlán-Perote, el expresidente de la república, cuando Dante se paro al sanitario, nos comento que después de las dos campañas presidenciales -2006 y 2012-, había comprendido que cometió errores y por eso no había ganado -refiriéndose al apoyo que Elba Esther Gordillo le había ofrecido en la primera y el rechazo-, por considerarla una lideresa corrupta, pero que en la de 2018 ya no sería tan puritano, y que si había que realizar acuerdos con ella, con el líder de los petroleros (Carlos Romero Deschamps), y minero (Napoleón Gómez Urrutia), los haría porque ya no tendría otra oportunidad, por su edad, de ser candidato presidencial, y que ya estando en el poder, vería que hacia con ellos.
Estaba mi hija la maestra Ana Esperanza Herrera López conmigo y le hice el comentario: “Creo que ya no apoyare a don Andrés ni en su campaña, ni con mi voto, porque aliarse con el diablo para coronar su apetito político nada buena le dejara a la patria”. Meses después -ya borracho de poder-, empezó con sus asambleas para formar MORENA, y el resto de la historia ya la conocemos. AMLO gana la elección de 2018, ayuda a sacar de la cárcel a Elba Esther, protege a Romero Deshamps, hace hasta senador a Gómez Urrutia, pone a su paisano Octavio Romero al frente de PEMEX y durante su seis años de pésimo gobierno el huachicol fue de tal magnitud, que expertos calculan en 24 mil 850 millones de dólares el daño económico a la hacienda federal, que habría alcanzado, si López Obrador hubiera puesto orden y se hubiera conducido con honestidad valiente en la paraestatal, para pagar la carísima refinería olmeca, a pesar de su sobre costo, y que para acabarla de amolar, hasta la misma presidenta reconoció la semana pasada que esta parada, y no esta refinando ni un barril de petróleo.
¡Terrible! ¡Catastrófico! lo que los gobiernos del PRIAN y de MORENA le hicieron a PEMEX. La asesinaron, mataron a la gallina de los huevos de oro. Allí están las estadísticas de los robos que hay que reconocerlo, en escasos 9 meses ha descubierto Omar García Harfuch con su equipo -millones y millones de litros de combustibles-, mientras AMLO se dedico en sus 6 años de gobierno a darles abrazos a la delincuencia.
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