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XALAPA.- Con la meta de beneficiar a todos los que participan en la cadena productiva de la manzana, incluyendo a amas de casa, la distribuidora El Indio fue relanzada bajo un modelo agroindustrial innovador. Este cultivo ha brindado identidad y renombre a Ciudad Cuauhtémoc, en la región central de Chihuahua que es puerta de entrada a la Sierra Tarahumara, pues este fruto se da a contracorriente, dado que tiene que enfrentar diversas condiciones, como el clima. Fernando Rentería, director operativo de Manzanas El Indio, explica: “La tenacidad que nos arraiga a la tierra nos hace día a día afrontar los problemas para producir. Esa manzana en el mercado se ve como una fruta, pero para nosotros como productores lo vemos como el sustento de nuestras familias y una raíz que nos ancla al suelo de donde somos originarios”. Rentería explica que de cada 10 manzanas consumidas en el país, cuatro son producidas en México, mientras seis provienen de Estados Unidos, Sudáfrica, Chile y Argentina. De la producción nacional, tres de cada cuatro frutos se cosechan en Chihuahua y el resto en Durango, Coahuila, Puebla y Querétaro. Actualmente, Manzanas El Indio atraviesa –con la ayuda de Balam, empresa de OMNi dirigida al desarrollo agroindustrial, y Bankool– por una etapa de transformación, al pasar de un modelo tradicional de agroindustria a otro donde utiliza inteligencia artificial. Ricardo Paredes, director operativo de Balam, comentó que buscan mejorar las redes productivas primarias de México, pero también ser una respuesta ante la extinción de Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesquero. Detalla que con la visión de Moisés Chaves, director general de OMNi, Balam busca convertir a la distribuidora en un activo productivo eficiente mediante financiamiento de diversas entidades y un modelo de asociación para comercializar bajo una marca colectiva. Por ello, han desarrollado programas que incluyen planes financieros, operativos, empresariales y tecnológicos para garantizar el crecimiento de todos los involucrados en la siembra y comercialización de distintos frutos. Manzanas El Indio es uno de los proyectos insignia de Balam, pues abarca la producción primaria, la industrialización (refrigeración, empaque y comercialización) y, eventualmente, la transformación. Si bien Paredes reconoció que el modelo no deja de ser un negocio, también resaltó que tiene una visión social. La comunidad vinculada al proyecto suma alrededor de 2 mil personas entre empleos directos e indirectos. El proyecto no sólo suma a productores de la región, sino también a trabajadores en el campo que provienen de la Sierra Tarahumara, pero a lo largo de la cadena productiva se suman hasta amas de casa en la parte del empacado. La visión compartida de Balam y El Indio es transformar la industria de la manzana en México en un modelo rentable y competitivo, capaz de fortalecer la economía local e integrar a los productores. Además, Rentería comentó que el objetivo es que esta empresa familiar se convierta en uno de los actores más importantes dentro de este sector. “Vamos caminando, vamos paso a paso, consolidando cada escalón bien cimentado para el que sigue y así ser el jugador más importante”. Sobre el uso de la inteligencia artificial, Rentería explicó que esta herramienta es para generar datos, incluyendo costos de materia prima, mejorar la producción, para determinar el mejor camino a seguir. Paredes consideró que este modelo es innovador porque “hay una necesidad en el campo mexicano y mundial, de llevarlo todo a la cuantificación”.
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