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Xalapa, Ver.-
El asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo solo fue el pico del iceberg de la crisis de inseguridad en Michoacán, entidad atrapada en una espiral de violencia desatada desde 2005. Son 20 años durante los cuales el crimen organizado ha expandido su presencia, y las sucesivas estrategias gubernamentales para controlar ese fenómeno no han hecho más que fracasar: casi 27 mil homicidios en este periodo; 18 alcaldes ejecutados y 8 mil 755 desapariciones forzadas. Pese a desde hace años el crimen organizado había ampliado también su modelo de operación a otras actividades más allá del trasiego de drogas, en los últimos años esa diversificación delictiva se consolidó con un alto impacto en la sociedad michoacana. La extorsión, por ejemplo, creció exponencialmente con una impacto directo y rotundo en la vida económica; el secuestro, la trata de personas, el cobro de piso, además de su operación ilegal en puntos claves del estratégico puerto de Lázaro Cárdenas, forman ahora parte de las fuentes “complementarias” de ingresos de las organizaciones criminales. De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), entre 2010 y 2025, en Michoacán se registraron 95 mil 850 denuncias de extorsión, aun cuando es uno de los delitos que se denuncian poco por temor a represalias. El último diagnóstico de las fiscalías General de la República y General de Justicia del estado revela que en Michoacán operan seis organizaciones criminales: el cártel Jalisco, Los caballeros templarios, Los Blancos de Troya, Los Viagras, cártel de Los Reyes y Pueblos Unidos. Sin embargo, estudios independientes proyectan hasta en 35 los grupos criminales que operan en la entidad. Aunque históricamente Michoacán ha sido una entidad donde ha operado la delincuencia organizada al menos durante los últimos 50 años, el recrudecimiento de la violencia, producto de la expansión de las organizaciones criminales, arrancó con el sexenio de Felipe Calderón. El estado se convirtió entonces en icono del fracasado modelo calderonista de declarar una guerra contra el narcotráfico. Desde entonces, dos variables fundamentales en Michoacán no han cesado de crecer: entre enero de 2007 y noviembre de 2012, bajo la administración de Calderón en esa entidad se registraron 4 mil 510 asesinatos, siendo 2009, con 936, el año más violento de ese periodo. Durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, los homicidios en la entidad mantuvieron una tendencia creciente, pues entre 2013 y noviembre de 2018, en Michoacán se perpetraron 7 mil 964 asesinatos, con un repunte importante en los últimos dos años. Si en 2013 se registraron 922 homicidios dolosos, en 2018 se alcanzaron 2 mil 76. Entre 2018 y 2024, la escalada de asesinatos en Michoacán continuó al alza, al reportarse 13 mil 405. Fue 2021 el año más violento en términos de asesinatos, cuando se alcanzó el máximo en la historia con 2 mil 696. A pesar de estas cifras elevadas, hacia el final de ese sexenio comenzó a revertirse la tendencia criminal de los últimos 20 años, pues los siguientes tres años bajaron consistentemente: 2 mil 329 en 2022, mil 886 en 2023 y mil 632 en 2024. En cuanto al registro de desapariciones forzadas, la entidad también refleja un comportamiento similar: entre diciembre de 2006 y noviembre de 2012, hubo 596 desaparecidos, de acuerdo con el registro oficial de personas desaparecidas; entre diciembre de 2012 y noviembre de 2018 fueron mil 687; entre diciembre de 2018 y septiembre de 2024 (cuando concluyó el sexenio de Andrés Manuel López Obrador), hubo 5 mil 79 desapariciones. Durante el sexenio actual se han registrado mil 397 desapariciones forzadas, lo que equivale a 116 cada mes, la cifra mensual más elevada desde 2006 a la fecha, atribuibles a la disputa intestina de los cárteles en la entidad. En México, el comportamiento reciente de la desaparición forzada está asociado directamente al crimen organizado. En su más reciente informe, en 2025, la Agencia Antidrogas estadunidense (DEA, por sus siglas en inglés) reconoce que en Michoacán la disputa se concentra entre tres cárteles principalmente y son los que representan, en su lógica, las principales asechanzas de dicha entidad para Estados Unidos: el cártel de Jalisco, Los Viagras, El cártel de Tepalcatepec y el cartel local del municipio de Los Reyes.
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