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XALAPA.- Las cifras muestran que México dejó de ser solo país de tránsito de extranjeros hacia Estados Unidos y se ha convertido también en lugar de destino. Al respecto, Giovanni Lepri, representante de la Agencia de la Organización de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en México, destacó que a pesar de las agresivas políticas contra lo que llaman migración no autorizada implementadas por el gobierno de Estados Unidos, siguen llegando a México migrantes de diversas nacionalidades, ya sea por razones de violencia, persecución o en busca de un mejor nivel de vida. “Se trata de personas que, en su mayoría, han salido de sus países, contra su voluntad, buscando protección o alternativas para la reconstrucción de sus proyectos de vida”. Según datos preliminares del Monitoreo de Protección 2025, realizado por ACNUR y organizaciones civiles, 66% de los migrantes extranjeros que se encuentran en territorio mexicano considera hoy a México como su destino y 31% insiste en ir a Estados Unidos. El dato surge 1,490 encuestas realizadas a migrantes que entraron a México de manera irregular y se encuentran en Tapachula, Chiapas; Ciudad Juárez, Chihuahua; Tijuana, Baja California; Reynosa, Tamaulipas; Ecatepec, Estado de México; Monterrey, Nuevo León; Saltillo y Piedras Negras, Coahuila; Villahermosa, Tabasco; en torno al río Suchiate, Chiapas y Ciudad de México, El año pasado, cuando se hizo el mismo ejercicio, 41% prefería quedarse en México y 57% insistir en llegar a Estados Unidos. En 2024, 53% de las personas encuestadas señaló violencia, amenazas e intimidación como causas principales por las que abandonaron su país de origen y 76% afirmó que su integridad estaría en riesgo si volviera a su país. En 2025, 61% refirió la violencia, amenazas e intimidación como principal razón de salida y 80% mencionó que enfrentaría un riesgo si tuviera que regresar a su país. Esto indica un incremento en la proporción de personas que muy probablemente necesitan protección internacional. Por otra parte, en 2024, 55% de las personas viajaban en grupo familiar y 45% lo hacía de forma individual. Un tercio de la población encuestada eran niñas, niños o adolescentes, lo que indica un desplazamiento más amplio de núcleos familiares completos. En 2025, este dato cambió: 52% de la población son personas adultas que viajan solas, mientras que el 48% restante fueron grupos familiares. De igual modo, hubo variación en la composición de edad: mientras que, en 2024, una de cada tres personas era niña, niño o adolescente, en lo que va de 2025 fueron una de cada cuatro, lo cual significa que hay, ligeramente, menos grupos familiares que salen de su país de origen con respecto a los años anteriores, o bien, que las familias viajan separadas. 115,000 personas han sido integradas con ayuda de ACNUR Por otro lado, según la ACNUR, de 2021 a la fecha 115,000 personas que ya residen en sus ciudades de integración en México han sido beneficiadas con el Programa de Integración Local de México que opera esa organización internacional y en el que participan 650 empresas privadas que contratan activamente a personas refugiadas en Aguascalientes, Baja California, Chiapas, Chihuahua, Coahuila, Guanajuato, Jalisco, Ciudad de México, Querétaro, Quintana Roo, Nuevo León, Puebla, San Luis Potosí y Tabasco. En lo que va del 2025 han beneficiado a más de 3,000. En 2024 fueron 13,000. Las personas refugiadas que participan en el programa han contribuido con más de 275 millones de pesos anualmente en impuestos. Giovanni Lepri, comentó que México, con toda su idiosincrasia, complejidades y dificultades, en estos últimos años ha demostrado poder ser un país de asilo. “Tiene la posibilidad, pero no la ha usado a fondo”. Desde su perspectiva, los programas, como los apoyados por la ACNUR han demostrado que, con los instrumentos adecuados, sí es posible integrar personas extranjeras que llegan sin nada en las manos, pero con muchas capacidades de aportar al país. Según el especialista, para lograr la integración se necesitan los ingredientes correctos: quitar la narrativa según la cual el extranjero viene a quitar las oportunidades de empleo o servicios a los mexicanos, sobre todo, porque en México hay más de un millón de vacantes, que evidentemente los mexicanos no están llenando. También implementar políticas públicas sostenibles en el tiempo que permitan la integración de extranjeros y contar con acceso a servicios públicos como salud y educación. En ese tenor, al revisar las cifras de solicitantes de condición de refugiado habría que considerar que solo uno de cada tres solicitudes se resuelve. Si se toma en cuenta el número de solicitudes del 1 de enero de 2013 al 30 de noviembre de 2024, fueron recibidas 633,167 solicitudes, de las cuales se resolvieron solo 209,217, es decir, 33.04%. De esas resueltas, 139,637 fueron resueltas de manera positiva y constituyen 22.05% de los que comenzaron el trámite y 66% de los resueltos. Para Luis Javier Carrancá, integrante de la Clínica Jurídica para personas refugiadas Alaíde Foppa, de la Universidad Iberoamericana, lo que ocurre es que las autoridades mexicanas incurren en una reiterada violación al derecho de no devolución de personas solicitantes de reconocimiento de condición de refugio; cunden las devoluciones aceleradas por parte del Instituto Nacional de Migración (INM) y no hay mecanismos para sancionar y reparar las violaciones a los derechos de las personas migrantes. Según la ACNUR, el incremento de migrantes que buscan establecerse en México ha provocado la sobrepoblación en albergues y ha elevado los riesgos de protección. “Las personas refugiadas y solicitantes de asilo en el norte del país enfrentan graves riesgos de protección, con miles viviendo en albergues o asentamientos informales, expuestos a condiciones climáticas extremas, violencia y falta de servicios sanitarios adecuados”, concluyó.
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