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XALAPA.- En los últimos años al campo le ha ido "muy mal", tan mal que se cayó la producción de maíz y ahora el consumo del país depende de lo que compra al exterior, revela la presidenta de la Confederación Nacional Campesina (CNC), Leticia Barrera Maldonado. En entrevista indica que por tercer año consecutivo México ocupa el primer lugar en importaciones del grano, algo que no debería ser así cuando se supone que es una planta nativa de territorio nacional. Dice: "Por ponerte un ejemplo: en Sinaloa que es el granero de México, del 100 por ciento hoy estamos cosechando, estamos produciendo el 30 por ciento", algo que ocurre en gran parte de la República Mexicana. Incluso el 40 por ciento del maíz amarillo que consumen los mexicanos proviene de Estados Unidos y acusó que los aranceles no solo le pega a los grandes exportadores, sino que termina impactando en sectores pequeños como el de los productores agrícolas. Respecto a la aprobación en el Congreso de la Unión de prohibir el maíz transgénico, explica que se trató de una legislación innecesaria y para alimentar el discurso político, pues en México no se siembra. Reconoce que el maíz transgénico se hace necesario porque el cambio climático está generando repercusiones ocasionando que se eche mano de semillas híbridas y que el campo se apoye de la tecnología. El maíz es originario de México, y por la evidencia hallada en Tehuacán, Puebla, se sabe que su cultivo inició hace siete mil años; su domesticación permitió que los grupos nómadas se volvieran sedentarios convirtiéndose así en el sustento de los pueblos mesoamericanos. El elote, como se llamaba en Mesoamérica (la palabra “maíz” viene del caribe), era el cultivo más consumido por las culturas prehispánicas y no sólo se utilizaba para la elaboración de alimentos, sino también como parte importante de sus ceremonias religiosas.
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