Agentes identifican a migrantes "por su olor". | ||||||
Por el color de su piel (son afrodescendientes), personal del Instituto Nacional de Migración (INM) puso en duda su nacionalidad y las hizo pasar un calvario. Las interrogaron por separado y las violentaron durante dos horas. | ||||||
Domingo 29 de Noviembre de 2020 | ||||||
Por: La Jornada | ||||||
Por el color de su piel (son afrodescendientes), personal del Instituto Nacional de Migración (INM) puso en duda su nacionalidad y las hizo pasar un calvario. Las interrogaron por separado y las violentaron durante dos horas. El de Tobyanne, quien hoy es la titular del Mecanismo de Protecci|ón para Defensores de Derechos Humanos y Periodistas de la Ciudad de México, es uno de varios testimonios presentados en el informe Por el color de mi piel y la forma en que hablo español: la detención y deportación de indígenas y afrodescendientes mexicanos por el INM, del Instituto para las Mujeres en la Migración (Imumi). El reporte asienta que los propios agentes migratorios han señalado que reconocen a los migrantes por su comportamiento nervioso, color de su piel, vestimenta, pero sobre todo, por su olor. Se trata, enfatiza el Imumi, de métodos discriminatorios que conducen a la detención ilegal, desaparición y deportación de indígenas y afrodescendientes mexicanos al ser identificados erróneamente como indocumentados. A los primeros se les envía a Guatemala u Honduras, a los afrodescendientes a Haití, Honduras o Cuba. Las tasas más altas de abusos por parte de agentes del INM, subraya el informe, se dan sobre todo en puntos de tránsito, aeropuertos y autobuses. Además de tener que presentar su documentación, cuando se les detiene e interroga son obligados a cantar el Himno Nacional o a responder sobre historia de México, entre otros tratos degradantes. Estas acciones se dan con fuerza física y violencia. Desde que era niña, Tanya Duarte ha enfrentado esa discriminación racial. Es parte de mi vida diaria, dijo resignada a los investigadores del Imumi. A los 12 años de edad, en el camino a su escuela, dos hombres la golpearon y la llevaron a un centro de detención; con el fin de rescatarla, su madre tuvo que pagar y comprobar con fotografías que era mexicana. “Desde que tenía veintitantos, aprendí que debo tener mi acta de nacimiento, pasaporte y toda identificación posible a la mano. Ahora les muestro todo (a las autoridades migratorias). Tengo mi membresía del Sam’s y licencia de conducir, tengo absolutamente todo”. Sin embargo, en no pocas ocasiones los agentes han asegurado que sus documentos son falsos y le han exigido cantar el Himno Nacional. En lugar de eso, Tanya les da la receta del mole poblano o del caldo tlalpeño. Jesús, de 21 años, originario de Yaxgemel, ubicado en el municipio de Chenalhó, Chiapas, viajaba de San Cristóbal de las Casas a Tuxtla Gutiérrez cuando los agentes migratorios subieron al autobús. Le pidieron sus papeles y pese a presentarlos, le dijeron que estaba mintiendo, que no era mexicano, pues tus características son centroamericanas y apenas se entiende tu español, le espetaron. Jesús habla tzotzil. Lo amenazaron con deportarlo y por horas fue víctima de agresiones. Me discriminaron por mi color de piel y por la forma en cómo hablo español, señaló. |
||||||
|
||||||
Nos interesa tu opinión |
||||||
> Directorio > Quiénes somos |
® Gobernantes.com Derechos Reservados 2016 |