Tomar el machete e irse a despejar los jardines de la ciudad, abandonando sus labores en Palacio de Gobierno, donde tiene mucho trabajo para resolver los problemas prioritarios como es la salud de los veracruzanos, es una mera irresponsabilidad. Al parecer no le importa, para nada, la muerte, cada cuarenta minutos, de una persona que ha sido infectada por el virus del Covid-19, en el Estado que tiene a su cargo, pues este problema de salud, requiere de la presencia permanente de quienes tienen el compromiso de gobernar, porque se trata de un asunto público que concierne precisamente a quien, supuestamente manda en el Estado de Veracruz.
No fue, a todas luces, una buena idea, tal vez, planteada por alguno de sus asesores, porque seguramente no es, ni se puede uno imaginar que así sea, una decisión propia del Gobernador del Estado.
Fue, más que otra cosa, una ocurrencia de mal gusto, al puro estilo de la cuarta transformación.
Sin embargo, analizando un poco esta actitud oficial, habría que considerar algunos aspectos interesantes que se puede sacar de este contexto.
Primero, estas acciones denotan un claro enfrentamiento entre las dos instancias, es decir, entre el Gobernador del Estado, y el propio alcalde de Xalapa, Hipólito Rodríguez Herrero, donde el titular del poder ejecutivo, aprovecha las condiciones de abandono de la ciudad, para señalar al Presidente Municipal, como un funcionario inepto, dejándolo mal parado ante los propios habitantes de esta capital veracruzana, ahondando más lo que ya se venía comentando por algunos analistas en el sentido de que entre estos dos hombres de la cuarta transformación, no hay buenas relaciones.
Segundo, el Gobernador del Estado, Cuitláhuac García Jiménez, se entromete en las cuestiones que son responsabilidad única del ayuntamiento, por lo que podría ser sujeto, cuando menos, de una observación del propio Congreso local, pues la acción llevada a cabo, viola flagrantemente la autonomía municipal, así como su plena libertad y esfera de poder, salvo que existiera de por medio algún acuerdo con el gobierno del Estado, para recibir asesoría o apoyos de cualquier índole para salir adelante, pero eso de que el Gobernador, intente hacer la chamba de manera oficial, como fue el caso comentado, constituye una mera intromisión política y administrativa.
Tercero, el Gobernador del Estado, manifiesta aún más lo que ya todo mundo conoce, es decir, que entre los propios miembros del Movimiento de Regeneración Nacional, existen divergencias políticas y un mal entendimiento entre todos,
principalmente, por el poder desmedido que tienen y que nunca conocieron, situación que se observa, tanto a nivel nacional como estatal, donde parece que se ocupan más de las cuestiones políticas internas y de preocupación político electoral, que su propia responsabilidad ante los gobernados.
En una cuarta consideración, podría entenderse que el Gobernador del Estado, busca, por todos lados, alguna forma de protagonismo político, para ser aplaudido, cuando en realidad, sus acciones han sido equivocadas y altamente criticadas, ya que su presencia hace más falta en los hospitales, centros de atención de la salud y constante comunicación con los médicos y enfermeras, que no siendo políticos, realizan una labor callada y responsable para salvar vidas a costa de la suya propia.
Y por último, bien podría analizarse la situación desde otro o varios puntos de vista, pues la ofensa queda entre ellos mismos, es decir, entre los dos hombres del Presidente, pero ante todo, Cuitláhuac García Jiménez, le falta al respeto a su propia investidura, pues un gobernador, no puede, en estos momentos, desviar su atención en estos menesteres, cuando sabe bien que tiene una alta responsabilidad frente a todos los veracruzanos, además de que no son facultades propias de su encargo.
Todo lo anterior, podría derivar, incluso, en una demanda de juicio político en su contra, por abandonar sus quehaceres públicos que le corresponden, poniendo, de alguna manera, en mayor riesgo a la población que está demandando atención de sus autoridades para resolver los casos de salud. Esto último es un elemento fundamental para hacerlo responsable de lo que está pasando en el territorio estatal, en materia de salud, donde el Estado, forma parte de todas aquellas entidades que están mayormente contagiadas.
Y de paso, al gobernador del Estado, se le ve públicamente, sin cubre bocas, desafiando, como el mismo Presidente de la República, las constantes críticas de su pueblo.
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UN ALCALDE EXHIBIDO.
EL HECHO DE QUE EL Gobernador del Estado, haya salido, irresponsablemente, a la calle para con machete en mano ponerse a cortar el paso y darle un mejor aspecto a los jardines de la ciudad, no quiere decir que las demandas al alcalde de Xalapa, para que acuda a limpiar la ciudad, no sean dignas de tomarse en cuenta.
Ya el titular del Poder Ejecutivo, de manera directa, lo ha exhibido frente a todos los jalapeños, independientemente de que haya hecho bien o mal con su ilegal intromisión en los asuntos públicos que son facultad de propio ayuntamiento, pero antes que nada, lo que tiene que hacer el alcalde de la ciudad, es atender los llamados de sus propios ciudadanos, que piden constantemente a sus autoridades que ordene lo conducente para darle una mejor imagen a esta capital.
Y que no diga que le falta el dinero, porque se ha dado el lujo de devolver muchas cantidades de recursos a la federación, por no haberlos usado, tal vez, porque no le hacen falta o sencillamente, porque no han querido trabajar como prometieron en campaña y se comprometieron cuando tomaron posesión de su cargo.
Vaya, se hubiera visto mejor ver al alcalde encabezando las cuadrillas de trabajadores, para arreglar la ciudad, porque ese es su trabajo, en gran parte, que haber visto al Gobernador del Estado, haciendo lo que no le correspondía y menos que fuera recomendable para su investidura, su tiempo y su responsabilidad frente a otros problemas mayores que deben ocupar toda su atención.
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NI TARDO NI PEREZOSO.
EL DIPUTADO Héctor Yunes Landa, con toda la razón del mundo, porque esa es una de sus funciones, es decir, estar pendiente de lo que ocurre con la población veracruzana, que representa en el congreso federal, además de ver por lo que afecta a las autoridades estatales y municipales, salió de inmediato a señalar el error en el cual había caído el Gobernador del Estado, luego de verlo machetear el pasto en los jardines de Xalapa, antes que atender las necesidades del Estado.
Desde el altiplano, el legislador veracruzano, reprocha la actitud del gobernante veracruzano, haciendo ver que en ninguna de las atribuciones que le otorga la constitución, existe la tarea de chapear, menos en acciones que le corresponden a los ayuntamientos.
Habla, incluso, de quitarle el trabajo a las demás personas que sí saben trabajar en los jardines y hasta de ahorrarse, como si fuera su compromiso, los doscientos pesos que se le pagan a los jardineros.
Vaya, que de inmediato reaccionó el Diputado Federal, que tampoco pierde la oportunidad de aparecer en Veracruz, ya sea personalmente o por la vía virtual para estar permanentemente en contacto con los ciudadanos, Hay que recordar que Héctor, sigue siendo punto de referencia política estatal.
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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.
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