.- A casi 24 horas del artero crimen del periodista Jorge Celestino Ruiz ocurrido la noche del viernes en Actopan, la familia no ha recibido ni una llamada del gobernador Cuitláhuac García Jiménez, tampoco del coordinador de Comunicación Social, Iván Luna o de algún otro funcionario de la administración estatal para saber qué se ofrece.
De hecho ni una llamadita, aunque sea de cortesía de José Luis Poceros, al dueño del diario donde trabajaba el colega.
Ese tipo de descortesías no se veían ni con Javier Duarte de Ochoa. Vaya, ni Gina Domínguez, ni el Cisne Alberto Silva fueron tan gélidos y distantes como la clase política actual, pese a que muchos de sus integrantes (principiando por el señor Gobernador), vienen del activismo en favor de las víctimas.
Eso sí, mucho bla bla bla para cámaras y micrófonos y ni una palabra de aliento para la familia del compañero ultimado que en estos momentos pasa por un dolor difícil de superar. ¡Qué insensibilidad!
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