.- Convertido en un “garganta profunda” –en alusión a William Mark Felt, agente del FBI de los Estados Unidos retirado en 1973 mientras era director asociado del FBI, y 32 años más tarde aceptó que había sido el denunciante sin rostro del Escándalo Watergate que llevó a renunciar como presidente de Estados Unidos a Richard Nixon en 1974-, el exdiputado Federal por Cosamaloapan Antonio Tarek Abdalá Saad, también exfuncionario del DIF Estatal Veracruz y de la Secretaría de Finanzas y Planeación (Sefiplan) durante el gobierno de Javier Duarte de Ochoa, sigue dando información a la ahora Fiscalía General de la República (FGR), como señalar que el desfalco que tuvo Veracruz durante los casi seis años de su infame gobierno (2010-2016) fue planeado desde que fue Subsecretario de Finanzas, contando para ello con la ayuda y complicidad de su cónyuge, Karime Macías Turbilla, quien es un hecho que obtuvo también grandes cantidades de dinero. El periodista Víctor Hugo Arteaga describe que aunque Javier Duarte de Ochoa sólo fue condenado a nueve años de prisión por el desfalco de menos de 250 millones de pesos, “las investigaciones de la FGR y sus testigos protegidos confirman que la única motivación para ser Gobernador de Duarte de Ochoa siempre fue el robo de los recursos públicos”, pues según documentos hasta ahora confidenciales demuestran cómo desde el primer día de gobierno de Duarte de Ochoa, el 1 de diciembre de 2010 “todos los secretarios de estado tenían órdenes de desviar los recursos federales a cuentas concentradoras”, y detalla que “los cómplices para esta tarea nombrados en los documentos de la Fiscalía General inician con el secretario de Finanzas y Planeación Tomás Ruiz González”, primer presidente del Servicio de Administración Tributaria (SAT), exdirector general de Banobras, exdirector de la Lotería Nacional, dirigente nacional de Nueva Alianza, y exdiputado federal, entre otros muchos cargos- “quien diseñó un esquema para otorgar compensaciones a los secretarios y subsecretarios del gabinete duartista que equiparara sus salarios con los funcionarios federales, primero del Presidente Felipe Calderón y luego con Enrique Peña Nieto”, fondo especial que era conocido como “´los tacos´, y eran repartidos por Ruiz únicamente a secretarios y subsecretarios, recursos que provenían de la operación dentro de cuentas concentradoras de la Secretaría de Gobierno y de la Secretaría de Educación”. También Tarek Abdalá Saad cuenta que en ese “menú del desfalco financiero (ideado por el glotón Duarte de Ochoa, quien entre sus excesos mandaba un helicóptero del gobierno estatal a la población de Peñuela, municipio de Amatlán, para que le compraran tortas de pierna de cerdo enchilada que vendían en una tienda llamada ´La Rielera´ y que eran sus favoritas desde su juventud) existían claves para los diferentes niveles de robo al erario público. De esta forma Javier Duarte solicitaba a Abdalá Saad “pizzas” y cada una de ellas tenía un valor económico”, destacado, como ya se comentara anteriormente, que “otro comportamiento o conducta irregular por parte del gobernador, era instruirme a que le mandara lo que él denominaba pizzas, esto significaba millones de pesos en efectivo, es decir, una pizza implicaba o era equivalente a un millón de pesos en efectivo. Cien mil pesos eran ´invidentes´. Me decía por ejemplo, mándame tres ciegos o invidentes, lo que significaba trescientos mil pesos, y entonces sin decirme para qué, porque nunca me decía, yo le mandaba esos recursos”. El exdiputado federal y exfuncionario estatal ha indicado ante la FGR que “para darle forma a esta serie de desvíos, Duarte de Ochoa tuvo como cómplices (según los documentos de la FGR), a los secretarios de finanzas Tomás Ruíz González, Salvador Manzur, Carlos Aguirre, Fernando Charleston, Mauricio Audirac y Antonio Gómez Pellegrin”, en tanto que agrega que “los subsecretarios de finanzas Gabriel de Antes Ramos, Sergio de la Llave y Carlos Hernández, siempre estuvieron enterados de los mecanismos utilizados para pagar a empresas fantasma. Todos ellos conocían las prácticas respecto a la manera en que se desviaban los recursos y no sólo eso, sino que las aprobaban y en ocasiones se beneficiaban económicamente de las mismas”. Abunda Abdalá Saad como testigo protegido, que en la lista que tiene la FGR que sigue con esta investigación abierta, están los exsecretarios de la Secretaría de Educación de Veracruz (SEV), Adolfo Mota Hernández, Desarrollo Social (Sedesol), Alberto Silva Ramos (a) “El Cisne”, de Protección Civil (PC)
, Nohemí Zoila Guzmán Lagunes, y de Salud Fernando Benítez Obeso. Y también menciona que entre los operadores financieros de Duarte de Ochoa, la Fiscalía General tiene identificados como sujetos de interés a Moisés Mansur Cisneyros, Juan Manuel del Castillo, Jesús Moreno, Caleb Navarro, Vicente Benítez, Harry Grappa Guzmán, y Juan José Janeiro, entre otros investigados. Mas por si fuera poco y de acuerdo con las declaraciones de Antonio Tarek Abdalá Saad, quien debe estar custodiado por agentes federales para que no le vaya a pasar nada, como “un accidente” por todo lo que ha dicho y aún le falta por decir, que la Fiscalía General de la República “investiga además la red de vínculos de la esposa de Duarte de Ochoa, Karime Macías Tubilla, que hasta el momento es similar a la de su esposo, pero que avanza a otro ritmo por parte del equipo de fiscales encargados de darle curso”.
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