De Veracruz al mundo
ESCENARIO
Eduardo de la Torre Jaramillo
2018-08-03 / 11:24:26
Manuel Bartlett Díaz en el Ortega y Gasset
El Instituto Universitario Ortega y Gasset y el Centro de Estudios de México en la Unión Europea (CESMUE) sostuvieron un convenio con el Senado de la República del año 2000 al 2008, en el cual llevaban una serie de políticos y académicos mexicanos como parte de la formación de los estudiantes de los diferentes posgrados en Madrid para que tuvieran un intercambio de ideas a la distancia.



Realizando memoria de aquellos años escuché a José Francisco Paoli Bolio, Arturo Montiel Rojas, Manuel Bartlett Díaz y a otros, recuerdo que mis compañeros del doctorado asistían con mucha curiosidad por si yo iba a esas conferencias se armaba la polémica con los invitados, y en esta ocasión voy a ocupar el espacio de la columna para reproducir el debate que sostuve con el personaje hoy de moda, Manuel Bartlett Díaz, fue el 5 de junio de 2002, que dictó una conferencia “Marco jurídico de la reforma eléctrica en México”, él era senador de la república por el PRI, presidente de la comisión de puntos constitucionales en el Senado.



Lo oí con mucho detenimiento en su argumentación sobre el sector energético y el embate “neoliberal” que estaba teniendo la industria, hasta ese momento de los intentos de reforma que fracasaron con Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo Ponce de León y con la probable reforma que se anunciaba en esos años en la presidencia de Vicente Fox Quesada; recuerdo su discurso nacionalista era como escuchar una mezcla de Lázaro Cárdenas del Río y Adolfo López Mateos, y los escenarios sobre el desmantelamiento de la industria nacional por el modelo económico vigente en México.



Allí le dije: “Senador acabo de escuchar una visión muy crítica y nacionalista de la defensa de la industria eléctrica pero quiero recordarle que Usted fue secretario de gobernación del primero de diciembre de 1982 hasta el último día de noviembre de 1988, esto se lo rememoro porque su férrea crítica al neoliberalismo, jamás le escuche una opinión sobre la privatización, extinción y fusión de las mil empresas paraestatales que desaparecieron en ese sexenio, le recuerdo que eran 1,444 paraestatales y sólo quedaron 444. Dicho lo anterior, entonces Usted fue cómplice y omiso de esa estrategia ““neoliberal”” que hoy critica, quizá fue su falta de memoria y su readaptación política, por lo anterior, quisiera escuchar su respuesta a este primer cuestionamiento, qué es sobre el modelo económico, ¿por qué a posteriori es su crítica?, porque tengo más preguntas”.



La primera reacción de Bartlett fue “¿cómo te llamas?”, le dije con gusto le digo mi nombre, Eduardo de la Torre Jaramillo de Xalapa, Veracruz, esto para satisfacer su talante autoritario, le dije con ironía. Allí el personaje de marras trato de justificar que el área política nunca intervino en la parte económica, que nunca medió porque no fue su papel, sino el de Carlos Salinas de Gortari, que no tuvo injerencia en el cambio del modelo económico, que eso lo hicieron los tecnócratas. Después en mi replica, le comenté Usted con Salinas de Gortari fue secretario de educación y lo hizo gobernador de Puebla, y por supuesto que el modelo económico impactó al estado que gobernó, pero tampoco dijo Usted nada, ni como secretario ni como gobernador, lo recuerdo perfectamente apoyando a Miguel Alemán Velasco como candidato a gobernador en 1998, esto para golpear al exprocurador Ignacio Morales Lechuga para lo cual servía muy bien; sino todo lo contrario, apoyó y defendió a los tres presidentes neoliberales que lo mantuvieron



en el poder durante más de dos decenios, a Miguel de la Madrid, Carlos Salinas y Ernesto Zedillo, y la repentina crítica fue cuando el presidente Zedillo no lo hizo candidato a la presidencia en el año 2000; es decir, su permanencia en el poder bajo un régimen autoritario y neoliberal nunca lo vio cuando disfrutó del poder, puedo entender su metamorfosis rumbo al 2006, aunque todavía es muy temprano, si bien Vicente Fox es la derecha como Usted lo califica, no soportó que un outsider haya ganado la presidencia de la República, entiendo el coraje y hasta rencor para ir modificando sus posturas políticas, ahora desde el Senado de la República; a esa alturas de la conferencia del senador Manuel Bartlett ya estaba muy enojado porque lo había evidenciado de incongruente y sobre todo porque en el poder priista jamás dijo nada, si bien eran las reglas del juego, su súbita conversión obedeció a la derrota del PRI en el año 2000 y lo que se avecinaba para el 2006, y estar expulsado del poder pues era una preocupación después de haber estado 22 años en el poder priista: dos veces secretario de despacho, gobernador y senador.



En su defensa se puede decir de su sólida formación académica, que él sólo no hizo el fraude en 1988, pero él fue cómplice porque tuvo una alta responsabilidad como presidente de la comisión electoral federal, siendo secretario de gobernación, y que es de sabios cambiar de opinión, o que su súbito marxismo no es el de la línea de Karl, sino de Groucho “estos son mis principios y si no les gustan, tengo otros”.



Recordé este pasaje académico por la actual polémica con el nombramiento de Manuel Bartlett Díaz como futuro director de la CFE por parte de AMLO, que causó polémica, si bien pueden engañar a las nuevas generaciones de lo que pasó hace 30 años con el fraude electoral, lo que sí me parece esquizofrénico es que los otrora defensores de los derechos humanos, hoy en el mundo mágico morenista que viven justifiquen el nombramiento de Bartlett, cuando ha sido un violador de los derechos humanos en sus 16 años como funcionario federal y gobernador, además es curioso que el expriista se sigue defendiendo como lo hizo en el año 2002, primero sufre amnesia sobre la elección de1988 y culpa a Carlos Salinas y a Diego Fernández; lo que no ha dicho AMLO es que dicho nombramiento tendrá efectos en la competitividad, la innovación y por supuesto en una probable caída en la producción de energía por la ausencia de inversión en ese rubro, porque no es un especialista en el tema, sólo es un narrador que se opone al modelo económico y particularmente a la reforma energética. Dicho nombramiento podría ser su pararrayos para revertir la reforma energética y esto de manera indirecta está afectando el bono democrático se empieza a dilapidar antes de que gobierne AMLO, a diferencia de Vicente Fox que lo perdió en la gobernación en sus primeros tres años, aquí se está perdiendo paradójicamente antes de empezar y con un personaje político que le resta legitimidad a un contundente triunfo electoral, inclusive cerrar la elección de 1988 en 2018 con un personaje que protagonizó aquel resultado electoral, es darle la bienvenida al cinismo político y terminar por sepultar estos 30 años de lucha democrática, y bienvenida la regeneración autoritaria.

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