Con solidaridad y respeto a Cuitláhuac García Jiménez, Eric Patrocinio Cisneros Burgos, Ricardo Ahued Bardahuil y Manuel Huerta Ladrón de Guevara
" Porque con el juicio con que juzgaron, serán juzgados; y con la medida con la que midieron, serán medidos". ¿Y por qué miras la paja que está en el ojo ajeno, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? (Mateo 7:3).
Apodos, insultos, críticas fundadas e infundadas, chistes y memes, arrojaron AMLO y equipo a pasadas administraciones.
El acre clima social en el que tan arduamente trabajaron parece que ahora se les revierte. Acusaron a los salientes de frìvolos y derrochadores por aparecer en revistas del corazón, pero ahora que son ellos los que ocupan esos espacios se quejan de que los critiquen y que sean ellos los exhibidos.
El espectáculo de muchos de los "intérpretes" de AMLO en las redes sociales es patético.
Preocupa en cambio la delgada piel de quienes uno suponía curtidos en estas lides.
Para la presidenta de Morena, las críticas las promueven " quienes pretenden generar mal querencias en contra de AMLO". Se refirió en un twitt a una "guerra sucia", se trata de algo orquestado, dirigido, con el fin de manipular a la opinión pública.
Pisando los micrófonos que les da su posición para tratar de que las críticas a su movimiento parezcan fruto de una maquinación yo fuì es nadie lo sabe. ¿Debilitar su imagen? Esto es absurdo.
Polevnsky no lo hace por motu propio, trata de una línea del partido para intentar acallar a sus opositores.
Un país donde el asesinato y desaparición de periodistas está a la orden del día, es sumamente irresponsable que AMLO, se dedique a descalificar ya señalar a la prensa "fifi".
Si algo les sucede a futuro a esos medios y a sus reporteros, el Presidente electo será el primer responsable. No puede jugar con fuego. Desde el poder no se pueden hacer esos señalamientos sin esperar que alguno de sus fieles quiera por propia iniciativa ajustar cuentas a los críticos. Se trata de una actitud a todas luces preocupante. No son expresiones aisladas de AMLO.
Si criticaron el dispendio, se criticarán las acciones de gobierno que rompan con los criterios auto impuestos de austeridad. No se trata de un plan orquestado sino del natural empoderamiento de la sociedad.
Existe una absoluta asimetría entre el poder y un medio o un individuo. Esto es necesario que el nuevo gobierno lo entienda de inmediato. Tienen que endurecer la piel y ser en extremo tolerantes con la crítica que reciban.
La crítica es un elemento esencial de la democracia. Al gobierno le corresponde escucharla y atender los reclamos cuando sean justos, y hacer las aclaraciones pertinentes, en tono respetuoso, cuando no lo sean.
No les queda otra si quieren preservar la democracia gracias a la cual conquistaron el poder. No deben nunca olvidar que con la vara que midieron serán medidos.
¿ Cómo será la relación de la nueva administración Federal con los órganos constitucionalmente autónomos? Espacios e instrumentos ganados desde la sociedad para el control democrático del ejercicio del poder.
Desde 2010, el entonces IFAI, ordenó abrir información sobre cancelaciones, condonaciones y créditos fiscales que otorgan instituciones como el SAT y el IMSS. Esta postura se mantiene por unanimidad en el pleno del INAI. Aún más: hoy esta información es una obligación de transparencia de acuerdo con el artículo 71 fracción I de la Ley General de Transparencia.
La LGTAIP es evaluada como una de las mejores leyes en materia del mundo y da a los comisionados la posibilidad de interpretarla en favor de hacer pública la información por encima del secreto comercial o la confidencialidad de algunos nombres contenidos en contratos.
Hoy el INAI es, gracias a la demanda de la sociedad, un organismo autónomo del estado mexicano que permite a la población controlar el ejercicio del poder.
El reciente mandato de la población en las urnas fue claro: no más corrupción ni impunidad.
Hoy necesitamos Transparencia Total porque sólo con información pública, autoridades y población podrán trabajar juntas para prevenir, denunciar, perseguir y castigar el despilfarro, la corrupción y apaciguar el profundo sentimiento de impunidad que existe en nuestra sociedad.
Conforme se acerca el relevo de administración, las diferencias entre los proyectos tienden a diluirse. La razón no es otra que la perspectiva desde donde se construye el discurso. El gobierno entrante tendrá que construir una narrativa que transite de la gran promesa de transformación a la transformación posible. Creo que será un camino interesante para un equipo gobernante acostumbrado a vivir en una especie de castidad auto impuesto a un gobierno que tendrá que explicar, a un electorado impaciente, que el presidente de México puede ser un gigante político al tiempo que es un pigmeo presupuestal y una administración con capacidades muy limitadas para hacer valer su autoridad en todo el país. El discurso de lo posible no es un discurso pecaminoso me debe ser visto como una disertación claudicante.
Es el discurso de la responsabilidad y la madurez política.
Quiero continuar este texto, asentando algo que a mí me parece evidente, y como lo dije entonces sería absurdo argumentar que AMLO no llegó consciente de los problemas que enfrenta México. Hay pocos mexicanos que conozcan el país tan bien como él: su pobreza extrema, la desigualdad, la injusticia, la violencia, la violación a los Derechos Humanos, la falta de oportunidades, la lamentable situación en que se encuentran las escuelas, la insuficiencia de los centros de salud, el deterioro de los caminos, las arbitrariedades de las autoridades y los privilegios de que gozan unos cuantos.
La campaña de tierra que hizo durante tantos años lo puso en contacto con la realidad de manera que su conocimiento del país no es libresco, ni burocrático. Este conocimiento es el que modeló su oferta política y ahora, en el período de transición, sus principales proyectos.
Pero conocer los problemas e identificar las demandas más sentidas de la población no es equivalente ni a tener soluciones para ellas ni en el caso de tenerlas, encontrar la manera adecuada de implementarlas. Conocer México no es equivalente a conocer y mucho menos a tener el aparatoso gubernamental necesario para llevar a buen puerto sus proyectos.
A pesar de ya muy viejo dictum de Plutarco Elías Calles de que México pasaría de un país de hombres a uno de instituciones, esto no ha ocurrido más que parcialmente.
No se trata únicamente de que cada presidente quiere imprimir su sello a las políticas del sexenio o de que cada uno busque hacer tabula rasa de lo construido hasta su llegada al poder. Se trata de que las instituciones al ser débiles sirven de poco para apuntalar cada nuevo proyecto. Ejemplos hay muchos. Todos han prometido dar seguridad a la población, pero nadie ha construido una policía capaz de brindarla. Todos han hablado del fortalecimiento del federalismo, pero todos han optado o bien por el avasallamiento, o bien por fomentar la irresponsabilidad de los gobiernos locales.
AMLO ha bautizado por adelantado a su proyecto con el nombre de la Cuarta Transformación, pero hasta el momento nadie sabe bien a bien de qué se trata. No ha sido plasmado en ningún documento que nos permite evaluar en qué consiste.
Me temo que por más sensatas que sean sus propuestas y por más loables que sean sus propósitos, no podrán ser concretados en una cuarta transformación porque su anclaje es personal, pero no institucional. La corrupción es un mal endémico que drena al país de recursos que podrían ser utilizados para inversión o gasto social. La oferta es que el presidente y quienes lo rodean sean honestos y den el ejemplo.
Insisto, los problemas detectados son reales, pero las soluciones propuestas tienen varios problemas.
No están conectadas entre sí y en ningún caso tienen un anclaje institucional que les permita ser eficaces y, sobre todo, trascender. El hombre antes que la institución o, peor, el hombre dueño de la institución.
Ahora que está por iniciar un nuevo gobierno el presidente electo y miembros destacados de morena buscan diferenciarse de lo que llaman "modelo neoliberal", lo cual no es sencillo porque las premisas del modelo económico que se ha seguido en nuestro país en las últimas décadas seguirán vigentes.
En materia de finanzas públicas el siguiente gobierno promete ser más neoliberal que los neoliberales, en materia fiscal vienen disminuciones del impuesto sobre la renta en la frontera norte, la inversión privada en el sector energético fue ratificada por el Presidente López Obrador y se ha establecido claramente el respeto a la autonomía del Banco de México en materia de política monetaria.
En nuestro país, se están dando por buenas las bases del modelo económico de las últimas décadas pero se busca promover cambios que corrijan sus insuficiencias.
Porfirio Muñoz Ledo mencionó recientemente en un artículo en El Universal tres condiciones básicas para cancelar lo que él llama el ciclo neoliberal:
" La reaparición del Estado en la regulación de los procesos económicos, el fin del saqueo de los recursos naturales y la elevación consistente de los salarios en el corto plazo". En el tema de los salarios sí parece estar con claridad en su estrategia; habría que añadir: la política de garantizar un precio atractivo para productores agrícolas, el incremento en el apoyo a programas sociales y las nuevas formas de ejercer la función pública. ¿la ideología por encima de la praxis?.
Max Weber en El Político y El Científico Establece que el primero para decidir debe fundamentarse en la consecuencia de su acción. El segundo se rige únicamente por sus valores morales, por encima de las circunstancias. Establece la ética de la responsabilidad debe guiar al político, no la ética de la conciencia, más del ámbito académico. Esta reflexión sirve para analizar cómo AMLO asumirá sus responsabilidades.
La consulta sobre NAICM marcará el ejercicio de gobierno. Las implicaciones inspiran temor. Nadie está en contra que el pueblo sabio se exprese. |
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