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XALAPA.- Las personas que comen más alimentos ultraprocesados tendrían más probabilidades de presentar signos tempranos de la enfermedad de Parkinson en comparación con aquellas que no lo hacen, según un análisis longitudinal con datos de 42.853 personas y un seguimiento de hasta 26 años. Los detalles se publican en Neurology, la revista médica de la Academia Estadounidense de Neurología, y el trabajo, tal y como dejan claro los autores, no prueba que comer más alimentos ultraprocesados cause signos tempranos de párkinson, sólo muestra una asociación. En concreto, los investigadores buscaron signos no motores de la enfermedad de Parkinson en fase prodrómica, que es la etapa más temprana, cuando la neurodegeneración comienza, pero los síntomas más característicos como temblores, problemas de equilibrio y lentitud de movimientos aún no han comenzado. Y evaluaron la asociación entre esas características tempranas y el consumo de procesados a largo plazo. Según un comunicado de la Academia Estadounidense de Neurología, estas primeras señales pueden comenzar años o incluso décadas antes de que aparezcan los síntomas típicos. "Comer una dieta saludable es crucial, ya que se ha asociado con un menor riesgo de enfermedades neurodegenerativas y las elecciones dietéticas que hacemos hoy pueden influir significativamente en nuestra salud cerebral en el futuro", señala Xiang Gao, autor del estudio e investigador en el Instituto de Nutrición de la Universidad de Fudan en Shanghai, China. Para Xiang Gao, "cada vez hay más pruebas de que la dieta podría influir en el desarrollo del párkinson". "Nuestra investigación muestra que comer demasiados alimentos procesados, como refrescos azucarados y aperitivos envasados, podría estar acelerando los primeros signos de la enfermedad". En el estudio participaron 42.853 personas con una edad media de 48 años que no padecían párkinson al inicio del trabajo, y se les hizo un seguimiento de hasta 26 años. Los participantes -profesionales de la salud de los que 25.095 son mujeres- se sometieron a exámenes médicos regulares y completaron cuestionarios de salud. Los científicos, también de diversos centros de Estados Unidos, determinaron si los voluntarios presentaban signos tempranos no motores de párkinson, incluyendo trastorno del comportamiento del sueño con movimientos oculares rápidos, síntomas depresivos, dolor corporal, estreñimiento, alteración de la visión de los colores, somnolencia diurna excesiva y reducción de la capacidad olfativa.
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