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XALAPA.- De acuerdo con Simón Barquera, investigador del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) y presidente de la Federación Mundial de Obesidad, las medidas existentes en México para disminuir el sobrepeso y la obesidad se perfilan para lograr, en 2030, una reducción de 6 por ciento en la prevalencia de este problema de salud pública. Además, ya se cuenta con indicadores de la disminución de los niveles de triglicéridos, lo cual se asocia con una menor ingesta de azúcar, sobre todo la contenida en refrescos. También ha bajado la recaudación de impuestos al consumo de esos productos. El investigador refirió que si se mantienen y fortalecen regulaciones y la promoción de estilos saludables de vida, el país estaría entre los primeros del mundo con oportunidad de detener la epidemia de sobrepeso y obesidad. Destacó que esta última no tuvo un aumento significativo de 2016 a la fecha, pero el riesgo persiste. Durante una conferencia organizada por el laboratorio IFA Celtics, el especialista refirió que ya se prepara la revisión de la norma oficial mexicana (NOM) 051 relativa al etiquetado frontal en alimentos procesados y bebidas azucaradas. Se requieren disposiciones que hagan frente a los "trucos de las empresas para brincarse la NOM, así como para neutralizar el impacto de las reglas en sus productos". Señaló que algunas mercancías deben incluir el mensaje de que contienen edulcorantes no indicados para niños y los fabricantes los incluyen, pero de un tamaño muy pequeño. En otro caso, hay refrescos que se anuncian como reducidos en azúcar, pero tienen el sello que indica el exceso de azúcares. En ese tenor, los especialistas recomendarán la revisión de los límites máximos permitidos de "ingredientes malsanos" para que sean más estrictos, principalmente en el sodio (sal), pues el consumo excesivo está asociado con el desarrollo de enfermedades cardiovasculares. Barquera, director del Centro de Investigación en Nutrición y Salud del INSP y uno de los principales promotores de las medidas para hacer frente a la epidemia de sobrepeso y obesidad que afecta a más de 70 por ciento de los adultos en México, también destacó que ya existe evidencia sobre los beneficios del etiquetado frontal en la salud de las personas. Refirió que los niveles de triglicéridos han disminuido, de acuerdo con las encuestas nacionales de salud y nutrición realizadas antes y después de octubre de 2020, cuando entró en vigor el etiquetado frontal. Los triglicéridos se alteran por el consumo excesivo de azúcar, sobre todo en los refrescos y jugos. Barquera señaló que en fecha próxima se publicará una investigación con datos actualizados sobre la disminución en el consumo de bebidas azucaradas que se refleja en una menor recaudación de impuestos por la venta de estos productos. Además, está próxima la entrada en operación de lineamientos sobre los alimentos y bebidas que se podrán vender en las escuelas. "Saldrán toneladas de productos" de los planteles, concluyó el investigador.
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