CUANTO tiempo le habrán pensado los morenistas que al final encontraron, según ellos, la fórmula adecuada para deshacerse del Fiscal General del Estado, Jorge Winckler Ortíz. Lo hicieron sorpresivamente y con un operativo policiaco que todavía, hasta ayer, permanecía en las instalaciones donde se encuentran las oficinas de la fiscalía.
Igual que en el Congreso de Baja California, aquí también se utilizaron estrategias propias de un poder absolutista que no obedece, para nada, los mandamientos constitucionales.
Es cierto, porque no puede negarse, que desde hace nueve meses, existía un enfrentamiento entre el Gobernador del Estado, Cuitláhuac García Jiménez, y el Fiscal General del Estado, Jorge Winckler. La desavenencia viene desde los tiempos electorales, cuando el Jefe político de Winckler, Miguel Ángel Yunes Linares, arremetió en contra del ahora Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, ofendiéndolo personalmente sin que, en ese momento, el que fuera candidato de Morena a la Presidencia, respondiera a dichos insultos políticos y personales.
Se sabe bien, que también el hijo de Miguel Ángel Yunes Linares, quien fuera candidato a la gubernatura del Estado, aderezara este enfrentamiento llamando “viejo huango”, a quien hoy se desempeña como mandatario de la nación. Desde entonces, hay ese cotidiano pleito político que más tarde, el mismo Gobernador del Estado, Cuitláhuac García Jiménez, compró en toda su extensión, pasando de la federación al Estado, las consecuencias de este desorden político.
De ahí que hemos comentado en varias ocasiones que el Presidente de la República, perdona momentáneamente, pero que desde luego, esas ofensas personales, no las olvida y es por eso que, aunque diga el Presidente, que no tiene nada que ver con los acontecimientos del martes por la tarde en las instalaciones de la fiscalía, la verdad de las cosas, es que su visita a tierras veracruzanas, pudo servir también para dictar las instrucciones al Gobernador del Estado, quien no ha sabido gobernar a Veracruz, pero que es leal al mandatario nacional y eso, sí, eso, es más que suficiente para permanecer al frente de la gubernatura de la entidad.
Instruido, el Gobernador del Estado, convocó a sus fuerzas mayoritarias del Congreso y de inmediato éstas se pusieron a trabajar con la finalidad de montar el espectáculo sorpresa para el Fiscal del Estado, Jorge Winckler, quien sigue defendiéndose desde fuera en contra de esta disposición oficial del gobierno de Veracruz.
Seguramente, Winckler, acudirá a las instancias superiores para interponer su denuncia y tratar de resolver esta situación, luego de que ha declarado que sigue siendo el Fiscal General, porque su periodo para el que fue nombrado
aún no concluye y en eso podría estar el meollo del asunto, pues habrá que ver que es lo que pasa en este sentido, ya que la constitución no puede ser violada, tal y como se hizo en otros Estados de la República, aprovechando que ahora Morena, tiene la sartén por el mango y ni modo, así quisieron jugar los actores políticos de otros partidos políticos, ahora que se aguanten.
Sin embargo, hay algo en lo que todavía no se considera y que es la autoridad que tiene el pueblo directamente, porque la mayoría, es cierto, es mayoría, pero puede no tener la verdad.
Respecto de este segundo caso de violación de los preceptos constitucionales en la nación, será, sin duda, la propia Suprema Corte de Justicia, quien determinará lo conducente. Solo que por ahora, en Veracruz, segundo Estado de la República, que se ve sometido a la fuerza de la mayoría, cae ante los pies de quien manda a nivel nacional.
Winckler, por su parte, ya no volverá a pisar las instalaciones de la Fiscalía General del Estado, porque la encomienda era sacarlo definitivamente y para eso ya se usó la estrategia, aparentemente sin razón alguna, para dejarlo fuera completamente de su función.
El golpe, mientras tanto, esta dado y aunque mucho se especule respecto de su regreso a sus oficinas, la verdad de las cosas, es que el Fiscal, que sigue siendo Fiscal, ya no es Fiscal, ni será Fiscal, por más que se hable de una temporalidad fuera de sus funciones, sino un funcionario que se ha marginado, tal vez, de manera ilegal, pero que ha quedado fuera temporalmente, pero que podríamos decir, que será definitivamente.
Por lo pronto, en Palacio de Gobierno, seguramente, que ya estarán entonando
aquella versión deportiva, primero, pero que después se convirtió en política de “Sí se pudo”, “sí se pudo”…
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UN PAN DIVIDIDO
TAL VEZ, el PAN, como partido político, no vuelva a tener las mismas oportunidades políticas que tuvo, todavía, con Miguel Ángel Yunes Linares, en Veracruz.
Desde la derrota pasada, este partido se ha dividido y no parece que tenga interés en volver a las contiendas político electorales, con la fuerza que tuvo y que podría tener más adelante.
Es posible que con la próxima elección interna, algo pueda sacar de provecho y fortalecerse, de alguna manera, con una nueva dinámica política, donde se acepte primero, que como otros partidos políticos, viven momentos difíciles y que las nuevas generaciones de políticos y ciudadanos comunes en la entidad, están, ya van dictando los nuevos lineamientos en esta materia. No es, desde luego, el único partido en esas condiciones, pues bien se sabe que también las
otras organizaciones políticas nacionales, han estado resintiendo estos cambios generacionales.
Por lo pronto, el PAN, está quebrado y si en las próximas elecciones internas no se ponen de acuerdo, seguramente que no estarán en condiciones de poder participar, con posibilidades políticas de triunfo en las elecciones internas que ya se aproximan.
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EL PRI, SUPERANDO RETOS
Aunque pocos lo crean, pero el PRI, ha entendido bien, a raíz de su derrota política del pasado primero de julio del año pasado, que tiene ante sí el más importante reto de toda su vida política. Como se sabe, también este partido se ha encontrado con la verdad, es decir, de que no era ya el partido de las mayorías y que había perdido la gubernatura de Veracruz, la cual había mantenido en su poder desde hace muchos años.
Una vez, digerido el tema, su recomposición se hace indispensable para seguir siendo parte de los procesos electorales, de tal manera, que ahora más que nunca, será el trabajo político que se haga en su favor, el que marque la diferencia en las próximas elecciones.
La nueva dirigencia en Veracruz, encabezada por Marlon Ramírez, trabaja humildemente con su militancia, y con el compromiso se seguir superando los retos de permanecer, primero, como un partido político con fuerza, pero sobre todo, con unidad, lo que no ha logrado alcanzar desde tiempo antes de llegar a las elecciones del año pasado.
El PRI, también, como el PAN, es de los partidos grandes y poderosos políticamente que ha sufrido la división interna y que se ha reflejado, necesariamente, en el momento de los procesos electorales.
En relación al PAN, el PRI, va adelantado en su reestructuración y fortalecimiento político, con la mira puesta en el futuro político de Veracruz, y del país en general.
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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.
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