Por Héctor Yunes Landa
En medio de su peor crisis en dos décadas, la industria cañera podría cancelar la zafra del próximo ciclo 2025-2026, consecuencia de un mercado distorsionado por los aranceles, la caída de precios y el ‘huachicol azucarero’.
La producción de caña de azúcar en Veracruz es la más importante de México y la principal actividad agroindustrial del estado, produciendo aproximadamente el 40% del azúcar nacional, lo que equivale a más de 2.5 millones de toneladas anualmente.
El estado cuenta con el mayor número de ingenios azucareros y alrededor de 350 mil hectáreas dedicadas a la producción de caña de azúcar. Se estima que aproximadamente 70 mil productores y un millón de personas dependen directa e indirectamente de la industria azucarera en Veracruz.
Se trata de una agroindustria de grandes contrastes. Si bien representa un cultivo estratégico para la economía rural, actualmente casi el 90 por ciento de los productores de caña apenas sobrevive con el equivalente a un salario mínimo. Y se podría poner peor…
La inequidad arancelaria, la falta de apoyos al campo, la importación especulativa, el huachicol azucarero y la sequía generalizada, entre otros factores, hoy amenazan con quebrar a esta industria.
Esta situación provocó la caída de 27% en el precio de la caña respecto al año pasado, lo que significa una reducción para el sector cañero de más de 15 mil millones de pesos, además de las pérdidas en los ingenios azucareros.
De hecho, el precio nacional de referencia para el pago de la caña ya acumula una reducción desde octubre de 2023 a la fecha del ¡49 por ciento!
De continuar esta caída en la producción, el precio, además del aumento irregular de las importaciones, la próxima zafra sería inviable para industriales y productores, lo que tendría un impacto directo en el ingreso de miles de familias veracruzanas.
Debemos evitar el colapso de la industria.
¿Cómo podemos hacerlo? Mediante una serie de medidas muy concretas. Los industriales, los productores y los obreros cañeros, todos en la misma sintonía, no requieren del dinero público para subsistir, sino de piso parejo, de reglas claras y de un gobierno que impida la competencia desleal del mercado mundial.
Se requiere que a la brevedad el gobierno federal imponga una medida arancelaria suficiente. La propuesta es elevar los aranceles a la importación de azúcar de 360 a 720 dólares por tonelada.
Al mismo tiempo, que realice acciones para erradicar las prácticas de contrabando técnico y se fortalezca la vigilancia de las aduanas en los puertos de entrada para impedir el tráfico ilegal.
¡No más huachicol azucarero! ¡No más ingenios clandestinos! ¡No más especulación! ¡No más complicidades oficiales!
La industria azucarera no puede ser el sinónimo de la pobreza en el campo. Por ello, hemos propuesto en el Congreso local que el gobierno del Estado realice un programa de apoyo emergente, diseñado para brindar un respaldo inmediato las familias cañeras veracruzanas que enfrentan situaciones de vulnerabilidad alimentaria, de salud y empleo.
Esto no se trata de política. Se trata de economía social. La industria azucarera es también patrimonio de los veracruzanos.
La puntita
El paquete económico es una bomba de tiempo: la deuda externa crecerá a 20 billones de pesos –el doble de la que dejó Peña Nieto-, y duplicarán el presupuesto de Pemex, la empresa que perdió 1.8 billones en 6 años. No habrá dinero ni para un mejoral. |
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