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XALAPA.- En los últimos años, la población penitenciaria ha crecido significativamente, sin embargo, al mismo tiempo algunos penales capitalinos están sobrepoblados, lo que limita la capacidad de servicios, calidad de vida y apoyos para transformar su comportamiento y reincorporarse a la sociedad. De acuerdo con La crónica, organismos como el Observatorio de Seguridad Ciudadana han alertado que hasta el último día del 2023, el Reclusorio Preventivo Varonil Oriente es uno de los que tuvo mayor sobrepoblación, pues su capacidad es de cinco mil 931, pero sus habitantes hasta mayo del 2024 fueron seis mil 407. Así, la Penitenciaría de la Ciudad de México puede albergar máximo a dos mil 614 internos, pero tenía tres mil 690. El resto de grandes centros penitenciarios operan cerca de su capacidad máxima, como el Reclusorio Preventivo Varonil Sur que hasta el 2023, una población de cuatro mil 589 personas en una capacidad para atender hasta cinco mil 63 personas; mientras que en el Reclusorio Preventivo Varonil Norte con seis mil 519 espacios, contaba con seis mil 464 personas privadas de su libertad. Del año 2020 a 2023, la entrada de personas privadas de la libertad a reclusorios capitalinos pasó de ocho mil 236 a 15 mil 895, un incremento del 93 por ciento; en ese lapso de tiempo, el Instituto de Reinserción Social, encargado de encaminar a través de un sistema de cuidados a los expresos a una vida común, útil y funcional dentro de la comunidad, bajó en 34 por ciento la atención a sujetos provenientes de cárceles, de apoyar dos mil 498 en el primer año, a mil 49 en 2024. El descenso en los apoyos a las PPL que salieron de reclusión comenzó en el año 2020, cuando dos mil 498 exreos se incorporaron al Instituto de Reinserción, con un presupuesto de cuatro millones de pesos; lapso en el que ingresaron ocho mil 236 personas a las 10 cárceles. En 2021 la población penitenciaria se mantuvo sin cambios significativos, con ocho mil 233, tiempo en el que dos mil 415 egresados participaron en actividades para reformar su comportamiento, tres por ciento menos que el ejercicio anterior. Para el 2022 los hombres y mujeres encarceladas crecieron nueve por ciento conforme al año pasado, a ocho mil 985. De los cuales, los movimientos más notables ocurrieron en el Reclusorio Preventivo Varonil Norte, donde su población pasó de dos mil 489 a tres mil 15, 21 por ciento más; asimismo, el Reclusorio Preventivo Varonil Oriente subió de dos mil 305 a tres mil 137, 36 por ciento arriba. También el Centro Varonil de Reinserción Social Santa Martha Acatitla que dobló su cifra de ingresos que mantuvo durante dos años, de 10 a 20 y el Centro Femenil de Reinserción Social Santa Martha Acatitla, que aumentó ocho por ciento las entradas al penal, de 934 a mil 11. A pesar de que en ese año el recurso económico al Instituto de Reinserción tuvo su inversión más alta con nueve millones de pesos, cinco millones más que en los dos periodos antecesores y se beneficiaron dos mil 678 personas, fue el último periodo en que los programas a transformar la conducta de los exconvictos tuvieron más aportaciones, ya que al año siguiente el dinero destinado disminuyó en seis millones de pesos. De las personas que cayeron en reclusorios, el delito de robo es la incidencia que los llevó a estar tras las rejas, con 74.1 por ciento en mujeres y 72.8 en hombres; después, 8.5 por ciento de las mujeres están encarceladas por delitos contra la salud y 4.1 por ciento de los hombres. En tercer lugar, por homicidio 4.1 por ciento de las mujeres están privadas de su libertad y 4.8 por ciento de los hombres. “México no cree en programas de reinserción”. El vicepresidente del Observatorio de Seguridad Ciudadana, Humberto Morgan, dijo en entrevista con Crónica que la lentitud para otorgar sentencias a las PPL incrementa el problema. Explicó que en el año 2204, el 33.3 por ciento de la población penitenciaria carecía de una resolución judicial y para el 2025, esa cifra creció a 40 por ciento en hombres y 47.1 en mujeres a nivel nacional. “Con el nuevo Poder Judicial se prevé que no cambiará la lógica punitiva del sistema penal mexicano y la prisión preventiva oficiosa y eso va a saturar. Es un fenómeno crítico en que la Secretaría de Seguridad Ciudadana está en un récord de detenciones, el problema es que aún con nuevos anexos y la rapidez con la que trabaja la policía, hay un sobrecupo, genera hacinamiento y violencia. Los delitos que son de bajo impacto, por la pobreza de las personas que no tienen abogados, los mantienen en prisiones por el robo de un accesorio de vehículos, celular, pero en estos procesos se involucran con personas que vienen de delitos complejos y se contaminan, no es en vano que las cárceles son universidades del crimen”.
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