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XALAPA.- Tras el ruin asesinato de Luis Donaldo Colosio Murrieta, aquel 23 de Marzo de 1994, varios crímenes se suscitaron en torno al brutal acontecimiento; gente parecido a Mario Aburto, agentes investigadores o presuntos testigos aparecieron muertos, como si se buscara acallar algún indicio que pudiera llevar al o los autores intelectuales, algo que parece estar ocurriendo con el asesinato del, ahora, ex alcalde de Uruapan, Carlos Alberto Manzo Rodríguez, pues las investigaciones judiciales respecto al crimen, han desembocado en el hallazgo sin vida de dos presuntos implicados, cuyos cuerpos fueron localizados en un tramo de la carretera Uruapan–Paracho, a la altura del municipio de Capácuaro, los que sumados a la ejecución del autor material pese a haber sido sometido, sumarían tres crímenes en torno a la muerte de Manzo. Y es que de acuerdo con la Fiscalía General del Estado (FGE) y el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla, uno de los fallecidos tenía apenas 16 años de edad, lo que marca la segunda ejecución de un adolescente en el caso. El hallazgo ocurrió el lunes 10 de noviembre de 2025; es decir, nueve días después de que el primer agresor, Miguel Ángel Ubaldo Vidales, fuera abatido la misma noche del ataque contra Manzo en la plaza principal de Uruapan durante una celebración del Día de Muertos en dicha región. En concreto, el gobernador Ramírez Bedolla informó que la FGE michoacana verificó la participación de los dos jóvenes ejecutados en Capácuaro, quienes, según las investigaciones, acompañaban al autor material en el momento de la agresión a balazos contra el presidente municipal. Ramírez Bedolla explica que esas nuevas revelaciones en el caso del alcalde Carlos Manzo se confirmó con la FGE y el secretario Omar García Harfuch | Iván Arias / Reuters “Lo que sí confirma la fiscalía es que participaron otras dos personas que acompañaban al homicida... y estas personas son los dos que aparecieron en Capácuaro muertos. Uno de ellos tenía 16 años, y la información fue compulsada y revisada con el Secretario de Seguridad (Omar García Harfuch)”, declaró en entrevista con medios michoacanos. El mandatario reitera que la edad de los dos presuntos cómplices —uno de 16 años y el primer agresor de 17— obliga a examinar de fondo la continua participación de adolescentes en temas de reclutamiento criminal en Michoacán; particularmente, en zonas donde operan grupos dedicados a la extorsión y control territorial. A la par de la confirmación de los nuevos hallazgos, el gobernador retomó una de las dudas centrales que persisten desde el día del asesinato: el momento en que el agresor de 17 años fue abatido. La FGE Michoacán mantiene abierta una línea de investigación sobre el uso de fuerza por parte de escoltas municipales. “Se está investigando también por qué el homicida fue abatido después de haber sido detenido. Hay un forcejeo y hay un solo disparo que lo abate. Eso también se está investigando”, dijo. Tras el hallazgo, integrantes del Gabinete de Seguridad federal se trasladaron a la región para sostener una reunión con el gobernador, la alcaldesa Grecia Quiroz —viuda de Carlos Manzo— y representantes del sector aguacatero. El titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) informó que se acordó reforzar la presencia policial, atender denuncias de extorsión y revisar esquemas de seguridad para funcionarios municipales. Por lo pronto, Ramírez Bedolla insistió en que “todas las líneas de investigación están abiertas”, incluida la actuación de los escoltas, la movilidad del agresor de 17 años y la presencia de menores reclutados por estructuras criminales que operan en Uruapan.
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