ESTE AÑO que está por culminar, los mexicanos en general tuvieron que apretarse
duramente el cinturón de su propia economía para poder salir adelante, luego de
que el gobierno de la cuarta transformación, impuso, por voluntad propia del
Presidente de la República, una dizque austeridad republicana que ha afectado a
miles de familias que de plano se las vieron negras, como suele decirse
popularmente en esto de mantener su propia subsistencia con un raquítico
presupuesto que también, de acuerdo a la alta inflación que se ha presentado, no
ha alcanzado para poder cumplir con los mínimos compromisos familiares.
Este año que termina en el calendario normal, pero el primero del gobierno en
funciones, ha traído una evidente desesperación en todos los sectores de la
sociedad, pues lo mismo grandes empresarios que pequeños comerciantes,
agricultores, campesinos, ganaderos, empleados gubernamentales, municipales y
de toda la actividad normal de los mexicanos, han sentido en carne propia los
efectos de una política ahorrativa, tal vez, mal entendida, la cual se ejerce como
capricho de los propios gobernantes de esta nueva organización política que ha
llegado al poder.
Pero eso no es todo, pues se espera para el año que entra, una situación similar o
peor, pues ha dicho el mismo mandatario nacional, que los despidos seguirán
concretándose para seguir ahorrando y ahorcar, de plano, a todo el sector
productivo, es decir, a toda la economía nacional, tan solo por el desprecio que
tiene el hombre que gobierna a nivel nacional, en contra de todos los mexicanos, a
quienes considera culpables de no haber llegado antes a la Presidencia de la
República.
De ahí su política permanente de echarle la culpa al pasado, aún cuando ya se fue el
primer año sin que se hiciera algo emergente para salvar la situación económica
del país y consecuentemente de sus habitantes, pues en claro que la pobreza ha
aumentado debido a que no se ha dado ninguna oportunidad de crecer al negarle a
todos los mexicanos, los recursos que se requieren para aumentar las
posibilidades de subsistencia.
Desde el momento mismo en que el Presidente de la República, tomó el mando del
país, sus primeras instrucciones fue recortar el gasto en todos los sentidos,
despedir a miles de trabajadores y no hacer nada por aumentar los empleos que
tanto hacen falta. Dictó muchas medidas que han llevado a México, a una situación
de caos generalizado, al grado de que no faltó que se hablara, recientemente, de un
posible golpe de estado, para sacarlos inmediatamente del poder y no esperar que
llegue el momento de una consulta para revocarle el mandato, porque sería,
indudablemente, una acción manipulada, como ya lo hizo en otras ocasiones.
Lo que le espera al país para el año que está por llegar es una situación similar o
más difícil de la que ha tenido en este año, donde el crecimiento económico no
alcanzó ni siquiera el uno por ciento, lo que indica que revertir esta situación en un
año que se verá mucho más complicado, será un enorme reto, siempre y cuando, la
voluntad de quien gobierna se ponga en verdad a disposición del buen gobierno,
serio, comprometido y sobre todo, firme ante las nuevas condiciones económicas,
pues hay la plena seguridad de que los problemas serán mucho más graves,
debido, también, a las causas generadoras de conflictos internos, particularmente,
con la presencia permanente de los grupos delincuenciales que seguirán siendo
punto de referencia para una desestabilización del gobierno y de la sociedad.
No hay, hasta ahora, esperanzas mayores de que pueda crecerse más allá del
porcentaje que se ha señalado, basados, indudablemente, en los pronósticos de
quienes tienen en sus manos todos los datos que les indican el camino que podría
tener el país en materia económica que es de donde parte todo el bienestar al que
los mexicanos en general, aspiran.
El mismo presupuesto general aprobado para el próximo año ya indica claramente
como se manejará la administración, aunque no todo es seguro, porque si este año
se dejaron de ejercitar por lo menos ciento cincuenta mil millones de pesos, en el
próximo periodo de otros trescientos sesenta y cinco días, debido a la falta de
experiencia en el gobierno, la suma podría aumentar considerablemente, cayendo
nuevamente en subejercicio, lo que es un delito, sin aprovechar estos recursos
para darle cumplimiento a las promesas hechas al pueblo.
De ahí que l pueblo bueno, como lo llama el Presidente, pueda, en determinado
momento, salirse del control del propio gobierno y exigir directamente, como ya se
está haciendo en las calles, que se generen empleos, en lugar de cancelarlos, como
ya se viene haciendo costumbre esta política económica del gobierno federal y los
Estados gobernados por el mismo partido político.
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AHUED, EN XALAPA.
ESTE FIN DE SEMANA, el Senador de la República, con licencia y actual Director
general de Aduanas, Ricardo Ahued Bardahuill, estuvo este fin de semana en esta
capital, atendiendo asuntos oficiales y particulares, así como conviviendo con su
familia, debido a su ausencia de esta capital por la importante responsabilidad que
tiene a nivel nacional.
Ahued, como mucho se le ha mencionado en todos los más recientes tiempos
políticos de Veracruz, como un hombre serio, trabajador y responsable en lo que se
le encomienda, por lo que sigue siendo un personaje querido y ante la posibilidad
de que el Gobernador del Estado, Cuitláhuac García Jiménez, sea llamado por la
federación al término de los dos años de gobierno en Veracruz, pueda ser,
precisamente, Ricardo Ahued, quien ocupe esta importante posición en Veracruz,
lo que, sin duda alguna, nadie vería mal, sino al contrario, renacería la esperanza
de que las cosas tomaran otro rumbo para bien de todos los veracruzanos, en
general.
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Y, VERACRUZ, POR CIERTO.
VERACRUZ, es otro caso similar a lo que pasa a nivel nacional. Su administración
perdió, también, la oportunidad de lograr un mayor crecimiento y seguir siendo,
punta de lanza para el país, hablando económicamente.
La entidad veracruzana, se ha rezagado durante este primer año del ejercicio
constitucional del poder, a tal grado de que siendo un Estado, rico en todos los
sentidos, ahora más que nunca, el fantasma de la pobreza vuelve a tomarlo por
sorpresa, pues en el campo y hasta en los mismos centros urbanos, se nota la
desesperación por no tener los elementos suficientes para lograr una vida digna
como la que merecen todos los que habitan este territorio estatal.
Las presiones ejercidas a este gobierno para que cumplan con los compromisos
contraídos, no han servido de nada, pues se sigue la misma política nacional de no
prestar oídos a nadie, a no entender que los veracruzanos, votaron por un cambio
y no por otra situación que en estos momentos ya se antoja peor.
El reciente informe gubernamental, es una muestra de la incapacidad de quienes
están al frente de esta administración, donde también, no hay plena voluntad para
hacer las cosas bien.
Para Veracruz, también será, el próximo año, un periodo de grandes retos, no para
el gobierno, que nada le importa, sino para cada uno de sus habitantes que tendrá
que sacar lo mejor de si mismo, para poder subsistir y vivir más o menos en
condiciones aceptables. Este es el panorama que se advierte para el próximo año.
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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.
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