Dos documentos –una carta y una entrevista- relacionados con PEMEX y el país quedaron registrados en la historia. El entreguismo, vasallaje, saqueo y traición a la patria se dejan entrever en esos documentos.
El 8 de febrero de 2008 publiqué: “Transcribiré parte de aquella famosa carta que data de la segunda década del siglo pasado y que escribió Richard Lansing secretario de estado, de los Estados Unidos de Norteamérica, para detener la inminente invasión militar que se cernía sobre nuestro territorio (…) Fue cuando el acertado estratega Lansing le dijo al presidente Woodrow Wilson y a los principales instigadores de la anexión:
...México es un país extraordinariamente fácil de dominar, porque basta con controlar a un solo hombre: el presidente. (…) debemos abrirles a los jóvenes mexicanos ambiciosos las puertas de nuestras universidades y hacer el esfuerzo de educarlos en el modo de vida americano, en nuestros valores y en el respeto al liderazgo de Estados Unidos. (…) Con el tiempo, esos jóvenes llegarán a ocupar cargos importantes y eventualmente se adueñarán de la Presidencia. Sin necesidad de que Estados Unidos gaste un centavo o dispare un tiro, harán lo que queramos. Y lo harán mejor y más radicalmente que nosotros..."
En aquella fecha –febrero del 2008- seguí escribiendo: “Es con la llegada de Miguel de la Madrid Hurtado a la presidencia de la República (1982-1988) cuando se concretiza con precisión milimétrica el vaticinio de Richard Lansing. Él llegó con una Maestría en Administración Pública expedida por la Universidad de Harvard. Resulta sintomático también que en el sexenio de Miguel de la Madrid, se le cercenó el nombre y el espíritu a la paraestatal, nunca más volvió a ser: Petróleos Mexicanos al servicio de la patria.
“Llegó otro presidente, Carlos Salinas (1988-1994), más ambicioso y perverso, egresado con una maestría y doctorado de la Universidad de Harvard; y luego llegó otro, un bandido disfrazado de torpe, Ernesto Zedillo (1994-2000) egresado de la Universidad de Stanford, éste también con doctorado. Para ese entonces casi todos los secretarios de estado ostentaban orgullosos los títulos universitarios, de masters en administración o doctores en economía, expedidos en el extranjero. El más flojo e inepto Vicente Fox (2000-2006) cursó el Diplomado de Alta Gerencia impartido, en la ciudad de México, por profesores de la Escuela de Negocios de la Universidad de Harvard. Holgazán e incompetente para gobernar, pero excelente en el bandidaje. Para rematar otro hijo de Harvard, Felipe Calderón (2006-2012) con maestría en administración pública, ocupa la silla presidencial.” Peña Nieto (2012-2018) es abogado por la Universidad Panamericana, dice que cuenta con una maestría en administración de empresas por el ITESM. A EPN tres calificativos lo distinguen: ignorante, inútil y corrupto. Una vergüenza para las instituciones que acreditaron sus “estudios”.
Ese puñado de apátridas –todos ellos personajes del teatro guiñol- entregaron a EEUU gran parte de la riqueza nacional. Pervirtieron y desmantelaron las instituciones del país y durante
36 años estuvieron sangrando a PEMEX. Richard Lansing tenía razón y parafraseándolo diría: “lo hicieron mejor y más radicalmente que los gringos y sin disparar un tiro”.
El otro documento histórico que menciono en el primer párrafo de ésta nota es una entrevista. El 1 de febrero de 2008 publiqué parte de una conversación que le hicieron a un destacado empresario y escribí lo siguiente: “Hace algunas décadas le preguntaron a un prominente petrolero tejano: ¿cuál es el mejor negocio lícito en el mundo? Sin titubear contestó: ´la industria del petróleo bien administrada´. El que hacía las preguntas en esa interesante plática, insistió con otra interrogante: ¿y el segundo negocio lícito a nivel mundial?, ¿cuál es? El exitoso industrial le respondió, con la seguridad que proporciona el conocimiento, ´la industria del petróleo mal administrada´. El petrolero era John D. Rockefeller fundador de Standard Oil. Él sabía de lo que estaba hablando.”
Los bribones neoliberales, amaestrados en el extranjero, se dedicaron a socavar los cimientos de PEMEX. El resultado: cambios profundos en los artículos 25, 27 y 28 de la constitución permitiendo con ello perder control de gran parte de la ex paraestatal. Una refinería clausurada, seis más trabajando al 40% de su capacidad y con severos daños en sus instalaciones por falta de mantenimiento; 17 centros petroquímicos –algunos de ellos privatizados en su totalidad y otros parcialmente- abandonados a su suerte y seriamente mermados en su producción. Disminución sensible en la extracción de petróleo crudo, robos y saqueos en casi todas las áreas de la empresa, etcétera. Reitero, fueron más de tres décadas y media de estar desvalijando a la empresa petrolera.
Desde mi perspectiva, el tercer negocio lícito más productivo es la industria del petróleo saqueada y administrada nociva y destructivamente. A las pruebas me remito: en septiembre de 2014 Israel Rodríguez, del diario La Jornada, escribió: “En un informe preparado para el público inversionista del extranjero el valor de las más importantes compañías petroleras internacionales está liderado por Exxon con 439 mil millones de dólares, seguida por Pemex con 326 mil millones; la estadunidense Chevron, 239 mil; la angloholandesa Shell, con 226 mil; la británica BP, 151 mil; la brasileña Petrobras, 94 mil y la noruega Statoil con 77 mil millones de dólares. (…) El valor estimado de la estatal Petróleos Mexicanos es mayor al de las petroleras BP, Petrobras y Statoil en su conjunto y solamente superado por el gigante energético estadunidense Exxon. (…) El valor calculado de las principales empresas petroleras –según cálculos de la empresa Bloomberg- fue estimado con base en su capacidad para generar flujo de efectivo, medido a través del EBITDA, indicador antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones productivas.” Otros datos son los que los vende patrias divulgaban al interior del país. Los huachicoleros de alto calado no lograron acabar -en 6 sexenios de administración perniciosa- con la industria petrolera ni con el país.
Hoy tenemos en la presidencia de la república a un egresado de la UNAM –al igual que casi todos los miembros de su gabinete- que no cuenta con posgrados en el extranjero; un político digno y honesto que no es marioneta de ninguna potencia extranjera y está decidido a acabar con la corrupción e iniciar la reconstrucción de México.
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