Hace unos días puse un comentario en mi muro de Facebook, que ha causado mucha controversia, incluso gente pensante lo ha rechazado de manera tajante. El comentario fue el siguiente: ¨ Suena divertido escuchar que perdimos la democracia... ¡Que Jamás tuvimos!¨
En el concepto mexicano, la democracia tiene como característica principal la elección libre de aquéllos que habrán de ocupar puestos públicos. No podemos pedirle a un mexicano que tenga un concepto más profundo de democracia, porque jamás la ha experimentado, no tiene experiencia ni conciencia de lo que implica una democracia en el sentido amplio. Mucho menos conoce su los derechos y obligaciones que pudiera tener un ciudadano, en una democracia de ese tipo.
Por ello, no voy a entrar a detalle en discutir los distintos tipos de democracia que existen, y mucho menos las características de cada uno de ellos.
Es verdad que para que exista democracia, un requisito indispensable es que los votos se cuenten y que el resultado de esos votos muestre la voluntad popular. Y en eso se basan quienes consideran que México tenía una democracia en pañales, incipiente, naciente, con un sistema electoral envidia del mundo, ya que los propios ciudadanos enfrente de los representantes de los partidos políticos eran quiénes contaban los votos, y daban fe del resultado en cada casilla electoral.
Pero eso no es suficiente para que exista democracia. Eso apenas alcanza para demostrar que el conteo de votos fue limpio, y simular que ese conteo de votos representa la voluntad popular.
La democracia en su forma más simple, implica que los ciudadanos decidan quién los va a gobernar. Y que la decisión se tome de manera libre y consiente. Una decisión que no es libre, que no es analizada, automáticamente no cabe en el concepto de democracia. Y menos aún, cuando los ciudadanos no escogen a quiénes son los abanderados de los partidos políticos. El primer gran error que considero existe en quienes consideran que la democracia comenzaba a nacer en México, es que creen que el sistema de partidos escogía a sus mejores hombres y mujeres, para que luego los ciudadanos escogieran entre ellos.
Eso es falso, cuando no se vendían las candidaturas, se aprobaban entre una junta de notables del partido, a cuál de ellos más corrupto. O se otorgaban en función de la promesa de negocios futuros con el erario. O en su caso, provenían de la decisión de una sola persona, que es la que decidía cada candidatura. En todo este proceso de selección, el pueblo mexicano era un simple observador, viendo como las cúpulas de los partidos se repartían los cargos públicos en función de sus propios intereses, ya fueran personales, gremiales o de grupo. Incluso, se repartían candidaturas por sectores, por ejemplo el obrero, el popular, el gremio de comerciantes, el gremio industrial, etc. Y el pueblo nada más las avalaba.
Se menciona la segunda mitad del gobierno de Zedillo como el momento en que nace la democracia mexicana, no como una democracia plena sino como un bebé balbuceante, que tiene que crecer y
madurar. Y sí, el único avance real fue el de que ahora los votos se contaban de manera independiente, gracias a la gran idea y reforma de don Jesús Reyes Heroles. Pero nada más.
A partir de ese momento, el fraude electoral ya no se realizaba en el conteo de los votos. Para comenzar un porcentaje de los votos siempre fueron comprados. Vaya, si hasta en las asambleas internas de los partidos que presumían de democráticos, para la elección de los candidatos se compraban los votos. Por lo tanto, ya llevamos dos puntos en contra de una democracia plena, el pueblo no escoge a sus candidatos, y cuando los escoge, es una élite (los miembros del partido) que venden las candidaturas.
Se menciona que la transición a la democracia quedó consolidada con el cambio de gobierno de Zedillo-PRI a Fox-Pan. Los resultados están a la vista, prácticamente nada cambió en el país. Es más, el gobierno fue menos eficiente e igual de corrupto con el PAN que con el PRI. La voluntad que decidió que ganara Fox, no fue la voluntad popular. Los grandes operadores políticos, los que acarrean o manipulan votantes, recibieron instrucciones desde el poder, para no mover las masas a favor de Labastida, y eso bastó junto con la inercia el posible cambio democrático y de milenio para que Fox, con muchísimo dinero de por medio, y por lo tanto, por los intereses que ese dinero representaba, llegara al poder. Así, ante el mundo México pasaba –por conveniencia no de facto- a convertirse en democracia.
De Fox a Calderón, el dinero fluyó para frenar un movimiento popular generado por AMLO, y vimos como el candidato del PRI, perdía votos todos los días, fluyendo información desde el propio gobierno para desprestigiarlo. Igual que hoy se bajó de la aspiración para el 2030 a Adán Augusto. Porque no hay político que no tenga cadáveres en el clóset.
Calderón por su parte, acordó con el grupo Atlacomulco que su abanderado sería el próximo presidente de México. El acuerdo quedó muy claro con la total falta de apoyo a la candidata de acción nacional Josefina Vázquez Mota. Y es que el dinero mueve a los mexicanos. No sólo con la compra de votos, la posibilidad de moverse, la posibilidad de tener espectaculares, la posibilidad de hacer mítines atractivos. Todo lo que vimos con la elección interna de morena, es lo mismo que se acostumbraba antes, para manipular al votante.
Ese es el secreto, el votante manipulado, vota por quién los medios de comunicación y la comunicación política lo impulsa a votar. Ahora en lugar de engañar en el conteo de votos, se manipula al votante, se le miente, se le engaña, se desprestigia al contrario en voz de figuras confiables de la comunicación. Y un votante manipulado no otorga un voto libre e informado, requisito mínimo para que haya democracia.
Siempre me preguntan si creo que el mexicano es tonto, y por eso no emite un voto inteligente. A las pruebas me remito. Labastida estaba mucho mejor preparado que Fox. Antonio Meade es una eminencia y ganó AMLO. Para no ir más lejos.
En la elección de 2024 para la presidencia, a todos nos quedó claro que fue el propio AMLO quién decidió subir la popularidad de Xóchitl para que ella fuera la candidata de la oposición. No sólo eso,
cuando Beatriz Paredes creció en la interna para elegir al candidato de oposición, en lugar de hacer la elección interna que tanto cacarearon, la cúpula de la oposición decidió que Alito saliera a reconocer la derrota en la interna de Beatriz. La razón es muy clara, con todo y su edad, su dificultad para caminar, Beatriz no se disciplinaría. Beatriz era una operadora política de abolengo. Beatriz podría haber puesto en aprietos a Morena, y el acuerdo de toda la oposición era apoyar a la candidata de morena. Tan fue cierto esto, que el apoyo a Xóchitl fue mínimo por los tres partidos políticos de oposición.
Si los partidos políticos se ponen de acuerdo para apoyar o dejar de apoyar a sus propios candidatos, eso le otorga una enorme ventaja al candidato que de antemano se decidió debe de ganar la elección. La experiencia así lo demuestra. Una y otra vez, desde las concertacesiones de Salinas a la fecha, la voluntad popular no cuenta, se le manipula, se le engaña o se le compra, para que voten por quién ya está decidido que va a ganar. Y eso, estimados amigos, NO ES DEMOCRACIA.
Engañarse a sí mismo no vale la pena. Idealizar que con sólo contar los votos es suficiente para que haya democracia, es una gran mentira. EN MÉXICO JAMÁS HA HABIDO DEMOCRACIA.
Si no estás de acuerdo, te invito a discutirlo en mi muro de Facebook. (9) Facebook https://www.facebook.com/jose.miguel.cobian.elias.2025 elbaldondecobian@gmail.com @jmcmex https://josecobian.blogspot.com/2025/10/blog-post_09.html |
|