De Veracruz al mundo
ESCENARIO
Eduardo de la Torre Jaramillo
2018-08-31 / 09:18:23
México: de la frágil democracia a la democracia sin partidos políticos
El país caminó durante muchos años con una democracia simulada, al menos de 1946 a 1987, había elecciones no competitivas en México, con la existencia de un partido hegemónico que era el PRI, sólo existían comparsas electorales como lo fueron el PPS, el PARM, y el único partido que era opositor, si bien testimonial en esa etapa política fue el PAN, quien terminó ganando la presidencia de la república, invirtiendo la pirámide política, triunfando primero en las diputaciones federales, después alcaldías, gubernaturas y finalmente el poder ejecutivo nacional, es pertinente comentar que no fue algo diseñado o planeado, fue la fuerza política regional que fue adquiriendo desde un despertar ciudadano, primero fue el norte del país y después el sur y el centro. Ganó la presidencia de la república, pero no supo que hacer con el poder, su discurso opositor fue cambiar el sistema político, lo único que hizo fue adaptarse y acomodarse.



El año emblemático de la democracia fue 1997, que fue muy festejado de que el PRI perdiera la mayoría en la Cámara de Diputados, es importante recordar que los años ochenta fueron clave para que madurara el PAN como partido opositor, posteriormente fue la izquierda unificada a través del PRD; y en el caso del PAN fue una sólida oposición de 1985 al año 2000, en el caso del PRD desde su nacimiento hasta el 2006, aunque ya con prácticas altamente corruptoras, hacia el año 2012 ya era un partido que había perdido el rumbo, sin identidad, devorado por sus tribus, sus dueños le dieron más peso a lo cuantitativo que a lo cualitativo, puesto que importaba más su neocorporativismo interno que llegó literalmente en sus asambleas internas a comprar los puestos de elección popular.



Si bien esos opositores del PAN y del PRD lo fueron en su momento, quienes contribuyeron a la construcción de una democracia sin demócratas, descuidaron la formación de cuadros políticos, la ética política que los llegó a diferenciarse del PRI, éste tuvo un proceso de colonización sobre las oposiciones, fue un triunfo cultural, porque todos empezaron a parecerse y hasta mejorar las prácticas ilegales de la matriz política, tomando carta de naturalización la corrupción, el nepotismo, el patrimonialismo, inclusive la equidad de género se volvió algo familiar, ahora las candidatas son las esposas, hijas o hermanas de los gobernantes salientes, y adquieren ese tono dinástico en la vida pública, transitamos de los típicos cacicazgos hacia los nuevos señores feudales, la caricaturización de esto se observaba en las franquicias familiares como son el PVEM, PT y MC, entes no de interés público sino de interés personal, familiar o grupal.



El confort y los privilegios que otorga la política se convirtieron en el nuevo crimen organizado desde el gobierno, succionando presupuestos, ganando licitaciones amañadas para los cuates, no conforme con eso se fueron haciendo más creativos e innovaron en la corrupción hasta crear empresas fantasmas para el enriquecimiento personal, esto se fue degenerando paulatinamente desde hace 21 años, de 1997 a 2018.



Con el resultado electoral de este 2018 no significa que se acabe esta forma de hacer política, sino que se puede acrecentar la república mafiosa en la cual vivimos, tanto sólo el arribo del 46% de los integrantes del poder legislativo que no tienen título universitario, evidencia que es mejor tener coristas que legisladores en el Congreso de la Unión, que no le importa a los partidos



políticos que sus nuevos congresistas no sepan legislar, si poniendo al amigo-coordinador parlamentario se siguen desviando recursos económicos bajo el argumento de la austeridad republicana, ejemplo de esto son los 12 millones de pesos que ganarán los representantes de los partidos políticos ante el OPLE en Veracruz, esto es un simple gatopardismo, y lo más grave es que los órganos electorales sean los cómplices de la perpetuación de estas prácticas políticas, en donde sus consejeros se ufanan, quien declaran ante los medios de comunicación podemos ser corruptos hasta la médula, porque nuestro aliado el tribunal electoral nos festeja nuestra fechorías, la celebración de la ilegalidad sólo asoma el rostro de la pequeñez intelectual y moral de los personajes que se disfrazan de consejeros, quienes por cierto no llegaron a serlo por méritos propios, sino por los acuerdos con el poder político local.



Regresando al resultado electoral, ahora de la frágil democracia que se tenía ahora pasamos a una democracia sin partidos políticos, ni siquiera vale la pena escribir hoy en día del PRD, MC, PVEM, PT porque seguramente perderán el registro en el 2021, ni porque se vayan en alianza con morena lograrán salvarse, allí está el mejor ejemplo que es el PES, quien raya en la locura impugnativa para no perder los privilegios de las prerrogativas millonarias; del PRI ahora en su nuevo papel de pertenencia al “chiquitaje”, pues tardará un poco más en desaparecer, será más lenta su agonía política, es un partido político irreformable, sus dinodemocratizadores sólo se refugian en una vuelta al pasado, cuando la política es una mirada y acciones concretas que definan desde el presente el futuro.



Dicho lo anterior, sólo existe un movimiento personalista llamado morena que tendrá que pasar por su institucionalización, pero gracias a que se vació el PRD y se fue para esa nueva formación política, pues si al PRD lo pudrieron sus mismos cuadros en 25 años, allí será en menos tiempo, además un partido que sólo se sustenta en pleno siglo XXI en el carisma, simple y sencillamente no tendrá largo plazo, porque se necesitan experiencia, ideas y no creencias ni dogmas; porque se necesita diseñar el futuro pero no anclado en la pasado mítico, Octavio Paz escribió sobre el mito del “eterno retorno”, que es parte de ese nuevo pensamiento religioso que inunda la política. El gran reto es la institucionalización de morena, definir las reglas del juego internas, porque este movimiento político es como nació el PRI, es un eterno retorno al PNR.



En el caso del PAN, si no pone fin al “canallismo” estará en la ruta de la extinción, pero tendrá que ir más allá, el daño estructural está en el padrón de militantes, quien lo controla, controla los recursos económicos y políticos, estos últimos desde dirigencias hasta cargos de elección popular, redemocratizar al PAN en su interior cuando la mayoría son los pragmáticos que tienen la cultura política de los moches y que liquidaron toda forma de convivencia humanista, el reto es enorme para ese partido político si quiere permanecer como una opción política.



Finalmente, una democracia sin políticos demócratas, sin ciudadanos actuantes en la vida pública, sin partidos políticos, México que siempre ha sido más kafkiano que Kafka, pero con esta nueva realidad política el país se acerca más a George Orwell en su novela “1984”, vamos hacia una neolengua morenista, que la asienta muy bien a las raíces autoritarias de la sociedad mexicana, que siempre busca en quien delegar su responsabilidad.

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