Con solidaridad y respeto a Cuitláhuac García Jiménez, Eric Patrocinio Cisneros Burgos, Ricardo Ahued Bardahuil y Rafael Hernández Villalpando
Cuando el filósofo apunta a la luna el tonto mira al dedo (Proberbio budista)
Veracruz enfrenta retos mayúsculos para reconstruir una sociedad, herida y dañada por causas diversas. La vanidad es el tendón de Aquiles de casi todos los políticos, que nos ha dejado en la calle y embarcados por décadas con deudas impagables. La vanidad es el veneno para todos los gobernantes de la historia.
Veracruz, las últimas administraciones lo han dejado en auténtico estado de desastre, inseguridad a la alza, grupos criminales en creciente presencia y control de municipios, finanzas quebradas, desfalco rampante, zonas petroleras en quiebra por la crisis del sector más lo que se siga acumulando.
A esto debemos agregar la terrible desconfianza en el gobierno.
El nuevo gobierno de Cuitláhuac García Jiménez arranca en condiciones gravemente desventajosas para cualquier gobierno entrante.
Deuda exorbitante, arcas vacías, calificadoras internacionales castigando a la baja, la falta de credibilidad y de viabilidad financiera del estado. Dado su actual endeudamiento y contexto económico Veracruz se aproxima a una espiral de impago.
Algunos les cuesta trabajo entender que esta entidad está en las listas de " los estados más endeudados de acuerdo con sus ingresos totales" y de entidades con perspectiva negativa.
Lo que la hace más propensa a tener menores notas por parte de las agencias calificadoras.
Disminuir una calificación crediticia influye en el costo de la deuda de los estados, ya que esta puede ser más cara y refleja una mala gestión y un pobre desempeño presupuestal, de la liquidez y del nivel de endeudamiento, o contingencias como pensiones y jubilaciones.
Un mayor costo de la deuda representa a las entidades con deudas altas un menor margen de maniobra para sus finanzas. Si contratan más deuda, les saldría más cara y se volvería un ciclo que no les beneficia.
" Veracruz ya registro impago con proveedores y su deuda bancaria de corto plazo, corre el mismo riesgo"; si esto ocurre las implicaciones son la generación de intereses moratorios y caer en el buró de crédito.
Las entidades con alto endeudamiento siguen un círculo perverso de baja recaudación, mala política de gasto, necesidad de más deuda y más intereses por el servicio de la deuda.
La sociedad veracruzana sólo podrá confiar en las instituciones si atestigua procesos surgidos de instancias que actúan de manera pulcra y exhaustiva, y siempre con estricto apego a la ley.
Porque lo único que hoy no le falta a Veracruz es una política a escobazos. Esta entidad ha sido víctima de saqueos en al menos tres administraciones. Nadie debería exigirle al gobernador Cuitláhuac García Jiménez que resuelva en unos meses la situación que ha heredado.
Sobre todo porque lo que realmente necesita Veracruz es la reinstalación de la legalidad, un retorno en la credibilidad de las instituciones e intentar que la confianza de los ciudadanos vuelva a su gobernador y al sistema.
En Veracruz, donde en materia de seguridad la espiral de la violencia linda en la exponencial, quiero ser claro y transparente, no se puede en consecuencia, regatearle dos cosas a Cuitláhuac García Jiménez; primero que ha decidido agarrar el toro por los cuernos, segundo, que reconoce que la situación es insostenible, sabemos que el actual gobernador del Estado no tiene experiencia en asuntos de seguridad, pero sin duda que tendrá que poner todo su esfuerzo en este caso.
Por lo pronto Manuel Huerta Ladrón de Guevara, anunció que dividirán por seguridad al Estado en 16 regiones para que dicha estrategia dé mayor control en la lucha contra el crimen organizado.
Más vale que el plan de seguridad en Veracruz funcione porque la situación es crítica. No hay de otra.
Veracruz no aguantará otra administración perdida.
No olvidemos que Eric Patrocinio Cisneros Burgos, no es un político novato, tiene un camino andado, sabe y posee información, ese es su blindaje para ocupar la secretaría de gobierno, en la presente administración, donde tendrá que prevalecer su compromiso con Veracruz.
Ahora, ningún político puede llegar a cumplir todas sus promesas de campaña, porque la realidad normalmente no lo permite.
Las consultas serán una constante.
Sin duda la presente administración tiene que restarles y dividir a los grupos de poder para lograr que en el barco "Veracruz" dejen de caber sólo unos cuantos.
La prisa extrema suele entorpecer la capacidad para alinear correctamente medios y fines. Tampoco ayuda mucho para sopesar adecuadamente opciones, ni para intentar calcular el tipo y el tamaño de sus efectos. Si encima, la prisa galopante, en lugar de concentrarse en una o dos líneas de acción neurálgicas, se amplía cada vez más y más frentes, la complejidad del juego se multiplica exponencialmente.
Quizá me equivoco del todo, y justo de eso se trata. De crear descontrol, de aflojar con ese descontrol los amarres profundos del Veracruz largamente empeñado el dejar fuera a la mayoría de los veracruzanos.
Sería deseable y sería lo mejor para todos o casi todos la cuarta transformación tuviera éxito en su intento por recuperar el orden y generar las condiciones para un progreso que incluya a las grandes mayorías. Esperemos que ese éxito no sea a costa del descontrol extremo. Descontrol que puede terminar beneficiando a aquellos grupos y actores empeñados en defender y conservar lo que se quiere transformar.
Con todo lo bueno, lo malo y lo feo hay que desear al nuevo gobernador y a su equipo mucho éxito y ofrecer lo que desde estas trincheras se puede dar: diagnóstico, crítica constructiva con fundamento y propuesta.
Finalmente, ser optimistas tiene que ver con la confianza en nosotros mismos.
¿ La tendremos? Como dice AMLO, serenos, morenos.
No cabe duda que Cuitláhuac García Jiménez asume una responsabilidad enorme, ya que será el responsable de darle al pueblo veracruzano las satisfacciones que merece, nadie le regatea su triunfo, ni el respaldo popular del que goza. Tampoco se cuestiona su intención de abatir brechas de desigualdad. El problema es que hechos son amores y no buenas razones.
Su primer objetivo como gobernador tiene que ser conciliar diferencias, privilegiar la prudencia para evitar la construcción, aunque los resultados no se puedan ver rápido y sólo puede caminar si asume un horizonte de cambio ordenado y largo plazo.
Sí gobierna bien, sus objetivos se pueden ir retroalimentando positivamente. Si logra detener la ola de violencia e inseguridad, en el estado, el crecimiento económico aumentará.
Si logra abatir la corrupción, quedarán más recursos disponibles para transferir a los más pobres.
Un buen gobierno depende mucho de los detalles y precisiones de las políticas que se siguen.
La prisa, la falta de competencias técnicas de algunos de los funcionarios entrantes, la salida de tantos mandos medios altos, la falta de un proceso adecuado de discusión y análisis de las políticas por implementarse pueden llevar a obstáculos imprevistos.
AMLO decidió visitar, como Presidente en funciones Veracruz, porque ahí no sólo le ganó al PAN-PRD de Miyuli, sino que los priístas de la zona acabaron votando por él, fue una contundente doble victoria. AMLO continuará visitando Veracruz con la misma frecuencia que lo hizo en campaña.
Cuitláhuac García es popular, sí: Ricardo Ahued también: Rocio Nahle tiene su fuerza, sí; pero el motor de todos es AMLO.
Recordemos que Veracruz, es un pueblo trabajador con el nuevo gobierno esperan que haya una apertura en todos los sentidos con la nueva administración y se destierre por fin, la cerrazón política para que tengamos mayor acercamiento de la ciudadanía con su gobierno y funcionarios que forman su gabinete, que exista principalmente oportunidad de dialogar para poder llegar a los acuerdos necesarios.
La inexperiencia tiene sus curvas de aprendizaje, algunas muy pronunciadas.
Cuitláhuac García, tendrá que manejar a Veracruz con pulso de cirujano y oídos finos para escuchar.
Y aunque Morena domina las intenciones de voto abrumadoramente, no ha logrado generar identidad partidista. Eso abre un escenario completamente nuevo y diferente que eventualmente puede dar pie a nuevas formaciones políticas o al surgimiento de figuras individuales y carismáticas.
La ruta no será lineal y habrá ajustes y transtornos, como en todos los cambios relevantes.
Más vale que así que así lo asumamos.
Recuerdo usted el adagio del niño y la tina
¿Tendremos la habilidad para sólo tirar el agua o cometeremos la imprudencia de tirarla con todo y niño?
Que cuando el gobernante, el funcionario, el soldado, el cura, el magistrado, el sabio, son denominados por el espíritu de ganancia, la sociedad se deteriora y puede llegar al colapso.
No hay duda de que nos tocaron vivir tiempos interesantes, como dice el refrán chino, porque la llegada del nuevo gobierno ya movió la que existía.
Todavía todo esto está por verse.
En esta administración la libertad de expresión, ¿ será para los aduladores del régimen o habrá migajas para quienes nos resulta incómodo estar de rodillas?
En Veracruz, vivimos un momento que debería servir para unirnos; para superar enconos y divisiones estériles. Es un inicio que implica aceptar que las victorias y las derrotas en la política son realidades efímeras.
Sería ingenuo asumir que no hay riesgos por delante para Veracruz. Algunas que se han desarrollado en los últimos años, como la violencia asociada a las actividades de distintos grupos de criminales organizados o la corrupción en las altas esferas de gobierno. |
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