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XALAPA.- En un suceso calificado como extraordinario por los fieles, al igual que hace seis años, la imagen del Cristo Negro, Señor de Otatitlán, en la cuenca del Papaloapan, ha comenzado a sudar de nueva cuenta, lo que ha conmovido a los fieles y visitantes del santuario ubicado en el municipio del mismo nombre. El suceso ha despertado gran fervor y expectativa en la comunidad, que recuerda con solemnidad la última vez que esto ocurrió, en el año 2019, poco antes del inicio de la pandemia de COVID-19. “Bendito y alabado sea el Señor de Otatitlán. Aquí, en su santuario, es consuelo universal”, señalaron devotos que acuden en oración y agradecimiento. Para muchos creyentes, esta manifestación no es solo un fenómeno físico, sino una señal divina que merece ser atendida con reverencia y fe. En 2019, el “sudor” de la imagen fue interpretado por algunos fieles como una advertencia espiritual que antecedía tiempos difíciles. Hoy, en 2025, con el recuerdo aún fresco de los años de pandemia, la comunidad se pregunta: ¿Qué mensaje trae consigo esta nueva manifestación? Sobre este hecho, el sacerdote encargado del santuario hizo un llamado a la calma y a la oración: “Debemos recibir esta señal con fe, esperanza y disposición espiritual. El Señor de Otatitlán siempre ha sido para nosotros fuente de consuelo y milagros. Oremos para que esta vez, sus lágrimas sean de bendición para nuestro pueblo”, aseguró. Mientras tanto, el santuario ha comenzado a recibir a decenas de peregrinos, quienes llegan con promesas, agradecimientos y plegarias, buscando consuelo o respuestas en el rostro venerado del Cristo Negro. La devoción al Cristo Negro de Otatitlán es una de las más importantes del sureste mexicano, y su imagen ha sido testigo de incontables expresiones de fe. El fenómeno del “sudor” ha sido reportado en diversas ocasiones a lo largo de los años, siempre rodeado de misterio, espiritualidad y fervor popular.
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