El exceso de muertos en Veracruz inició en el gobierno de Fidel Herrera Beltrán, prosiguió en la administración de Javier Duarte, aumentó en el mini periodo de Miguel Angel Yunes y la matazón continúa en el gobierno de Cuitláhuac García. Todos los gobernadores en su tiempo prometieron acabar o por lo menos bajar la inseguridad, pero sus palabras se las llevó el viento y el pueblo sigue poniendo los muertos y los políticos las excusas.
Por lo que toca a Coatzacoalcos, me apena informarles que sigue peleando el primer lugar como la ciudad más insegura con Acapulco y al paso que vamos, no tarda en dejar al puerto guerrerense en segundo sitio, aunque aquí entre nos, ya lo tenemos en la realidad pero en las estadísticas no, porque la inmensa mayoría de secuestros, extorciones y robos no se denuncian, por temor a las represalias.
De nada sirven las marchas, las protestas, las quejas en las redes sociales, la inseguridad sigue porque la impunidad, hasta ahora NADIE LA PARA.
Sabemos que combatir al hampa no es tarea fácil, pero entonces nos gustaría que el nuevo director de seguridad pública del estado, quien vino a prometer que diciembre sería un mes tranquilo para los porteños gracias a sus medidas de seguridad, nos explicará el por qué está pasando todo lo contrario a su ofrecimiento.
También quisiera yo que alguien me explique qué hacen en ciudades como Mérida o Querétaro, donde el índice de delitos en mínimo y la población vive, trabaja y progresa tranquilamente, a diferencia notable con casi todo el resto del país.
Lo anterior demuestra que cuando hay voluntad si se puede perseguir a los malosos de manera efectiva, por lo tanto entra la sospecha de un posible contubernio entre los encargados de combatir el delito y los delincuentes.
La reciente agresión al doctor Guerrero y su esposa, ambos de la tercera edad, quienes fueron asaltados, golpeados, ultrajados en su hogar, nos indica que los malandros están desatados, hacen lo que se les pega la gana porque saben que no les harán nada.
Pero tanto descaro sólo indica una cosa aún más peligrosa. Ya acabaron con sus mejores víctimas, ahora van contra ancianitos, fiestas de quince años, bodas, bautizos y no duden que entren a fastidiar incluso a las iglesias. Urge que las autoridades del ramo se pongan las pilas y cumplan con su deber, pues para eso se les paga.
Los mismos delincuentes están acabando con la gallina de los huevos de oro. Van acabando a los empresarios que son los que crean fuentes de trabajo. La inseguridad que provocan espanta a los inversionistas y sin ellos no hay nuevos negocios, que paguen impuestos y con los impuestos se hacen obras y en ellas se contrata a empleados. Pero sin la cadena productiva, los malandros van a terminar asaltándose entre ellos pues están acabando con la finca y los mangos.
Se supone que Coatzacoalcos es una ciudad muy querida por el presidente López Obrador, ojalá y use su poder para proteger a la ciudad que más votos le ha dado y donde nunca perdió en su carrera política, nos apremia que ponga en práctica su plan de Abrazos, no Balazos.
Para confirmar nuestras sospechas nos informan que hace unos minutos acaban de asaltar la sucursal de Banamex, ubicada a la salida a Villahermosa. Y a una vecina en el mercado grande le robaron su bolsa de mandado donde traía su monedero y una cadena que le regaló su mamá cuando cumplió quince años.
UN DICIEMBRE DIFERENTE
A diferencia de otros años, este diciembre no habrá posadas en mi calle. Tampoco vendrán los familiares que nos visitaban en esta época desde lugares tan remotos como Alemania e Iztapalapa, del tradicional bacalao a la viscaina, ni hablar su precio anda por las nubes y en lugar de pavo será una pavita rellena si bien nos va.
Las grandes fachadas de residencias iluminadas del piso al techo, ya son historia, el precio de la luz subió y ahora son una señal de prosperidad que pocos quieren dar y con eso de que la reducción de salarios está de moda, qué le vamos a hacer.
Los nacimientos monumentales ya son cosa de los museos y las familias que durante años fueron coleccionando piezas para sus pesebres del Niño Dios, prefieren dejarlos guardados para no llamar la atención.
La quema del viejo, tan tradicional en esta ciudad y puerto está en peligro de extinguirse, el costo de los fuegos pirotécnicos hará que sólo se quemen unos cuantos, un “viejo” modesto sale en cinco mil pesos, los “viejos” de los Vasconcelos o los Osorio se llevaban de quince a veinte mil pesos y quemaban dos o tres. Aunque los balazos al aire, si habrá bastantes de ya sabe usted de quien.
Por lo tanto, mientras no cambien las cosas, habrá que pasar un diciembre con austeridad republicana y semi prisioneros del miedo y la inseguridad, de poco servirá pedirle a Santa Claus, que nos convierta al alcalde en un super héroe que él solo combata a las bandas de
maleantes, eso no es posible. Coatzacoalcos no tiene siquiera una policía propia y la que nos mandan al parecer sólo vienen de paseo por los tristes resultados que ofrecen.
Pero si podemos esperar cambios en el gobierno municipal para el 2019, porque el 2018 ha sido un año de aprendizaje y experiencias poco gratas que habrán de convertirse en mejores resultados. De no ser así, ya saben que la llegada de Morena al palacio municipal habrá sido debut y despedida, porque en las próximas elecciones ya no habrá un Andrés Manuel en la boleta.
Y LOS SEMÁFOROS CHUCHO?
En Nuestra página La Hora Coatza, nos reportan insistentemente la cantidad de semáforos que están fuera de servicio en la ex ciudad para vivir siempre.
Tras un breve recorrido nos damos cuenta que es verdad. En el centro la mayoría no funciona, el de Carranza y Zaragoza tiene meses ponchado.
En la avenida Universidad también hay varios semáforos muertos y el congestionamiento vial es tremendo, lo cual provoca accidentes y la apatía de la delegación de tránsito, pues se sospecha que tal apatía para repararlos, es con la finalidad de conseguir un buen aguinaldo. |
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