Nunca imaginaron los candidatos rechazados por el INE que este organismo refrendaría su negativa a sus candidaturas, razón por la que no tenían el remedio y cayeron simplemente en las descalificaciones, agresiones y hasta amenazas en contra de los Consejeros.
Sin embargo, ahora se encuentran listos para transitar por una ruta que ya conocen, la han usado y les ha dado buen resultado.
Se trata de lo que se dio en llamar el fenómeno “Juanito”, un término acuñado alrededor de aquellos legisladores o legisladoras que eran usados como simples fantoches que con el paso del tiempo dejaban sus curules a su suplente que resultaba ser un político de mayor envergadura.
Su máxima expresión la alcanzó cuando el propio Andrés Manuel López Obrador postuló como candidato en Iztapalapa a un personaje de ese nombre que mostró como se puede ganar una elección popular con un membrete y una figura de respaldo que llame al voto en su favor.
Rafael Acosta, conocido simplemente como “Juanito” fue propuesto como candidato del PT a la delegación de Iztapalapa, con el propósito de ganar y dejar la jefatura delegacional en manos de Clara Brugada y oponerse al cacicazgo montado por René Arce en esa demarcación, donde él, su hermano Víctor Hugo Círigo y en ese memento su esposa eran la máxima expresión de la antidemocracia.
Con el respaldo de López Obrador convocando a votar por Acosta llegó la victoria y los Arce-Círigo fueron borrados del mapa electoral.
Pero he aquí que con el triunfo le llegó la ambición a Juanito y quiso gobernar y lo dejaron unos cuantos días en que la delegación era un embrollo y fue forzado a renunciar, según el convenio establecido con sus promotores.
El mencionado Juanito hizo fama y buscó otros horizontes, incursionando como luchador, actor, y cantante, no logrando concretar ninguna de esas carreras, por lo que intentó de nueva cuenta la actividad política, siendo totalmente relegado.
El episodio sentó precedente para establecer nuevas normas de competencia y conseguir que en lo futuro los diputados varones llevasen hombres como suplentes y las mujeres cargan como suplente a féminas, estableciendo la paridad de género.
Conocido el camino, transitarlo ya es más fácil y si el PRI y el Partido verde fueron los usuarios más frecuentes de los Juanitos y juanitas legisladoras, la izquierda mexicana logró redondearlo y perfeccionándolo, trasladando fuera del Congreso dicha práctica.
Ahora Félix Salgado Macedonio y Raúl Morón sabe qué hacer en caso de que el Tribunal Electoral, última instancia ratifique su rechazo a sus candidaturas como aspirantes a los gobiernos de Guerrero y Michoacán, respectivamente.
Ambos podrían recurrir a negociar con un candidato de paja para ganar la elección y después ellos aparecer como los gobernadores interinos, hasta dejar pasar el tiempo reglamentario para no convocar a nuevas elecciones.
Es cierto que deberá ser un personaje con disciplina y lealtad a carta cabal, para evitar fricciones como la surgida al triunfo de Rafael Acosta,
Presentar un candidato ajeno a estos dos personajes es difícil, aunque un hombre o mujer de paja es fácil de encontrar, pero de confianza no.
Lo peor para ellos es que en el caso de Guerrero los otros aspirantes Pablo Sandoval y Adela Román, entre otros también fueron sancionados y aunque existen otros como Beatriz Mojica que se mueven bajo las sombras y se perfilan para ser nominadas.
Dentro del grupo de seguidores de Salgado Macedonio se menciona que alguna de las hijas de Félix podría cubrir la candidatura y dejarle el paso libre para que sea gobernador interino o sustituto, según fuese el caso.
Con Raúl Morón se podría establecer una situación similar y convocar a un hombre o mujer de paja, aunque la situación podría favorecer a los candidatos de la alianza PRI, PRD, PAN, Carlos Herrera y de Fuerza por México, Cristóbal Arias.
La moneda está en el aire y aunque la tensión bajó un poco después del asedio al INE y a sus Consejeros, habrá que esperar la resolución final, para conocer los pasos a seguir.
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