Leopoldo Lara González, experto en derecho constitucional, observa preocupado la realidad que estamos viviendo como país, en el que las presiones de Donald Trump y su gobierno en Estados Unidos, están creando fracturas que van más allá del gobierno de México y del partido dominante.
“Cada una de las presiones que Donald Trump hace hacia México, repercuten en toda la población, no se quedan en el gobierno federal ni en los integrantes de Morena, como partido en el poder”, apunta.
Ante esta realidad tangible el doctor Lara González puntualiza la necesidad de que todas las fuerzas sociales de México hagan un frente común, no para confrontar al gobierno de Estados Unidos, si no para resolver los problemas nacionales y llevar al país por los mejores rumbos, con un objetivo de miras de engradecimiento, de hacer de México una potencia mundial intermedia en los próximos 25 años.
“Urge la unidad nacional, pero no como una forma de sometimiento de una fuerza política hacia todos los demás, si no como una visión de ponderar nuestros intereses comunes y similitudes, y hacer a un lado las diferencias, para construir el «gran sistema político mexicano» que es necesario”, ratifica.
Remarca que se debe hacer una reforma integral a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, pero con un pacto previo que consolide el largo proceso de transición a la democracia, en el cual la alternancia política no sea un freno o incluso un retroceso, si no que se convierta en la visión nueva fresca, de como lograr los objetivos ya planteados. En este sentido es persistente en que se se debe tener una agenda de Estado y de gobierno, que incluya la reforma a la Constitución federal como soporte y guía de las acciones para los próximos 25 años. “Es decir, debe ser una agenda pactada con las fuerzas reales de poder social para construir el México grande y fuerte al que aspiramos”
Leopoldo Lara es más que observador de la realidad nacional, es estudioso de la misma y su visión la plasma en su libro “Hacia un Nuevo Sistema Jurídico Político en México. Un Modelo para Armar”, del cual ya va por la tercera edición, y con ese análisis puntual, menciona que hoy las instituciones políticas “ya le quedan chicas al país”, que los cambios realizados no han sido los mejores para consolidar un nuevo modelo de estado y por lo mismo pueden ser muy cuestionables.
Esta “gran unidad nacional” por la que Leopoldo Lara clama, debe tener también la visión y la misión de consolidar el largo proceso de transición democrática que arrancó para México desde 1968.
Conocido como el “Zar Anticorrupción”, por el impecable trabajo que realizó cuando tuvo esa tarea precisamente, insistió en que las fuerzas sociales de la nación, incluyendo -por supuesto- a las políticas, incluso las más disímbolas, hoy deben de ponerse de acuerdo para impulsar un plan de resistencia ante los embates de Donald Trump y su gobierno, que incluya lo económico, lo político y lo social, mp buscando al confrontción, si no fortalecer a México, pero además en una visión que supere lo inmediato, y que sea de largo plazo, que tenga por objetivo delinear la política de México en todos los aspectos para los próximos 25 años.
“Hay que abandonar la idea de someter al contrario. Tenemos que aprender a vivir dentro de lo diferente que somos como país, para que los puntos en común sean motor que nos lleve hacia adelante, en lugar de que las divergencias sean ancla del desarrollo nacional”, sostiene.
La gran meta, reitera, es convertir a México en una potencia mundial intermedia.
Y para esto hay que modificar a las instituciones, adecuarlas, para que funcionen dentro de la realidad que tendremos como país en los próximos años.
“Hoy es patente que las instituciones de México ya le quedan chicas al país, pues fueron diseñadas para otra época, que evidentemente ya no es la que se vive hoy”, remarca.
Aún con todos los cambios que se han dado e incluso en contra de estos, la transición democrática que se vive hoy en México es insuficiente para resolver los grandes problemas nacionales; “necesitamos consensos, unidad nacional, acuerdos políticos de gran calado, que necesariamente requieren, sin distinción, del actuar de todas las fuerzas políticas y las expresiones reales del país”.
“Hace falta una reforma constitucional en México «de alto calado», que perfeccione las instituciones jurídico-políticas existentes, no que las destroce”, puntualiza.
En este escenario remarca que: “Estamos atorados en la «alternancia política», en la lucha del poder, no en la construcción de un México más fuerte, y de ahí la insuficiencia del sistema jurídico político mexicano, que no produce respuestas adecuadas a la crisis que atravesamos”.
“Crisis de inseguridad pública; crisis de infraestructura social; crisis industrial; crisis económica; sobreendeudamiento”, enumera y puntualiza que todo esto es ya “un problema crónico del sistema jurídico político, que ya es insuficiente para resolver los grandes problemas nacionales”.
Incluso Leopoldo Lara como conocedor de los problemas actuales del país y de la complejidad social de México, postula la creación de dos poderes más que “permitirán la gobernabilidad” y, además, la creación de un Centro Democrático Legitimador de las Decisiones del Poder, en un marco de equilibrio de poderes (que es necesario para México) y que estos prevalezcan en cualquier circunstancia.
“En México sí se requiere un cambio constitucional y la construcción de estructuras de poder nuevas y acotadas”, pero para que estas sean funcionales para todos se necesita que todos intervengan en su creación, que no sean la imposición de un grupo con su visión única de estado, insiste.
“Ya se debe aterrizar el largo proceso de transición democrática, debemos pasar a consolidar una agenda de estado y de gobierno para los próximos 25 años, a fin de colocar a México como una potencia intermedia”, persiste.
El jurisconsulto es catedrático del Doctorado en Derecho tanto en la Universidad Veracruzana como en la Universidad de Xalapa y con el bagaje que le suma la cátedra a la práctica cotidiana del derecho, en su libro hace una revisión del sistema político mexicano con una visión muy crítica, contundente, provocadora, pero también altamente propositiva.
Retoma el ejemplo del Pacto de la Moncloa, con el cual la izquierda y la derecha de España se pusieron de acuerdo para la construcción de una agenda pública, de una agenda de estado “y, que le da hoy a España una madurez democrática que le permitió sortear la diversidad de sus procesos”, remarca.
Eso es lo que México debe buscar en estos momentos, un camino común: “Yo creo que hacia allá debemos encaminarnos en los próximos 25 años”, insiste.
En su libro “Hacia un nuevo sistema jurídico político en México/ Un modelo para armar”, propone un modelo “de libertades, de equilibrios, de controles”, el cual plantea como homenaje al millón de personas que dieron su vida durante la Revolución Mexicana, pero también siguiendo la vertiente del filósofo Montesquieu cuando afirma que: “Para que no se pueda abusar del poder, es preciso que el poder controle el poder”.
En este sentido, de poder controlando el poder y de construcción de equilibrios, de “colaboración y complementariedad de poderes”, es que propone la creación de dos poderes más, añadidos a los tradicionales Ejecutivo, Legislativo y Judicial, que serían:
1- El Poder Popular Federal, que organizaría las elecciones y los plebiscitos, el referéndum y la moción de orden, y
2- El Poder Federal Electoral, que calificaría las elecciones y les daría validez, que resolvería cualquier controversia mediante un Tribunal de Constitucionalidad.
Además, para complementar esto, se crearía el Centro Democrático Legitimador de las Decisiones del Poder, institución que administraría el Poder Popular Federal.
Leopoldo Lara puntualiza que estos cinco poderes (el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial, más el Poder Popular Federal y el Poder Federal Electoral) sumados, “permitirán la gobernabilidad” que necesita México, pero además prevalecerían en cualquier circunstancia.
Esto es necesario porque -reitera- se debe arribar a un nuevo modelo de unidad nacional, porque en México -puntualiza- no deben prevalecer los totalitarismos. En México “se debe diseñar un sistema político por encima de pasiones personales, y de intenciones personales”, subraya.
Leopoldo Lara, en su libro, asegura que busca “invitar a repensar el poder público en México mediante un diseño diferente al modelo trinitario, para usar las palabras de Bartolomé Clavero”.
Pero también anota que esto es un paso intermedio, porque “se considera que por el momento no hay la madurez en el régimen de partidos para implementar un modelo parlamentario en México, el cual será ideal a futuro”.
La visión de reforma electoral y política, que propone Leopoldo Lara está basada en un cambio constitucional, en la construcción de un México con estructuras de poder nuevas y acotadas, que debe tomarse en cuenta. |
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