Marco Antonio Aguirre Rodríguez
Eso de que la gobernadora Rocío Nahle tiene una altísima aceptación, como que no cuadra.
De acuerdo con la última medición de Arias Consultores, su calificación es de 13.8. Si estuviera en una escuela y la calificación máxima fuera de 10, apenas obtendría un 1. La misma encuestadora muestra cómo el total de los gobernadores del país tiene un promedio de 26.5, es decir, su calificación podría ser de tres por aproximación.
Pero más allá de eso, 8 de cada 10 veracruzanos quiere que Rocío Nahle se someta a la ratificación de mandato, algo a lo que la gobernadora le teme y que ha buscado la forma de evitar. Su imagen es peor que la del promedio del país, donde son 6 ó 7 de los habitantes de cada estado los que quieren que se someta al mandatario estatal a la revocación de mandato.
¿Porqué está tan mal Rocío Nahle?
Solo es cuestión de ver tres áreas sensibles para la población.
En seguridad, sólo el 6.8% de los habitantes del estado considera que la misma es buena. Ni siquiera uno de cada 10. En lo nacional, aunque el promedio también es muy bajo, es contrastante con el 16.4 % de promedio que hay. Son casi 10 puntos de diferencia.
En obra pública, sólo 1 de cada 10 veracruzanos cree que se están haciendo bien las cosas y esto coloca la calificación del gobierno de Rocío Nahle, como la segunda peor en todo el país.
En salud, también, menos de 1 habitante del estado de cada 10 considera que el sistema de salud del estado es bueno. Ni las “Camionetitas de la salud”, ni las minifarmacias, ni nada hacen que la población considere esto como adecuado. Aquí es el 7.6% de los encuestados los que consideran que el sistema de salud es bueno, mientras que el promedio nacional es de 20.6%. Casi 20 puntos de diferencia, lo cual es un mundo de distancia. Por eso es que la calificación del gobierno de Nahle es la segunda peor del país.
Pero ella es la gran mística de la política en la entidad.
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