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XALAPA.- El derrame de hidrocarburo ocurrido el 16 de octubre en la comunidad de Citlaltépetl, municipio de Álamo, ha dejado una estela de destrucción que, según los propios afectados en el norte de Veracruz, podría tardar al menos seis meses en ser parcialmente atendida. Incluso, de acuerdo con información proporcionada por personal de Petróleos Mexicanos (Pemex), la limpieza de los naranjales y áreas verdes contaminadas se extendería hasta abril de 2026. En ese tenor, Susana Marlén Cortés Hernández, productora local, afirma que la fractura en el oleoducto provocó la expulsión de miles de litros de petróleo crudo, afectando directamente 396 árboles de naranja con más de una década de vida, además de plátanos, mangos, aguacates y papayas. El líquido espeso alcanzó hasta 300 metros de distancia, cubriendo sembradíos, arroyos y manantiales. “El petróleo salió como fuente y bañó los sembradíos. Todo quedó renegrido y desolado”, lamentó Susana Marlén. Dijo que cada naranjo produce hasta tres colotes —unos 80 kilos de fruta—, lo que representa una pérdida estructural para los productores. Los frutos que se cosecharían en diciembre están contaminados, y los árboles deberán ser arrancados de raíz. Sumado a lo anterior, la comunidad teme que los pozos que abastecen de agua a Citlaltépetl estén contaminados, ya que se encuentran a escasos seis metros del arroyo afectado. El derrame alcanzó cuerpos de agua mayores como el río Pantepec y posteriormente el Tuxpan, lo que agrava la contingencia ambiental. Aunque Pemex estima que la limpieza superficial podría concluir en seis meses, el saneamiento del suelo es incierto. Los afectados consideran que la tierra permanecerá contaminada, dificultando el cultivo y la recuperación económica de la zona.
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