Por Edgar Hernández*
Al destaparse el pudridero que pone al descubierto ligas del gobierno de Veracruz con el grupo criminal de Tabasco “La Barredora”, que lidera el hoy prófugo Hernán Bermúdez Requena, emerge el nombre de la Fiscal General, Verónica Hernández Giadans.
Hernández Giadans, vía su mecenas Erick Cisneros, ex secretario General de Gobierno de Cuitláhuac García y su propia prima hermana, Guadalupe, lugarteniente del Comandante “H”, vinculado a “La Barredora”, a través de los Zetas, forman parte de un entramado bajo sospecha.
Investigaciones de la Fiscalía General de la República, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana y documentos de Inteligencia Militar sugieren vínculos del gobierno de Cuitláhuac García con la organización criminal de Bermúdez Requena -2019-2024- quien fungía como Secretario de Protección Ciudadana de Tabasco, época en que Hernández Giadans llega a la Fiscalía en septiembre de 2019.
Todo cuadra.
Bermúdez Requena, como es del dominio público, es prófugo de la justicia luego de ser señalado, aparte de su historia criminal de tráfico de estupefacientes y ejecuciones masivas, de pretender extraer, vía huachicol, 38 millones de litros de combustible de Dos Bocas.
Tras ello, el tema Hernández Giadans quedó sospecha desde el arranque de su gestión cuando es vinculada a los Zetas, vía su prima “Lupe”.
Encargada despacho de la Fiscalía (21-1º.-2020) en ese entonces admite, en comparecencia ante el Congreso local, ser “prima hermana” de Guadalupe Hernández “La Jefa”, operadora de Los Zetas y cercana al capo Hernán Martínez Zavaleta “El Comandante H”, jefe de plaza detenido en el 2017 en Cárdenas, Tabasco.
Hoy se sabe que "El Comandante H" estaba bajo las ordenes de Bermúdez Requena.
La historia, al paso del tiempo, tomaría nuevos sesgos al hacerse público el vínculo criminal entre Tabasco y Veracruz, vía Bermúdez Requena, con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y a través de los Zetas con el "Comandante H".
El hoy buscado por la INTERPOL, presuntamente protegido por el gobernador de Tabasco, Adán Augusto López, tuvo derecho de piso en Veracruz, especialmente en la capital, Xalapa, y en regiones como el puerto veracruzano, Boca del Río, Minatitlán, Coatzacoalcos y Las Choapas, así como en una parte del norte hasta Tamaulipas por ser el corredor natural de la droga.
Y se entiende que de ello siempre estuvieron enterados el dúo Bola #8 y Verónica Hernández sobre todo luego de hacerse pública la alianza criminal Tabasco-Veracruz misma que se consolidó en 2019 y que en los hechos operaba mediante extorsión, cobro de piso, tráfico de drogas y actos violentos, incluyendo asesinatos y desmembramientos, bajo la estrategia de “limpieza” de rivales.
Hay un hecho que llama la atención fue que en 2019 la Policía Ministerial de Veracruz detuvo a tres presuntos integrantes de “La Barredora”, quienes portaban armas y una cartulina que anunciaba su llegada de esta organización criminal.
No se supo más.
Vale mencionar que a pesar de esas detenciones, las autoridades estatales negaron repetidamente la existencia del grupo.
Veracruz y Puebla se convirtieron así en el corredor de la delincuencia y, aunque el gobierno del atarantado nunca quiso admitir la presencia de “La Barredora”, siempre conoció de su existencia al igual que de los 7 Carteles, entre ellos los Zetas, que dominaban el territorio veracruzano.
Informes de inteligencia, filtrados por “Guacamaya Leaks”, señalan que el CJNG, con “La Barredora” como brazo operativo, dominaban hasta el 75% de las actividades ilícitas en Veracruz, incluyendo el control de puertos, extorsión en bares y tráfico de migrantes, con aparente protección de redes políticas y policiacas.
Hoy ya no está ni el Bola #8 en Veracruz y Cuitláhuac y su pandilla andan a salto de mata, mientras la Fiscal está entre que un día se va y el otro en el ¡Ya veremos! dejando a la institución en el limbo, en el cobro de facturas y sin saber hacia dónde debe dar el siguiente paso.
Es una gestión en donde la responsabilidad total y absoluta corre a cargo del exgobernador Cuitláhuac García, quien el 16 de noviembre de 2023 fue descobijado por “Guacamaya Leaks”.
Recordemos que los documentos hackeados a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), conocidos como “Guacamaya Leaks” lo vinculan al narcotráfico.
Lo señalan como protector de redes criminales de los cárteles de Jalisco y Sinaloa. Este último Cártel se posicionó en la entidad con protección policiaca.
Por esa razón el territorio veracruzano se convirtió en uno de los más atractivos para los cárteles de la droga.
No es exagerado decir que en Veracruz, como ocurre en Jalisco y Tamaulipas, el gobierno estatal opera como una empresa criminal.
Los hechos así lo acreditan.
Y es que durante el Gobierno morenista de Cuitláhuac, las actividades ilícitas -trasiego de droga, trata de migrantes centroamericanos, extorsión, cobro de piso, secuestro, robo a contenedores portuarios y de ferrocarril, circulación de droga, alcohol y mujeres en los 20 penales de la entidad-- es dominado en un 75 por ciento por parte del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Otra parte del negocio la explota el cártel de Sinaloa, asentado en esa entidad desde el 2018, tras el triunfo electoral de Morena, mientras el tercer lugar lo ocupa “La Barredora”.
¿De todo ello no estaba enterada la Fiscal Verónica Hernández Giadans?
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo
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