Investigadores daneses descifran posible nueva lengua en glifos de Teotihuacán. | ||||||
Según sus conclusiones, los glifos e inscripciones presentes en murales y objetos teotihuacanos podrían corresponder a una forma temprana de la lengua utoazteca, lo que cambiaría la comprensión del origen de varias lenguas mesoamericanas. | ||||||
Miércoles 15 de Octubre de 2025 | ||||||
Por: Excelsior | ||||||
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Según sus conclusiones, publicadas en la revista científica Current Anthropology, los glifos e inscripciones presentes en murales y objetos teotihuacanos podrían corresponder a una forma temprana de la lengua utoazteca, lo que cambiaría significativamente la comprensión del origen lingüístico de varias lenguas mesoamericanas, entre ellas el náhuatl. La investigación, titulada “El lenguaje de la escritura teotihuacana”, reconstruyó una etapa anterior de la lengua utoazteca mediante métodos lingüísticos comparativos. Al comparar esta versión ancestral con el náhuatl y otras lenguas afines, los especialistas identificaron patrones fonéticos y estructurales que sugieren que los textos teotihuacanos podrían haberse escrito en una lengua madre de la familia yutonahua, de la cual descienden directamente el náhuatl, el cora y el huichol. Este hallazgo plantea la posibilidad de que el náhuatl no haya llegado al centro de México únicamente por migraciones posteriores, sino que haya surgido en la propia Teotihuacán. Hace unos mil 500 años, Teotihuacán fue una de las urbes más importantes de Mesoamérica, con más de 125 mil habitantes provenientes de diversas regiones. Su influencia en el comercio, la arquitectura y el arte se extendía por toda la región. Sin embargo, a diferencia de culturas como la maya o la mexica, el sistema de escritura de Teotihuacán ha permanecido como uno de los grandes enigmas arqueológicos. Los nuevos resultados abren una vía para descifrar parte de esta escritura y comprender mejor su cultura. “Lo que hemos hecho es reconstruir un estado de la lengua pertinente para esa época y someterlo a pruebas sistemáticas”, explica Hansen. “Esa lengua arroja lecturas prometedoras que pueden explicar cosas que antes no entendíamos y aplicarse en distintos contextos”. Para alcanzar esta conclusión, los investigadores compararon todas las variantes nahuas existentes —desde El Salvador hasta Durango— para identificar rasgos comunes y divergencias. A partir de estos patrones, dedujeron características de la lengua madre y las contrastaron con los glifos teotihuacanos, detectando coincidencias relevantes. Teotihuacán fue una ciudad multiétnica con barrios que albergaban grupos provenientes de Oaxaca, la región maya, la Huasteca y el Occidente de México. Este mosaico cultural ha llevado durante décadas a los expertos a suponer que en la ciudad coexistían múltiples idiomas. Sin embargo, Helmke plantea una hipótesis más definida: “Lo que sugerimos es que había un grupo yutonahua hablante que tal vez fue uno de los grupos dominantes de Teotihuacán y parece que la mayoría de la escritura está en ese idioma. Tal vez los gobernantes también hablaban esta lengua y escribían en ella”. Si bien los resultados son prometedores, los propios autores subrayan que se trata apenas de un primer paso. El siguiente reto será ampliar el corpus de textos teotihuacanos disponibles, documentando más fragmentos de murales y piezas cerámicas para verificar si las lecturas se mantienen consistentes. “Necesitamos buscar más combinaciones de escritura teotihuacana para ver si nuestras lecturas se sostienen o si hay que ajustarlas. Además, queremos organizar talleres con especialistas en lingüística y epigrafía para afinar hipótesis y desarrollar nuevas interpretaciones”, señala Helmke. Este hallazgo también sugiere que las poblaciones yutonahuas podrían haber estado presentes en el centro de México mucho antes de lo que se creía, posiblemente hacia el año 200 d. C. o incluso antes. De confirmarse, esto implicaría que estas comunidades no solo fueron partícipes, sino actores fundamentales en la construcción de la identidad cultural y lingüística de Teotihuacán. La propuesta de Hansen y Helmke no solo abre una nueva línea de investigación sobre la escritura teotihuacana, sino que también invita a repensar la historia lingüística de Mesoamérica. Si la lengua utoazteca tuvo su desarrollo inicial en Teotihuacán, las narrativas sobre la expansión posterior de las lenguas nahuas podrían requerir una revisión profunda. No obstante, la comunidad científica coincide en que serán necesarios más estudios comparativos y evidencia epigráfica adicional para corroborar o refutar esta propuesta. |
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