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Xalapa, Ver.- Prueba de la tomadura de pelo que le dio a los mexicanos el ex presidente Andrés Manuel López Obrador, cuando afirmó en su último informe de Gobierno que dejaba un sistema de salud mejor que el de Dinamarca, es la fachada deteriorada del Hospital Regional de Río Blanco (HRRB), ahora de IMSS-Bienestar, y las múltiples carencias que se tienen en ese lugar, pues dentro de él se puede observar el abandono en el que se encuentra, con baños inservibles y falta de medicamentos que afectan a pacientes y sus familiares quienes provienen no sólo de la zona de Orizaba, sino también de la sierra de Zongolica y las faldas del Pico de Orizaba. Antes de ingresar al hospital, el descuido es evidente, paredes despintadas y dentro las instalaciones carecen de mantenimiento y hay un fuerte olor en los pasillos debido a que los sanitarios no funcionan correctamente. “Las llaves de los lavabos están rotas, los mingitorios no sirven, y en emergencias no hay mangueras ni agua disponible”, denunciaron varios pacientes. Además del deterioro físico, los usuarios reportaron falta de medicamentos y áreas de internamiento en mal estado. “No pedimos lujos, pero sí condiciones dignas. ¿Dónde quedó lo de ‘primero los pobres’?”, cuestionó un familiar de un paciente. Por lo anterior, los afectados exigieron a la Secretaría de Salud estatal y a la gobernadora Rocío Nahle intervenir no solo en el HRRB, sino también en los hospitales de Tlaquilpa y Zongolica, así como en los centros de salud de la sierra. “Atendernos bien es hacernos sujetos de derechos”, concluyeron.
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