Por Omar Zúñiga
“En el mundo actual, la información nos llega a una velocidad increíble, pero no todo lo que leemos es preciso y muchas veces es carente de veracidad. Sin embargo, la desinformación no es simplemente un error, sino que es falsa, que se crea y se difunde con la intención de engañar”.
Este párrafo que acaba usted de leer no pertenece a ningún tratado filosófico ni mucho menos a un portal sobre verificación de datos para evitar fake news, se trata de un extracto de un texto firmado de puño y letra de un tal Martín Aguilar, rector (así, en minúsculas) que termina el domingo el periodo de cuatro años para el cual fue electo en la Rectoría de la UV.
A continuación otro párrafo de esa misma carta dirigida a la comunidad estudiantil.
“Así, desde ayer circulan notas periodísticas, comentarios en redes sociales, en las que se asegura que los documentos que ustedes recibirán al concluir sus estudios serán carentes de legalidad, que los títulos firmados por un servidor no serán válidos, (y aquí viene lo bueno) poniendo en duda que estamos en una Universidad seria, que se conduce con elementos de ética, de honradez y que apostamos hacia la excelencia (sic)”.
En definitiva, Martincillo le apuesta que la comunidad universitaria es francamente estúpida y le ofrezco una disculpa de antemano por el concepto, sin embargo así se percibe.
Por supuesto que hay duda de la legitimidad de las firmas, no sólo de los Títulos de los egresados, sino de toda la documentación que firme.
Convenios, Títulos, acuerdos, la nómina, absolutamente todos sus actos estarán cuestionados, por falta de legitimidad.
Por supuesto que hay duda, porque Martín Aguilar ha demostrado que NO se conduce ni con ética ni con honradez, si así fuera, no hubiera hecho lo que hizo, convirtiéndose en el espurio que pretende ser a partir del lunes.
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Para documentar el optimismo, parte de esa falta de ética y de honradez que pregona en su carta dirigida a la comunidad estudiantil, se pone de manifiesto en lo que tuvo que gastar la UV para poder realizar el último informe de Martincillo.
Hubiera estado de lujo que en un ápice de esa ética y honradez, si el rectorcito le hubiera informado a los estudiantes que gastaron 100 mil pesos en la renta del salón de un hotel del Centro de Xalapa, donde se llevó a cabo lo que intentó ser una sesión de Consejo Universitario General (CUG), donde los únicos que no estuvieron invitados fueron los consejeros no afines. Ridículo.
Intento, porque ni siquiera hay manifestación plena de cómo se hizo el pase de lista y si hubo quórum para la sesión, que ni por asomo fue solemne, como debió haber sido.
Y esos 100 mil pesos fueron sólo del salón; súmele usted el gasto en las habitaciones para sus “invitados especiales” con los que lleno el salón de fiestas, cuando hay entidades académicas que devengan un presupuesto de 150 mil pesos, ¡al año!
¡Eso es no tener madre!, ni ética ni honradez.
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Martincillo no se fue a ningún recinto universitario, porque sabía que NO iba a ser bien recibido, necesitaba un lugar donde pudiera llegar sin ser visto, como el hotel donde se realizó el “evento”, a donde tuvo que llegar por la puerta trasera y subir por el elevador de carga, junto con cebollas, jitomates y aguacates, pensando quizá que pudiera encontrarse con un par de estos, para ver si así le hacía frente a la comunidad universitaria que lo repudia, que NO es una mínima parte.
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Este repudio empieza a generalizarse en las diferentes facultades.
El miércoles, además del bloqueo en la USBI, hubo protesta estudiantil en Psicología, y en esta última también ayer jueves.
Para hoy están programadas protestas y jornadas de información sobre la firma del espurio y cómo puede afectar a la titulación de los chavos, afuera de Pedagogía y FCAS en Xalapa; también en las regiones de Orizaba y Poza Rica.
En Xalapa también en Informática habrá movimiento, sin embargo los estudiantes deberán estar atentos a no caer en provocaciones, pues hay información fidedigna de que se han infiltrado esquiroles, que buscan saber quién y cómo será las protestas.
Los objetivos por supuesto están en evitar la libre manifestación de los estudiantes a través del convencimiento o del temor.
La piel se eriza sólo de recordar el contexto de estas frases en boca de los mismos estudiantes.
Cuando la UV habla, ¡Veracuz tiembla!
¡Qué barbaridad!
deprimera.mano2020@gmail.com
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