|
|
Foto:
.
|
XALAPA.- Para la periodista Anabel Hernández, el homicidio del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, no responde a un ataque improvisado, sino que se trata de una ejecución diseñada para provocar miedo colectivo y enviar advertencias al poder político y social del estado. De acuerdo con la periodista, hay un elemento que no puede ignorarse y que se aterriza en que Manzo no ocultó sus conflictos, sino que los verbalizó, los señaló con nombres y los dejó documentados en video. Esas declaraciones, afirma, funcionan hoy como piezas de una ruta que permite delinear posibles móviles y responsables. Y es que, Anabel Hernández afirma que Manzo no encajaba en el molde tradicional de un presidente municipal. No se limitaba a gestionar la seguridad desde un escritorio. Participaba en operativos, acompañaba despliegues, subía a helicópteros y confrontaba a grupos criminales de manera directa. Recordó que Uruapan, la capital mundial del aguacate, es un bastión estratégico para organizaciones criminales que extorsionan a productores y operan rutas logísticas para narcotráfico y laboratorios. La región es una fuente de ganancias multimillonarias para grupos armados. En ese entorno, Manzo tocó intereses económicos de enorme calado. Lo que distingue a su caso, de acuerdo con Hernández, es que su fricción no se limitó a las organizaciones delictivas. Su discurso se convirtió, también, en un desafío abierto a la cúpula política que gobierna Michoacán. En su análisis, Hernández recordó que Carlos Manzo fue diputado federal tras las elecciones de 2021, postulado inicialmente por Morena. La relación no duró. Rompió con el partido y emprendió un choque frontal con el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla. En 2023, desde la tribuna del Congreso, denunció haber sido agredido por elementos de la Guardia Civil del estado. En esa intervención, responsabilizó de forma explícita al gobernador por cualquier daño que pudiera sufrir él o su familia. Esa advertencia quedó grabada y es hoy una de las piezas más revisitadas tras su asesinato. Ya como alcalde independiente en 2024, el primero sin partido en la historia de Uruapan, subió el tono de su discurso. En conferencias de prensa días antes de su muerte, señaló a figuras como Ramírez Bedolla, Leonel Godoy y Raúl Morón, a quienes describió como parte de estructuras de corrupción vinculadas a la política y al entramado criminal. Esos antecedentes, sumados a acusaciones públicas previas de Manzo contra el propio gobernador, generan lo que, para fuentes consultadas por la periodista, constituye un conflicto de interés imposible de ignorar. Anabel Hernández consideró que la ejecución de Manzo, por su nivel de exposición, logística y puesta en escena, apunta a un crimen con coordinación operativa, despliegue armado y protección implícita de impunidad. En la hipótesis que ha recopilado la periodista, el nombre de José Alfredo Hurtado Olascuaga, conocido como El Fresa, es una pieza clave en la investigación. Se le identifica como líder de La Nueva Familia Michoacana, grupo que forma parte de la estructura de Cárteles Unidos. Fuentes con acceso a inteligencia regional sostienen, según Hernández, que El Fresa habría sido quien articuló la logística de la ejecución, coordinó a los sicarios y definió la operación en terreno. Así las cosas.
|