COMO BIEN se sabe, una cuarentena significa estar aislado, por alguna razón, un periodo de cuarenta días. En el caso de la pandemia que ocupa al mundo en este momento, este lapso de tiempo, podría ser más que eso, es decir, más de cuarenta días sin tener mayor contacto con el exterior o con grupos de personas donde se supone que el virus encuentra la mejor forma de propagarse. No será menos, por lo que se ve y se sabe en este momento, lo que para los mexicanos, representa mayor tiempo sin actividad alguna fuera de sus hogares, desde luego, para quienes están cumpliendo al pie de la letra con estas recomendaciones del sector salud, aunque, como todos sabemos, mucha gente tiene la necesidad de salir en busca del alimento para la familia, algo que es indispensable para subsistir y aguantar los embates de esta enfermedad.
Hasta ahí todo parece ir bien dentro de todos los males que amenazan a la humanidad y a los propios mexicanos, pero como ya han pasado los días y está próxima la fecha establecida para guardarse, todo mundo ha comenzado a preguntarse que pasará después de esta cuarentena, porque las condiciones, en materia de salud, parecen estar igual y con posibilidades de agravarse, debido a que de acuerdo con las autoridades que tienen el manejo de esta calamidad, apenas si estaremos entrando en lo más difícil del contagio general, lo que implicará, desde luego, que la cuarentena mencionada, se extienda por más tiempo, llegando, quizá, hasta los ochenta días o más, pues no hay indicios seguros de que la pandemia pueda ceder en tan pocos días, luego de las experiencias que se tienen por el paso de la misma enfermedad en otros países, principalmente de Europa, y de los Estados Unidos, donde la situación se ha tornado más cruel.
Al tocar el tema se debe a la preocupación, no de estar otros cuarenta días sin moverse públicamente, sino por los grandes efectos que esta tormenta de la salud, está generando desde el punto de vista económico, pues este asunto es donde todo parece estar centrada, independientemente de las acciones que también se están llevando a cabo para enfrentar este problema, la atención general de todas las familias, ya que los empleos han desaparecido, los recursos se escasean y la vida en general, se ha trastocado, pues nadie pensó en la dimensión que tendría este episodio. Sí, definitivamente, la preocupación se ha multiplicado en los recientes días, porque la gente ya está pensando en cómo volver a la normalidad, o cuando menos cómo mantenerse en este nuevo orden que se ha establecido por la presencia de este virus.
Los gobiernos del mundo están pensando, seguramente, cómo se resolverá esta situación, la de la subsistencia humana, porque se sabe bien que después de esta tormenta, difícilmente vendrá la calma, pues las necesidades aumentarán y los esfuerzos tendrán que ser mayores para poder salir adelante. Las diversas administraciones de los gobiernos en turno, tendrán que olvidarse, cuando menos por algún tiempo razonable, de los grandes proyectos que tenían en mente y de los programas a desarrollar, pues ni tiempo, ni recursos, serán suficientes para enderezar la situación que dejará, seguramente, el paso de la enfermedad.
México, en particular, amanecerá, después de la catástrofe, más unido y solidario, pero hará falta que su gobierno entienda que sus intereses personales, tendrán que ser sustituidos por el beneficio general, dictando las instrucciones procedentes en este caso para poder apoyar a los gobernados. No se entiende, por lo tanto, que ya en este momento y en plena crisis económica ya existente y la acumulada por la presencia del llamado coronavirus, organismos descentralizados, como la famosa Comisión Federal de Electricidad, ya esté anunciando un incremento a las tarifas de la luz eléctrica, destinada a los hogares mexicanos, que podría oscilar entre el cuatro y cinco por ciento, lo que es, sin duda alguna, una mala decisión como a las que nos tiene acostumbrados este nuevo gobierno del cambio y la transformación.
Aunque, como ya hemos comentado, el tiempo ha pasado inexorablemente y los días transcurridos ya parecen completar la cuarentena establecida por las mismas autoridades de salud, seguramente que no será suficiente y se quiera, por ese solo hecho, alargar el periodo de encierro, lo que también provocará que el desorden comience a aparecer, puesto que las familias ya no estarán en condiciones de soportar mayor tiempo sin trabajar y sin buscar lo necesario para poder subsistir, ya que el mismo gobierno ha dejado entrever que no apoyará a las familias mexicanas y que las obligaciones fiscales se tendrán que cumplir al pie de la letra, así como asimilar los aumentos que ya se están diseñando para fortalecer las arcas del gobierno federal, estatal y municipal, ya que en ninguna de estas instancias se ve la voluntad para poder entender el grave problema que se aproxima para todos los mexicanos por igual.
La cuarentena, pues, es algo más que estar en casa como tanto se ha solicitado a las familias, es también la desesperación que ya se hace presente y que se habrá de multiplicar en estos días, aún cuando la pandemia siga adelante y no tenga la menor intención de irse, pues ya se habla de que esta enfermedad llegó para quedarse y que los humanos tendremos que acostumbrarnos a convivir con ella, como tanto se ha aprendido a vivir con la pobreza, la inseguridad, la violencia, las miles de ocurrencias gubernamentales y los grandes desatinos del gobierno que no ha sabido enderezar esta nave que es México, a un mejor destino.
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REVOCACION DE MANDATO, ¿ADELANTADA?
¡CUIDADO!, EL PRESIDENTE López Obrador, ya está pensando en su estrategia política que lo saque de este gran problema que tiene con los mexicanos, en general.
Hace poco, en este mismo espacio, comentamos que de acuerdo a las recientes encuestas realizadas por empresas relacionadas con esta actividad, cuya seriedad no se cuestiona, habían arrojado resultados sorprendentes en materia de aceptación popular hacia el mandatario nacional.
Los porcentajes de confianza en el gobierno y principalmente en el Presidente de la República, así como del propio partido político que lo llevó al poder, habían disminuido drásticamente y que ya no estaban en condiciones de pensar en una
exitosa votación en su favor para el proceso electoral intermedio del año que viene, aunque todavía, como también lo hemos expuesto, tienen la posibilidad de ganar muchos espacios, siempre y cuando no se opta por una coalición de los partidos políticos tradicionales en nuestro país.
El Presidente de la República, está desesperado, pero no se crea que tal desesperación se debe a la presencia de la pandemia del coronavirus, no, sino que ya está viendo que ya no tiene suficiente aceptación popular para seguir con sus planes y proyectos políticos.
Adelantar la revocación de mandato, es una estrategia política, porque sabe que aún estaría captando suficientes votos para ganar, ya que fuera de los estratos sociales medios y superiores, hay sectores que lo apoyan, principalmente los más necesitados y a los cuales les otorga los beneficios directos de los programas sociales diseñados electoralmente.
Además, esta revocación adelantada, le permitiría aparecer en las boletas del proceso electoral que se aproxima, lo que y se decidió que no es posible, porque estaría aprovechando la ventaja político electoral.
Vaya, el Presidente, es abusado, pero falta que lo acepten sus opositores, que ya no son, solamente, los partidos políticos como el PAN o el PRI, sino también gran parte del pueblo mexicano, que ya se ha visto traicionado.
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VERACRUZ, EN LA ANTESALA DE LA MUERTE ECONOMICA.
LA APARICION DEL coronavirus, vino a acelerar lo que ya era evidente, es decir, una parálisis económica, debido a la falta de interés oficial para apoyar el desarrollo económico de Veracruz.
Acorraladas por la inseguridad, la mayoría de las empresas ya no contaban con la plena libertad para trabajar y de plantear la creación de más empleos, reactivando la economía general.
Hoy, con la presencia de la pandemia del coronavirus, han tenido que cerrar, en algunos casos, de manera definitiva, porque no tendrán el apoyo gubernamental, ni las condiciones necesarias para continuar con la inversión. Miles de empleos se han perdido ante esta contingencia, lo que hará más difícil el camino de la superación en el ámbito económico de la entidad.
Veracruz, una realidad de un mal gobierno.
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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.
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